¿Y los palcos del Cuauhtémoc, apá?

Arturo Luna Silva

Que el régimen de propiedad de los palcos del Estadio Cuauhtémoc será uno de los muchos puntos oscuros que el nuevo gobierno del estado revisará con lupa a partir de febrero próximo.

Y es que información detallada que últimamente ha llegado al equipo de Rafael Moreno Valle Rosas, da cuenta de una serie de abusos -por no decir corruptelas- al amparo de las influencias de algunos muy conocidos personajes del marinismo, los cuales han lucrado indebida e ilegalmente con dichos palcos.

Hay algunos altos funcionarios -principalmente de la Secretaría de Finanzas- que son dueños de tres y hasta cinco palcos, y otros que también tienen varios pero a nombre de hermanos, cuñados y otros parientes, todos -por supuesto- amantes del fútbol.

Lo curioso es que desde hace poco más de un año han sido desechadas todas, todas las solicitudes que verdaderos aficionados a La Franja han hecho en tiempo y forma para adquirir un palco en el Cuauhtémoc.

“No hay disponibles”, es la respuesta.

Y sí, no ha habido, no hay ni habrá… porque resulta que los pocos disponibles ya están repartidos entre esos funcionarios que durante todo el sexenio tomaron el estadio como si fuese de su patrimonio particular.

Una cloaca de la que más de uno saldrá raspado.

Al tiempo.

***

Que el que ya no siente lo duro sino lo tupido es el secretario de Desarrollo, Evaluación y Control de la Administración Pública (Sedecap), Víctor Manuel Sánchez Ruiz.

Y es que en las últimas semanas ha tenido chamba de más tratando de limpiar -por órdenes superiores- algunos expedientes delicados y comprometedores (relacionados con importates adquisiciones, licitaciones o adjudicaciones) de algunos secretarios marinistas que ni las formas cuidaron a la hora no de robar: de saquear el erario.

El contralor sabe que cualquier descuido de su parte puede resultar mortal, no para los servidores públicos corruptos que tienen lo suficiente para salir huyendo y vivir con holgura fuera de Puebla, sino para él, pues podría terminar como el chivo expiatorio que ya están buscando algunos de esos funcionarios para que el morenovallismo se legitime y justifique a los ojos de sus electores su famoso bono democrático.

Así que si usted ve nervioso y preocupado a don Víctor Manuel, compréndalo y téngale paciencia.

Sobre sus espaldas carga una pesada, muy pesada, losa.

¿Serán capaces de mandarlo a la hoguera con tal de salvar sus cabezas?

gar_pro@hotmail.com

Leave a Reply

You must be logged in to post a comment.