1.- En el 2009 sólo hubo dos alianzas electorales: PRI-PVEM y PRD-Convergencia; el PT se fue solo, al igual que el PANAL.
2.- En el 2009, el gobernador Mario Marín y el PRI tenían el control (todo el control) político del estado que usaron como si fuese de su propiedad; de hecho, ganaron la mayoría de las diputaciones federales. Así, a San Lázaro llegó hasta su hermana y su comadre.
3.- Tal vez Rafael Moreno Valle no lo sepa, pero su actual gran aliado, el perredista Luis Miguel Barbosa Huerta, mantenía no buenas, buenísimas relaciones con Marín Torres, y sus dos enviados para ver los asuntos electorales con el PRI y recibir recursos frescos desde Gobernación, eran sus cómplices Miguel Ángel de la Rosa (el hoy dirigente estatal del sol azteca) y el actual diputado local Erik Cotoñeto.
4.- Por el lado de Convergencia lo hacía José Juan Espinosa y por el PT, Zeferino Martínez y Mariano Hernández. Eran los tiempos del control absoluto del ex gobernador sobre estos partidos.
5.- La estrategia era una sola: golpear a los candidatos de la derecha, es decir, del PAN, para beneficiar al PRI. El trabajo sucio lo hicieron los abanderados del PRD, Convergencia y PT. Y es que la mayoría de los candidatos del PRI a diputados fue de bajísimo perfil, varios de ellos verdaderos analfabetas funcionales, todos –eso sí- impuestos por Javier López Zavala, Mario Marín Jr., Alejandro Armenta o Valentín Meneses, con la venia de Marín desde su bunker de Casa Puebla.
6.- Sobre el distrito electoral 11 con cabecera en Puebla capital, Myriam Arabian Couttolenc fue la candidata del PAN a la diputación federal, su casa de campaña estuvo en la 11 Sur y la 43 Poniente.
7.- Para ese mismo distrito, el PRD primero impulsó al empresario textil Tony Kuri, una persona decente que cuando supo que sólo lo querían como plomero o patiño para atacar al PAN, es decir, a Myriam Arabian, renunció a la candidatura. Después, los estrategas del PRI impulsaron al dueño de una escuela de turismo: Miguel Ángel Javier Ojeda Sosa. Lo registraron y sin más, de un día para el otro, renunció a la candidatura, seguramente por las mismas razones que Kuri.
8.- Después, por el PRD se disputaron el distrito Telésforo Américo y el (porro) Armando Méndez Romero; ambos no eran del distrito pero aún así los consideraron. Ahora ya no quiere acordarse, pero fue Luis Miguel Barbosa Huerta quien dio la autorización, con la intervención de sus enlaces marinistas, para que Méndez Romero fuera el candidato sustituto del PRD en el distrito 11. ¿Su misión? Una sola: atacar con todo a Myriam. Como perro de presa.
9.- El jovencito Juan Carlos Natale tampoco era del distrito 11; al interior del PRI, sus grupos lo rechazaban, pero logró ser candidato de la alianza PRI-PVEM, partido éste último al que kafkianamente se afilió tras renunciar al tricolor. Durante su campaña, Natale demostró varias cosas, pero sobre todo su pobre nivel político y su bajo coeficiente intelectual. Superficial. Caótico. Frívolo. En un mitin llegó al extremo de ofrecer besos a las mujeres que votaran por él. Rodeado de un grupo de juniors como él y payasitos que regalaban de todo, intentó recorrer el distrito. Nunca levantó. Su padrino, Don Beltrone, también conocido como Manlio Fabio Beltrones, le daba de vez en cuando una palmadita en la espalda de vez para animarlo. Lo daban por muerto pero como en las películas de terror, literalmente revivió en el último segundo, cuando nadie se lo esperaba, para clavar el cuchillo por la espalda al héroe del thriller.
10.- Myriam Arabian no hizo una gran campaña pero trabajó y peleó con todo. Pudo ganar, pero el Operativo Tamal y el Operativo Rotoplas (el gobierno marinista repartió cientos, tal vez miles de depósitos de agua en secciones electorales marginadas) surtieron efecto en el distrito 11, al igual que en el resto del estado. Natale ganó por escasísima diferencia, de panzazo, y sólo gracias a la suma de los votos registrados por PRI y PVEM por separado.
11.- Durante la campaña hubo un pequeño escándalo, cuyos verdaderos detalles se conocieron hasta tiempo después, pero que básicamente tuvieron que ver con un hecho irrefutable: los priístas piratearon la cuenta de correo electrónico de la hermana de Myriam, es decir, la hackearon; interpretaron cierta información como desvío de recursos públicos federales a favor de su candidatura y entonces la denunciaron ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales de la PGR. Myriam venía de ser coordinadora de delegados de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno de Felipe Calderón.
12.- Juan Carlos Natale nunca le dio seguimiento a dicha denuncia; fue el PRI y su área jurídica los que continuaron la averiguación previa, una de tantas en el turbio mundo electoral de este país, en el que gana una elección el que invierte más dinero y hace más marranadas sin que los demás se den cuenta.
