Como buen jugador de póker, Rafael Moreno Valle no blofea por blofear: sabe cuándo, cómo y por qué abrir su juego.
Este lunes, por ejemplo, el gobernador mostró abiertamente otra de sus cartas en el juego del poder.
En efecto:
Por instrucciones superiores, Cabalán Macari Álvaro pasó lista de presente y ya debe ser considerado como una pieza importante del ajedrez de Casa Puebla de cara a las nuevas batallas por librar: 2015, 2016 y 2018.
El futuro se empieza a escribir desde hoy y por eso, al más puro y viejo estilo de la política mexicana, el secretario de Infraestructura fungió como orador oficial de la conmemoración por el 203 aniversario del inicio de la Independencia de México.
Un hecho cargado de símbolos y señales por parte del dueño de la baraja, que sigue intentando forjar una nueva clase política en la que caben los apellidos Gali, Aguilar Chedraui, Castañón, Riestra, Leal, Islas y unos cuantos más.
Poco importa, en realidad, lo dicho por Cabalán Macari ante el auditorio patrio: lo verdaderamente relevante es su elección como portavoz del grupo en el poder en tan solemne acto.
Aquí lo importante no es el que sino el quien.
Junto con Luis Maldonado Venegas (Secretaría General de Gobierno), Eukid Castañón Herrera (Contraloría) y Roberto Moya Clemente (Secretaría de Finanzas), Cabalán es uno de los cuatro hombres fuertes del morenovallismo; los cuatro pilares que en el día a día ayudan a sostener el edificio.
Hombre de resultados, forma parte de la burbuja y del círculo íntimo de amigos, de todas las confianzas, del mandatario, a quien ha acompañado desde el principio de la carrera, en las buenas, en las malas y en las peores.
Como secretario de Administración al inicio del sexenio, fue pieza clave para dar orden y vuelo a los planes y proyectos del gobernador.
Y a partir de hoy está listo para lo que sea: tanto que como buen soldado, irá donde el general en jefe le indique, sin importar si le tocan tiempos de guerra o tiempos de paz.
Hay que recordar que aunque suele ser minimizado por sus enemigos, no es ningún improvisado en materia política: ya fue dirigente estatal del Partido Nueva Alianza, una posición desde donde ayudó a construir la megacoalición que arropó a Moreno Valle en 2010, año en que por primera vez el Panal logró cuatro diputaciones y seis presidencias municipales.
Cabalán Macari es, pues, carta abierta del gobernador, quien nunca suele ocultar sus intenciones cuando toma definiciones.
Sólo es cuestión de recordar lo que pasó cuando se decantó por Tony Gali Fayad para la candidatura a la alcaldía de Puebla: no sólo no lo disimuló, sino que lo hizo explícito, para que no hubiera una sola duda sobre su decisión.
Algo así puede pasar con el secretario de Infraestructura en un futuro próximo, cuando esté en juego el Congreso federal o la minigubernatura, ese oscuro objeto del deseo que todo mundo subestima en público pero al que más de uno no deja de echarle el ojo en privado.