Esta semana se espera que la Comisión Nacional de Elecciones de Morena publique la lista de los candidatos y las candidatas a los 300 distritos de mayorÃa relativa del paÃs que intentarán mantener la hegemonÃa lopezobradorista en la Cámara de Diputados. El acuerdo, nos dicen, ya ha sido tomado en Palacio Nacional, en donde sólo el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido el responsable de palomear esa lista.
Nadie más que él será también el responsable de los resultados de esa selección.
Por supuesto, para su conformación, escuchó muchas voces.
Posiblemente más de las deseables.
Probablemente, menos de las necesarias.
Es finalmente un acuerdo cupular.
Como en todos los demás casos de las candidaturas importantes, como en las 15 gubernaturas, las encuestas son mera simulación.
No interesan.
En muchos casos coinciden con los elegidos.
Pero poco le importa al gran elector de Palacio si asà ocurre.
En la alianza que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) realizó con los partidos del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM) es también el dedo presidencial el que avala o veta.
Serán alrededor de 150 candidatos comunes para los tres institutos.
PodrÃa haber ajustes de última hora.
En Puebla, de los 15 distritos electorales federales solamente en 12 van juntos.
De esa docena, en dos pone candidato el Verde: 09 de la capital y 01 de Huauchinango.
En cuatro define el PT: 03 de Teziutlán, 05 de San MartÃn Texmelucan, 14 de Acatlán de Osorio y 15 de Tehuacán.
En seis Morena: 08 de Ciudad Serdán, 06, 11 y 12 de la capital; 13 de Atlixco y 04 de Ajalpan.
En tres van en solitario: 02 de Zacatlán, 07 de Tepeaca y 10 de Cholula.
Los recorridos y las presiones que han hecho los aspirantes poblanos que se inscribieron, algunos sin ninguna relevancia y que ni siquiera fueron considerados, de poco o nada ha servido.
Más útil ha resultado, para quienes pudieron hacerlo, el cabildeo con los personajes a quienes escucha López Obrador.
Al canciller Marcelo Ebrard, a quien se ve como el verdadero definidor en el PVEM.
Al presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena, Mario Delgado Carrillo.
En menor medida a Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional morenista.
Al poblano Gabriel GarcÃa Hernández, senador con licencia y coordinador General de Programas Integrales de Desarrollo, quien es el jefe de los súper delegados de todo el paÃs.
Él ha operado desde las sombras en este proceso y que tiene su oficina también en Palacio Nacional.
En su soledad, cuando la tiene, la decisión ya será solamente de López Obrador.
A diferencia de otros partidos, aquà no hay sectores, cuotas o grupos.
Es el dedo presidencial el que define.
Nada han cambiado las cosas.