Mensajes Sicilianos

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Una pequeña, diminuta muestra de lo que será el proceso electoral de este año en Puebla se pudo observar con claridad esta misma semana.

Al igual que en 2010, cuando los excesos de prácticamente todos los actores involucrados sembraron resentimientos  y odios que a la fecha no se han curado, hoy las señales de las “fuerzas oscuras” detrás de los aspirantes a la presidencia municipal ya dejaron su impronta.

Para decirlo con rapidez: la guerra psicológica, el paso previo a la guerra sucia, empezó a manifestarse a través de las redes sociales, la nueva arena –sin reglas- de la lucha por el poder.

Dos de los más visibles aspirantes a la alcaldía, Tony Gali Fayad y Enrique Agüera Ibáñez, recibieron su respectiva cabeza de caballo (The Goodfather dixit).

Videos con información negativa, que abren nuevas -o resucitan viejas- acusaciones, fueron subidos a YouTube con el claro fin de intimidarlos y someterlos a una evidente táctica de desgaste.

Al estilo siciliano, sus rivales internos, y externos –todos anónimos, desde luego-, les están mostrando de qué van a ser capaces con tal de dañar sus reputaciones e impedir sus respectivos ascensos.

Además del 2013, que no es poco –porque por primera y única vez el periodo de gobierno será de casi cinco años-, lo que está en juego es el 2018, y a muy pocos les conviene que Agüera o Gali comiencen a escalar, antes que nadie, el Everest de Casa Puebla.

El ataque a través de medios alternativos, con su fábrica de lodo y los usos y costumbres de la guerra de guerrillas, no busca nada más polarizar y dar elementos de análisis a los amantes silenciosos de la teoría del caos.

Intenta, en especial, inocular antes de que sea demasiado tarde: “¿Quieres ser candidato? ¿De verdad? Pues te atendrás a las consecuencias de tu irracionalidad, es el verdadero mensaje.

Los autores –intelectuales y materiales- de la guerra psicológica no actúan a ciegas: tienen más, mucho más arsenal del que han mostrado y si bien saben que lo saben tanto Gali como Agüera, lo que buscan es que no lo olviden.

Que lo tengan presente todos los días todo el tiempo.

Y que en función de ello, tomen su decisión última.

¿Lo lograrán?

¿Abortarán el rector y el secretario de Infraestructura?

Decía Eisenhower que “sin lugar a dudas, la guerra psicológica se ha ganado dignamente un lugar dentro de nuestro arsenal militar”.

Tal vez no sabía lo que aseguraba Napoleón Bonaparte: que “las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo”.

¿Quieres que te lo cuente otra vez?

gar_pro@hotmail.com

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