Por más que sus padrinos y promotores –entre ellos Mario Marín, Blanca Alcalá, Lucero Saldaña y sobre todo la titular de la PGR, Arely Gómez- lo intentaron; por más que se promovió en medios afines; por más que ofreció el cielo y las estrellas a sus patrocinadores y patrones tricolores, Jorge Sánchez Morales quedó fuera del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), al que le prometieron llegaría con una sola misión: operar a favor del PRI en los comicios de 2017 y 2018.
El actual magistrado del Tribunal Electoral del Estado y ex presidente del Instituto Electoral del Estado de Puebla ya ni siquiera formó parte de los siete perfiles que la Junta de Coordinación Política del Senado eligió este jueves de las ternas que previamente la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) había entregado para contender por los espacios del máximo órgano jurisdiccional electoral del país.
A través del senador panista Roberto Gil Zuarth, el morevallismo se aseguró de que así sucediera.
A pesar de haber sido el único de los 21 aspirantes que obtuvo la unanimidad por parte de los ministros de la SCJN, no fue avalado por el Senado.
Al final, ante su anunciada debacle, ya ni sus amigos del PRI quisieron meter las manos por Sánchez Morales, un personaje poco confiable y dueño de un oscuro pasado al que describí así a finales del pasado mes de agosto:
“Empapado en señalamientos de corrupción, con un pasado priísta-marinista e impugnado por los partidos de oposición durante los seis años que fungió como presidente del Instituto Electoral del Estado (IEE), Jorge Sánchez Morales estaría a punto de convertirse en magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
“Esa posibilidad, con un personaje tan oscuro, traerá más vergüenza que orgullo a Puebla.
“Y es que compromete además la imparcialidad del Tribunal en el proceso electoral de 2018, que será muy complicado y competido.
“Sánchez Morales en realidad no tiene ningún logro académico importante ni méritos personales.
“El aspirante a integrar la Sala Superior del otrora conocido como Trife siempre se ha apoyado en sus padrinos y a ellos ha servido como un fiel empleado.
“No avanza por pie propio, sino como herramienta de intereses oscuros.
“Fue ahijado de Javier López Zavala y Mario Marín Torres, pero falló en el encargo de hacer gobernador al chiapaneco.
“Desde la presidencia del IEE, entre 2006 y 2012, hizo negocios obscenos.
“Rentó casas a precios altísimos y en beneficio abierto a su grupo.
“Por sus pistolas y maniobrando por debajo del agua, en 2007 cambió la sede del Instituto al edificio que hoy ocupa y por el que se pagaron, en aquel entonces, 218 mil pesos al mes de renta.
“Hoy el precio debe ser otro.
“Convirtió a IEE en una dependencia más del gobierno de Marín, el célebre “góber precioso”, quien siempre lo blindó para que no fuera destituido.
“Todos los partidos, todos, a excepción del PRI, lo impugnaron en algún momento.
““Fue un árbitro vendido”, como lo calificaron lo mismo panistas que perredistas.
“Hasta Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano, lo vio como “el portero” del PRI.
“Tuvo el descaro de aprobarse presupuestos de casi medio millón de pesos, para “gastos de representación”, como titular del IEE.
“Recibió dinero público por “asesorías y consultorías”, contraviniendo leyes específicas en la materia.
“Incluso sus excesos fueron plenamente documentados por sus actuales promotores mediáticos, pero ahora los invade su típica e hipócrita amnesia.
“Antes de su salida, una larga y detallada carta de los trabajadores del Instituto dio cuenta de las tropelías de Jorge Sánchez Morales.
“Extensos son, han sido y serán sus renglones torcidos.
“Ha trascendido que ahora su madrina es la titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Arely Gómez González, quien cuenta, como senadora con licencia, con la capacidad de operar a su favor en la Cámara alta.
“De hecho ella fue quien lo impuso como actual magistrado del Tribunal Electoral del Estado, desde donde ha intentado mejorar su maltrecha imagen y pasar por “impoluto” con su verborrea, sus filtraciones interesadas y su carita de “no rompo un plato”.
“Lo grave de su posible llegada al TEPJF es que en la Sala Superior aparecerá un marinista, un “árbitro vendido”, un obvio y manifiesto portero del PRI, cuando esta puede ser la elección presidencial más complicada de la historia.”.
Hasta ahí la cita.
Por fortuna, el Senado equilibró las fuerzas y evitó que Jorge Sánchez Morales ocupe un asiento en el TEPJF.
Ya no dio para más.
Sus patrocinadores y promotores lo dejaron solo.
Más solo que una musa en un cuadro de Klimt.
Nadie va a llorar por él.