LAS ARENAS MOVEDIZAS EN LAS QUE LASTIRI SE HUNDE

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El subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri Quirós, es víctima de sus propias arenas movedizas. Con cada actitud, affaire, cada evidencia de corrupción y cada acción política se hunde, al grado de que él mismo viene construyendo su descarte para cualquier candidatura en 2018.

Primero fue su flagrante violación a las normas electorales con anuncios espectaculares, en los que se promocionaba con el pretexto de la firma de un convenio con la Asociación 4N.

La andanada de críticas que recibió lo obligaron a recular, incluso bajó la campaña de redes sociales que había comenzado.

Ahora, en numerosos municipios del estado de Puebla aparecen bardas pintadas con su apellido acompañado del símbolo que se usa para señalar un hashtag.

También con ellas viola las leyes electorales, pues no son los tiempos y además tiene una responsabilidad en el gobierno federal.

En sus fantasías ha comenzado a promoverse en “comidas de la unidad”.

Los supuestos pactos con mole de caderas a los que es tan adicto.

Sin embargo, todo mundo sabe que lo suyo es el doble discurso y las puñaladas por la espalda, ahora principalmente contra el delegado del IMSS, Enrique Doger Guerrero, a quien seguramente muy mal le cayó el menú de temporada.

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Pero el oriundo de Zacatlán está tan en el sótano, tan en la cola de los aspirantes, que ni su campaña adelantada le dará para alcanzarlos.

Como apuntamos en una entrega anterior, en una evaluación de los estudios demoscópicos de las cuatro principales empresas -Consulta Mitofsky, el Beap, GEO y CISO-, Lastiri ni siquiera aparece.

Es muy posible que, con los yerros y hasta posibles delitos que comete, no figure ni como candidato de una junta
auxiliar en 2018.

La mayor fortaleza de un político serio deben ser su capacidad de análisis de lo que pasa a su alrededor, las oportunidades y los momentos.

Pero Lastiri adolece de las tres. No ha superado su origen provinciano y va a una batalla perdida.

El más reciente affaire en que se vio involucrado el subsecretario se lo propinó su propio hijo y lo ha documentado con precisión el periodista Mario Alberto Mejía en las páginas de 24 Horas Puebla.

Juan Carlos Lastiri junior subió a las redes sociales pruebas del desvío de recursos y nepotismo de su padre, al presumir acciones del Programa “Un cuarto más”.

Para ello se utilizó la Asociación Civil “Mentes Emprendedoras”.

Se trata, en efecto, “de pruebas magníficas de un delito brutal”, que luego fueron borradas.

En total 87 publicaciones en su cuenta de Twitter, en donde evidenciaba cómo su padre benefició con recursos públicos a la AC que coordina el junior.

Reitero: corrupción, desvío del erario y nepotismo.

Que se siga moviendo.

Así más se hunde.

gar_pro@hotmail.com

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