Arturo Luna Silva
En los últimos días recibí de fuentes privilegiadas información valiosa sobre el proceso interno del PRI rumbo a Casa Puebla.
Esto es parte de ella:
En días pasados Jesús Morales Flores (mejor conocido como “el hermano de Melquiades”) citó a sus coordinadores distritales en su búnker de Reforma con el pretexto de delinear la estrategia a seguir en los últimos días de este proceso y la instrucción fue una sola: DESCARRILAR EL PROCESO INTERNO, emprendiendo una campaña negra a raíz de suelo contra Javier López Zavala (también conocido como “el delfín marinista”). Es decir, que en cada rincón de Puebla se sepan los supuestos de que Zavala es de origen guatemalteco (Garganta Profunda, 18/10/09) y uno de más peso: el que tendría nexos con el narcotráfico.
Debido a que a Jesús Morales no le alcanzan las canicas y su rebaño es cada día más pequeño, es de donde surge la maquiavélica necesidad de DESCARRILAR EL PROCESO INTERNO, con la intención de venderse carí$imo con un tercero en discordia.
En dicha reunión juró y perjuró que si las cosas salen según lo planeado, Zavala no llega y él sería la bisagra del tercero en discordia y por ende su clan serían los beneficiarios de las candidaturas de las principales presidencias municipales y diputaciones. De tal manera que dio instrucciones a sus coordinados para buscar la nominación a presidencias municipales y diputaciones.
Y es que fiel a su estilo, Jesús Morales (igualmente conocido como “el filósofo de Santa Catarina”) es lo más parecido a un chacal, es astuto y feo por naturaleza, aguerrido, sanguinario, pero muy cobarde.
Ya que hasta ahora sus intrigas y golpes bajos le han salido bien. Y es que ha encontrado en Enrique Doger a su coartada perfecta. Aunado al servilismo de los columnistas de tendencia zavalista, que todo (incluyendo los espectaculares contra la imposición) le achacan a Doger, cuando el principal responsable son Jesús Morales y sus golpeadores.
En municipios prioritarios como Puebla, Tehuacán, Teziutlán, Ciudad Serdán, Huauchinango, Tecamachalco, Atlixco y Tepeaca, desde hace varios meses se vive una campaña de desprestigio de alto impacto, y a ras de suelo, contra Javier López Zavala y los responsables son coordinadores de Jesús Morales en dichos municipios.
Sólo hay que recordar y analizar con detenimiento la marcha y mitin de Jesús Morales en el zócalo capitalino: más de cinco mantas enormes mencionaban el supuesto origen guatemalteco de Zavala, los oradores parecían los peores enemigos de Zavala, en esencia no fue un mitin en apoyo de Chucho: fue un mitin en contra de López Zavala (y por ende, de su progenitor político, un tal Mario Marín Torres).
Los espectaculares fijados en diversos puntos de la ciudad en contra de la imposición y obviamente contra Zavala fueron pagados por tres líderes de comerciantes, dos de San Martín Texmelucan y uno de Huixcolotla, y por dos empresarios con aspiraciones políticas, uno de Tepeaca y uno de Teziutlán. Todos ellos “chuchistas” de nacimiento. (¿verdad Melquiades?).
Por eso los altos índices de elementos negativos que arrojan las encuestas en contra de Zavala. Y los zavalistas siguen sin dar con su verdadero enemigo y en consecuencia desconocen sus alcances, estrategia y armas.
Y es que la guerra negra en contra de López Zavala tiene un responsable: Jesús Morales Flores; un articulador: Rufino Márquez; un ejecutor: los coordinadores distritales y municipales de Jesús Morales, y un tonto útil a quien echarle la culpa: el esquizofrénico de Enrique Doger.
¿Voy bien o me regreso?