El senador Ricardo Monreal Ávila tiene un rostro oculto, de traición, megalomanía y revanchismo gratuito, que deja ver, de cuando en cuando, contra quienes no complacen sus apetitos, ni se alinean a sus aspiraciones. Lo ha mostrado otra vez contra el gobernador Miguel Barbosa y ahora con base en una fake news.
Llama la atención que el coordinador de Morena haya considerado que con la Ley de Educación de Puebla se cometieron “excesos”.
Desconcierta, porque se trata de una armonización con la Ley General de Educación.
Una norma que él, como presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta, impulsó hasta conseguir su aprobación en el pleno, en septiembre del año pasado.
Votó a favor.
Hoy se contradice.
Lo hace con base en la falsa versión de que se “toma el control” de la educación privada y que se pretende despojar a las instituciones de sus bienes.
Monreal se sube al mismo discurso falaz que un sector del Consorcio Universitario ha propagado.
Incluso, ese en el que PAN y PRI, desde su pequeñez, se han montado.
En un tono muy distinto, desde el análisis técnico, la senadora Nancy de la Sierra, comadre de Monreal y adversaria política de Barbosa, supo leer el tema.
Expuso que existe un problema de interpretación del Artículo 105 de la Ley estatal.
Quienes atacan la ley pretenden que la opinión pública se trague el cuento de que van a despojar a las instituciones de sus bienes.
Nancy subraya que “más bien, la norma se refiere a que forman parte del Sistema Educativo Estatal y está previsto en el Artículo 99 de la Ley General de Educación”.
La que apoyó Monreal.
Aquella norma busca, agrega De la Sierra, “regular que éstos (los inmuebles) cumplan con los requisitos de seguridad necesarios para las y los educandos, evitando tragedias como en el temblor del 19 de septiembre”.
Es lo mismo que el ex gobernador de Zacatecas votó a favor y que impulsó para conseguir su aval.
¿Entonces por qué el zacatecano se suma al coro de quienes se resisten a esta norma, porque no quieren perder prebendas, que es la realidad?
¿No acaso se le recibió en Puebla con brazos abiertos para que presentara su libro “Péndulo Político”, en enero?
Aquello incluso muchos medios lo vieron como su destape.
No es siquiera agradecido.
Desea que Puebla y Barbosa sean súbditos.
Y eso, ni con ofrendas al Niño de Atocha, el patrono de los mineros zacatecanos.