13.- Después, los dirigentes del PRI pusieron en las manos de Armando Méndez Romero, previo apoyo económico, decenas de copias de correos electrónicos enviados por la hermana de Myriam a ésta y de ésta a aquélla con datos o comentarios que, desde cierta perspectiva, sugerían alguna clase de intervención del gobierno federal en su campaña. Fue el PRI, también, quien organizó y financió la rueda de prensa en la que Méndez detonó el tema contra la panista.
14.- Como diputada federal, Myriam Arabián promovió y apoyó una denuncia colectiva contra el priísta Óscar Aguilar por presuntos malos manejos en el Instituto Poblano de la Vivienda, del que era director; el litigo tenía que ver con un discutido caso de fraude contra docenas de poblanos dueños de casas de interés social. Hay quien ve la mano de Aguilar, actual diputado federal, detrás de la acción política y legal que, el pasado viernes, obligó a Myriam a separarse del cargo de secretaria de Desarrollo Social del gobierno morenovallista por espacio ¿de 15 días?
15.- Ante la falta de información, la especulación. Con la extraña resurrección de una denuncia electoral olvidada, ¿Aguilar habrá pasado factura a Myriam y de paso a Moreno Valle, a quien responsabiliza de su destitución –que eso fue- como coordinador de los diputados federales del PRI por el estado de Puebla? ¿Es acaso Aguilar capaz de mover un tema del ámbito de la PGR? ¿Tiene tantas relaciones? ¿Es tan influyente? ¿Por qué el gobierno federal panista no hizo nada para evitar el trago amargo y la humillación pública a una de sus consentidas? ¿Pues no que en Los Pinos, donde Myriam tiene a sus padrinos políticos, se enteran de todo?
16.- Otras versiones apuntan hacia una filtración por parte del PRI hacia el secretario general de Gobierno y jefe de gabinete, Fernando Manzanilla, quien habría aprovechado la ocasión (¡y qué ocasión: nada más una orden de aprehensión contra la titular de la SEDESO!) para empezar la ahora conocida como Limpia de los 100 días. De ser así, el problema no es si regresa o no Myriam a la dependencia, sino ¿quién sigue? ¿Amy Camacho? ¿Ardelio Vargas? Hay que decir que los partidarios de esta versión son pocos, aunque eso sí, fieles creyentes de que así, sin prácticamente ensuciarse las manos y con mísiles provenientes del PRI, se habrían quitado de encima a una imposición en el gabinete de Margarita Zavala de Calderón y a una muy, muy segura candidata del PAN al Senado.
17.- Más allá de que la famosa Teoría del Fuego Amigo sea verdad o mentira, lo único cierto es que Myriam (que es una dama en toda la extensión de la palabra) cometió el gravísimo error de –como dicen en mi pueblo- ponerse “de pechito” para satisfacción de sus enemigos, los de hoy y los de ayer, los de adentro y los de afuera. ¿Cómo no resolvió ese cabo suelto antes de sumarse al equipo de Moreno Valle, que todos los días construye un proyecto nacional en el que ni los errores ni los escándalos tienen cabida? Si sabía lo que venía y no hizo nada, malo; y si no sabía, todavía peor. En la política hay un nivel en el que no se permiten las equivocaciones. Es muy probable que Myriam esté pagando el precio de la ingenuidad, de la torpeza, del exceso de confianza o de las tres juntas y revueltas.
18.- Para el PAN –que cree que los poblanos se chupan el dedo-, todo se reduce a una sola cosa: Myriam estaba por abrir expedientes, cloacas y otras porquerías de Marín y sus cómplices (especialmente Alejandro Armenta, Javier López Zavala y Juan Carlos Lastiri, que fueron secretarios de Desarrollo Social y que ciertamente usaron la dependencia y sus millonarios presupuestos como agencia electoral del marinismo). Según Juan Carlos Mondragón, dirigente panista, el PRI lanzó esta granada de fragmentación para impedir que Myriam los mandara a la cárcel y que, por tanto, pusiera en riesgo el acuerdo de impunidad entre Moreno Valle y Marín, avalado por Elba Esther Gordillo. Los amantes de esta teoría deben saber que, hasta antes de pedir licencia, Myriam no tenía un solo caso fuerte contra funcionarios del pasado sexenio (como tampoco la contralora Irma Patricia Leal). Eran corruptos, no pendejos. No dejaron ni una sola huella; o sí, pero sólo minucias que, en todo caso, exhibirían a charales, nunca a peces gordos. Lo que Mondragón no dice es que en términos prácticos, la principal beneficiaria de la caída de Myriam sería a corto plazo Ana Teresa Aranda, quien, como en el Melate, ya se vio, ya se vio como la candidata del PAN al Senado (aunque ponga cara de tristeza y casi, casi se le salgan las lágrimas al hablar del caso de su amiga, la pobrecita de Myriam Arabian).