Sin los excesos del pasado, cuando para sus informes los mandatarios en turno se convertían en cuasi monarcas y recibían las salutaciones sumisas de una larga fila de subordinados, el actual gobernador Miguel Barbosa ha optado por un comportamiento austero, que reeditará por tercera ocasión, con un mensaje institucional a los poblanos y las poblanas, tras entregar el documento, al Congreso local, que detalla el trabajo de la administración pública.
Han sido poco más de dos años y cuatro meses de gobierno.
Desde el 1 de agosto de 2019, a este 14 de diciembre de 2021.
Ha sido también una ruta complicada, a contracorriente en cada rubro, pero con resultados.
La popularidad no ha sido una meta -ni una obsesión- de Miguel Barbosa.
Ha debido tomar decisiones muy complicadas.
Sin embargo, también ha sabido acercarse a la gente.
Como nadie, ha tenido una oposición beligerante y, paradójicamente, interna, en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Pero ha sido una oposición fallida.
Han querido algunas tribus morenistas disminuirle su margen de acción, como jefe político, sin conseguirlo.
Llega el barbosismo a la mitad de un camino que comenzó tarde, por los conflictos postelectorales de 2018 y luego la tragedia.
Llega con plena gobernabilidad.
Miguel Barbosa ha sido un mandatario que no permite y que no tolera deslealtades ni ineficiencias.
Eso explica los constanteas cambios en su gabinete.
Entregará, este martes, su informe al Congreso.
Luego, no habrá ceremonia adicional.
No se trata, como antes, del “Día del Gobernador”.
La austeridad la predicará con el ejemplo.
La pandemia ha atravesado prácticamente desde el inicio a este gobierno.
La COVID-19 ha sido una indeseable compañera de viaje para el barbosismo.
Las cifras muestran que ha habido un buen manejo de la pandemia, mejor que la mayoría de las entidades.
Hoy, poco más de 92 por ciento de los poblanos ha recibido la vacuna.
Ha comenzado a aplicarse ya la tercera dosis de refuerzo.
La administración estatal pudo sortear la falta de atención, por casi medio año, del gobierno lopezobradorista, que no proporcionaba suficientes biológicos.
Ni equipo.
Ni recursos.
Lo dijo sin eufemismos el mandatario: estamos solos.
Así ha venido trabajando.
El proceso electoral de este año también se surcó sin contratiempos.
Barbosa Huerta y los suyos ganaron todo lo que debieron ganar.
Donde compitió un barbosista hubo triunfo.
Los fracasos, que también existieron para Morena y sus aliados, son más atribuibles a las dirigencias partidistas.
A las tribus poblanas y nacionales.
Hay muchos resultados cuantificables.
Ya el gobierno se encargará de hacer el recuento de logros específicos en las secretarías.
La ponderación más importante es de los ciudadanos.