Oídos sordos, por decir lo menos, es lo que ha puesto la delegada del ISSSTE en Puebla, Sandra Paola Rodríguez Gómez, ante un fraude inmobiliario en agravio de por lo menos 300 profesores, quienes a pesar de haberle expuesto con pelos y señales la desesperante situación que enfrentan, siguen sin obtener respuesta por parte de la indolente funcionaria federal, la misma que, como las avestruces, sólo ha atinado a esconder la cabeza debajo de la tierra.
La Unidad Habitacional Periférico Magisterial Sur fue concebida como una de las mejores para maestros de Puebla. FOVISSSTE se encargó de liberar los créditos para que, a partir de 2005, sus moradores pudieran tener su propia casa aquí.
Cuando llegaron a habitarlas, las obras estaban inconclusas, pero la inmobiliaria SGO, cuyo representante es Salvador Héctor Gómez Espinosa, les decía que en unos meses terminaría; el mismo discurso manejaba el FOVISSSTE, que les pedía que no se preocuparan porque eran retrasos “normales”.
De eso han pasado ya nueve años y la obra no se entregó ni en un 50%; peor aún: FOVISSSTE y SGO les entregaron las casas sin servicios públicos, a pesar de que, por ejemplo, los propietarios pagaron 11 mil 600 pesos por un convenio para agua potable.
A la fecha, las viviendas presentan vicios ocultos y cada vecino ha tenido que invertir desde 12 mil pesos hasta 70 mil pesos, pues algunas casas no tenían bomba de agua, boiler o tinacos, y otras, la mayoría, presentan cortos eléctricos, filtraciones de agua y cisternas con daño estructural. Nunca contaron con los muebles de baño ni con las áreas verdes por las cuales los profesores pagaron.
El colmo es que la inmobiliaria SGO ni siquiera dejó la electrificación de las viviendas; por lo tanto, no pueden contratar con el servicio de la CFE porque no hay cableado; los vecinos han tenido que hacer cooperaciones de entre 6 mil pesos y 10 pesos por familia para solucionar este problema, pero aún les faltan tres de las cinco calles que sólo están terminadas. Actualmente, 98 vecinos están conectados de un medidor que les autorizó la propia CFE, pero continuamente sufren apagones, desperfectos de aparatos eléctricos por las sobrecargas y hasta la fecha no pueden usar, por ejemplo, el horno de microondas porque, tras diez minutos, o explotan o se vuelven inservibles.
En resumidas cuentas: un fraude en toda regla, uno más al amparo de instituciones de gobierno corruptas e inmobiliarias acostumbradas a hacer lo que se les pegue la gana con total y completa impunidad.
Todavía más grave: los profesores pagaron 13 mil 300 por sus escrituras, pero ahora resulta que tienen que trasladarse hasta Tecali de Herrera para solicitar la búsqueda del expediente, así como pagar 16 mil pesos para que un notario las certifique, pues FOVISSTE no quiere respetar el convenio que se hizo con el notario que ésta les recomendó.
Del caso y de todas las anomalías existentes está enterada la delegada del ISSSTE; sin embargo, Sandra Paola Rodríguez Gómez anda, al parecer, más ocupada en construirse una candidatura a diputada federal para el 2015, que en atender el problema que no es, como dicen algunos, “entre particulares”.
Por medio de diversos escritos, los afectados han pedido a la funcionaria tres cosas: la primera, que ya no entregue créditos para ocupar viviendas en la Unidad Habitacional Periférico Magisterial Sur; la segunda, que ayude a solucionar el problema de las escrituras, pues están en la indefensión, y la tercera, que visite las casas para constatar el estado ruinoso y deplorable en que fueron construidas y entregadas por la inmobiliaria.
Pero a la fecha, no hay respuesta.
O sí: la indolencia.