Los contralores del gobierno de Enrique Peña Nieto deberían ponerse las pilas y empezar a poner sus ojos y oídos en algunas de las delegaciones federales en el estado de Puebla, en especial en la de Desarrollo Social, donde los casos de extorsión a presidentes municipales empiezan a ser más que evidentes: inocultables.
Si se hiciera una investigación seria y a fondo, los focos de atención tendrían que ponerse primero sobre el jefe de la zona 07 de la Sedesol con cabecera en Tehuacán, el Dr. Elías Sosa Hamud.
Dejando de lado las historias de prepotencia y abuso de autoridad, hay un tema verdaderamente preocupante.
Se trata de una bien identificada cadena de corrupción que consiste básicamente en exigir determinadas cantidades de dinero a los alcaldes de la región con la promesa –falsa- de gestionarles jugosos recursos de los programas sociales a cargo de la dependencia encabezada por Rosario Robles.
Pero eso no es todo: hay evidencias de que se están inflando las bitácoras de gasolina, mediante la alteración y falsificación de los vales, y del uso de los choferes de la delegación para asuntos estrictamente personales.
Sosa Hamud se dice –y siente- intocable, pues presume ser muy cercano tanto al delegado, Juan Manuel Vega Rayet, como al subsecretario de Prospectiva, Planeación y Evaluación, Juan Carlos Lastiri Quirós, aunque no está del todo claro si estos dos funcionarios saben realmente lo que viene sucediendo con el susodicho, quien maneja la jefatura como si se tratase de una empresa personal.
Los que sí, sin duda, están más que enterados son los presidentes municipales de Coyomeapan, Chapulco, San Martín Atexcal, Chilac y Zinacatepec, quienes, como suele decirse, “ya pasaron a la báscula”.
Bastaría que los contralores federales se echaran una platicada con algunos de ellos para conocer los verdaderos alcances de esta red de extorsión a nombre –santo y seña- de la Sedesol.
¿Voy bien o me regreso?
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Por cierto: Elías Sosa Hamud no es ningún desconocido para la clase política priísta.
En 2010 fue uno de los tantos traidores que operaron en contra del entonces candidato de la gubernatura, Javier López Zavala.
Sosa Hamud era delegado en Tehuacán de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno del estado y desde esa posición hizo todo, y todo es todo, para ayudar a la debacle de ¡su propio partido!
De acuerdo con el periodista Mario Alberto Mejía, nuestro personaje fue fácilmente cooptado por Sergio Gómez Ollivier, uno de los principales operadores de Rafael Moreno Valle Rosas.
Cito un fragmento de lo publicado en julio de 2010 por el autor de LaQuintacolumna:
“Gómez es un acaudalado empresario ferretero que tiene como su principal afición coleccionar animales exóticos. En la zona dorada de Tehuacán, junto a su residencia, ubicó un zoológico personal.
“Ahí se sienta a contemplar sus tigres siberianos, jaguares, panteras, osos, cebras, entre otras docenas de animales en peligro de extinción.
“Y fue hasta ese zoológico personal a donde, durante toda la campaña, llegaba Elías Sosa Hamud.
“Todos los martes, entre 10 y 11 de la noche, Sosa hablaba desde un teléfono público para avisar que llegaría en unos minutos.
“Cada semana entregaba una carpeta con toda la información de las giras de López Zavala.
“Asimismo redactaba una tarjeta con los reportes de todo lo que se decía en las reuniones interinstitucionales.
“A cambio recibía un sobre amarillo… también de manera semanaria.
“Fue Elías Sosa quien reportaba a Zavala que el desarrollo de las campañas priístas era “inmejorable”.
“Que Félix Alejo iba 12 puntos por encima de su adversario, en tanto que Balseca arrasaría por cerca de 20 puntos porcentuales.
“Al final Balseca fue abatido por 5 mil votos, en tanto que Félix fue avasallado por 14 mil.
“Pero al fin y al cabo esas eran las indicaciones que Elías Sosa recibía.
“Su función era la de desvirtuar toda la información, falsearla y tergiversarla hasta donde fuera posible.”.
Hasta ahí la cita.
Ese es Elías Sosa Hamud, un tipo capaz de cualquier cosa, hasta traicionar a su sombra, con tal de salirse con la suya.
El mismo que, como se ve, ha vuelto a las andadas, pero ahora montado en las espaldas de los presidentes municipales de la región de Tehuacán que lo sufren como si de Los Zetas se tratara.