En la carrera por la alcaldía de la capital poblana, que tiene la meta instalada en el primer domingo de julio de 2021, el panista Eduardo Rivera Pérez ha ganado distancia y en todos los careos no hay quien le dé alcance.
Con una distancia promedio de 10 puntos, el ex alcalde de Puebla, con distintas combinaciones partidistas, pero siempre con el PAN como eje, derrotaría al senador Alejandro Armenta Mier, el mejor posicionado de Morena, de acuerdo con el análisis “Preferencias Electorales Puebla Capital”, de Varela y Asociados y Campaigns & Elections.
La medición arroja también un crecimiento en las potenciales preferencias brutas, del Partido Acción Nacional (PAN) de 21 a 25 por ciento de marzo a mayo.
Asimismo, una baja para el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), de 34 a 31 por ciento, en este periodo.
El PRI, que en solitario nada tiene que hacer rumbo a 2021, alcanza un crecimiento significativo, de 6 a 10 por ciento, en estos meses.
Pareciera que parte de lo que pierden los morenistas, lo ganan los priístas, que aspiran a convertirse en opción bisagra.
En las internas, también Rivera Pérez se lleva de calle las preferencias de los panistas, por encima de cualquier otra opción.
Incluso, arriba del ex gobernador Tony Gali.
Un contundente 41 por ciento de los albiazules ven a Lalo como su gallo.
En Morena, es Armenta Mier quien tiene más simpatías.
La encuesta de Varela y Asociados y Campaigns & Elections lo pone como el favorito de 24 por ciento de esos militantes.
Sin embargo, lo sigue muy de cerca Gabriel Biestro, el presidente del Congreso local, con 23 por ciento.
En el PRI, a pesar de ser el campeón de las opiniones negativas de los poblanos en general, es Enrique Doger el puntero interno, con 29 puntos.
Le sigue la ex senadora y también ex presidenta municipal, Blanca Alcalá, con 26 por ciento.
Las encuestas telefónicas se realizaron del 26 al 28 de mayo del 2020.
Fueron 300 entrevistas, que representa un margen de error de +/- 5.9 por ciento, con un intervalo de confianza de 95 por ciento.
Faltan seis meses para el arranque formal del proceso, que deberá declarar el Instituto Estatal Electoral (IEE), en noviembre.
Y 13 meses para la cita con las urnas.
La carrera es todavía de resistencia y largo aliento.
Ya llegará el tiempo del sprint.