Poco después de las 11 de la mañana del día después del temblor, la iniciativa #PartidosDenSuDinero comenzó a tener impulso en las redes sociales. En Twitter despuntó en 10 minutos y llegó a los primeros tres lugares de las tendencias nacionales. Una hora más tarde se coló como segundo y ahí se quedó por el resto de la tarde.
El PRI, seguramente por lo marrullero en sus genes, ha sido el primero en sumarse. Su dirigente nacional, Enrique Ochoa Reza, adelantó en un tuit que ya buscan donar recursos de la campaña para los damnificados del sismo de la tarde del martes. En otro mensaje más lanzó el anzuelo al resto de los partidos para unirse al clamor virtual.
El del Nueva Alianza, Luis Castro, a dos horas del anuncio del PRI, también se mostró a favor.
Pero acá en Puebla, sólo el presidente estatal del tricolor, Jorge Estefan Chidiac, avaló lo dicho por su dirigente con un retuit, aunque sin más pronunciamiento.
No había de otra.
Hasta la tarde de este miércoles, ningún otro dirigente nacional ni tampoco estatal había suscrito la idea, ni siquiera Emilio Salgado, de Nueva Alianza.
Difícil la tienen los partidos que no le quieran entrar.
Porque las facturas bien podrían ser muy caras, sobre todo hoy más que nunca que tuiteros y facebukeros han demostrado que pueden movilizar masas en un bien común, por si alguien aún lo dudaba.
Y es que los internautas han hecho lo suyo.
Esta campaña que promueve la reducción de prerrogativas a los partidos políticos en año electoral, para que los recursos sean destinados a la reconstrucción de zonas afectadas por el sismo, es de lo más loable –e inteligente- que se ha visto en el mundo virtual, ese reino del sentimiento antisistema por excelencia.
No es para menos.
El INE pretende ejercer un presupuesto de 25 mil millones de pesos para las elecciones de 2018, a lo que hay que sumar los 6 mil 778 millones de pesos para el financiamiento de los partidos políticos y los candidatos –incluyendo los independientes- que aparecerán en la boleta el año que entra; aquí en Puebla los comicios nos van a costar alrededor de 850 millones de pesos, cifras que ofenden.
En los últimos tiempos, los mexicanos hemos transitado por caminos sinuosos con un país convulsionado por la corrupción y la ineptitud de las autoridades, que ha sido sometido por la delincuencia y vapuleado por las catástrofes naturales.
Y el temblor del pasado 19 de septiembre derramó sin duda la copa de la paciencia; si no, sólo hay que mirar cómo abuchearon (con zape incluido) a Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación del gobierno federal, cuando acudió a una zona siniestrada.
Diría el clásico que el horno no está para bollos.
No existe forma de que un temblor no nos tome por sorpresa, pero en esta ocasión los usuarios sí estaban preparados para saber qué hacer en las redes sociales.
Y se hizo: reportes de desaparecidos y hallados, de edificaciones dañadas, de caminos transitables y bloqueados, de convocatorias para acudir a tal o cual lugar; en video, en directo, en imagen o con simple texto.
#PartidosDenSuDinero, puede ser una muestra más de la madurez que se ha alcanzado en las plataformas digitales.
Aunque primero habría que descartar que no haya algún interés oculto en la propuesta (disculpe si caigo en exacerbado sospechosismo, pero ya sabe cómo se las gastan); después, y lo más importante, sería que ésta se cumpla.
Sin duda se convertiría en la cereza del pastel para la sociedad, y, claro, un peligro para los partidos, sobre todo si no aceptan o nos quieren ver la cara.
Porque los costos serán altísimos.
Y los pagarán inevitable y forzosamente en las urnas.
Ustedes, señores y señoras de la política, deciden.
El balón está en su cancha.