MORENA, OBLIGADO A BUSCAR CONSENSOS EN EL CONGRESO DE PUEBLA

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¿En qué momento los Espinosa, los Biestro y demás comparsa van a dejar sus posturas porriles y se pondrán a trabajar por el estado pensando más en el interés general de los poblanos que en sus fines y ambiciones particulares? ¿Cuándo entenderán que quienes votaron por ellos no lo hicieron por ellos sino por su líder y que aquellos que votaron por el líder (más de 30 millones de personas) no votaron por él sino para poner el último clavo en el ataúd del corrupto e ineficaz régimen del PRIAN, por lo que deberían estar, primero, agradecidos del golpe de suerte que los hizo ganar y, segundo, más comprometidos a actuar con un mínimo de seriedad ¿Hasta cuándo seguirán con su loca comedia de enredos y despropósitos, y hasta cuándo dejarán de lado sus odios, su intolerancia supina y sus enfermizos deseos de venganza contra todo aquel que no comulga con sus ideas, opiniones y proyectos?

¿Sabrán, acaso, que si bien serán mayoría en el Congreso del estado a partir del próximo 15 de septiembre, los diputados de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT y PES) no tendrán control absoluto de las decisiones importantes que se tomen en el pleno, pues requerirán de las dos terceras partes para lograr reformas sustanciales y por tanto necesitarán negociar y llegar a acuerdos con legisladores de otras fuerzas políticas?

Sí, negociar y llegar a acuerdos.

Con su mayoría simple sencillamente no les alcanza para lograr varios de los propósitos que se han impuesto en esa espiral de rencor que se han planteado por haber ganado todo en Puebla, excepto la gubernatura –y eso porque el candidato que pusieron en la boleta fue tan malo, e hizo tan mala campaña, que no logró subirse a la ola AMLO que sí catapultó a otros, con facilidad, en otros estados-.

En la LIX Legislatura, Morena, PT y PES tendrán 22 diputados por 19 de la oposición: seis del PAN, cuatro del PRI, tres de Movimiento Ciudadano, dos del PRD, dos de Nueva Alianza, uno del PVEM y uno del Partido Compromiso por Puebla.

El bloque de Juntos Haremos Historia requerirá, entonces, de seis legisladores de otros partidos para lograr las dos terceras partes del Congreso y destituir al fiscal General del Estado –sea Víctor Carrancá u otra persona-, al presidente de la Comisión de Derechos Humanos, a los comisionados del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales o al titular de la Ciudad Modelo. En el caso de la destitución del auditor Superior, éste cuenta con la protección constitucional y debe de haber incluso juicio político y se debe fundar y motivar por causa grave.

Y es que la fracción del artículo 57 de la Constitución señala que se requieren las dos terceras partes de los diputados (es decir, 28) para designar a los titulares de los órganos internos de control de organismos con autonomía reconocida por la misma Constitución del estado.

Incluso la aprobación de iniciativas por la vía “fast track”, esto es, sin necesidad de que pasen por el procedimiento legislativo, necesita del aval de las dos terceras partes de los integrantes de la Cámara.

Será más fácil que el morenovallismo consiga cuatro diputados entre los de Morena, el PT y el PES que este bloque entre los panistas, priístas o perredistas.

Desaparecer un ayuntamiento, aprobar montos de deuda o compromisos financieros de cualquier ente público, revocar o suspender el mandato de un presidente municipal y vetar las observaciones que el Ejecutivo haga a un dictamen o decreto previamente aprobado por el Legislativo, también requiere de las dos terceras partes.

Lo que sí Juntos Haremos Historia podrá hacer, con su mayoría simple, es fijar las reglas para la contratación de obras a través del modelo conocido como PPS (Pago por Prestación de Servicios), nombras y remover a servidores públicos que por ley le correspondan  y elegir al gobernador interino en caso de que los tribunales anulen la elección del pasado 1 de julio.

Pero, en el día a día, les guste o no, quieran o no, la negociación será obligación “per se” para la fracción mayoritaria y la negociación implica comunicación, acuerdo y cumplimiento –y no hay manera de triunfar en la política si no se cumple lo acordado-.

¿Qué camino escogerán los Espinosa, los Biestro y demás integrantes de la bancada de Juntos Haremos Historia en la nueva Legislatura?

¿Protagonizarán, como todo mundo prevé, una cena de negros o una larga noche de cuchillos largos, o harán política, política y más política, es decir, la continuación de la guerra pero por otros medios –como quería Von Clausewitz-?

Faltan muy pocos días para saberlo.

gar_pro@hotmail.com

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