Aunque muchos adelantados son incapaces de contenerse en sus ansias (políticas), la sucesión en la gubernatura poblana está todavía lejos, la competencia por la candidatura de Morena será muy complicada y las definiciones pasarán, inexorablemente, por Casa Aguayo. No son tiempos de destapes ni de actos anticipados de campaña. Es, incluso, muy probable que el futuro candidato o la futura candidata todavía no esté a la vista.
En los últimos meses muchos han vivido con prisas.
Han querido dar zancadas y apretar el paso hacia 2024.
Van lo mismo a pie que a caballo (es metáfora, pero podría no serlo).
Pretenden montarse en las estructuras parlamentarias o de gobierno.
En la imagen y popularidad de Andrés Manuel López Obrador.
Cargar a los erarios las facturas de sus festejos y destapes.
Algunos ya de tan destapados se ven con una pulmonía prematura.
Veamos.
Los casos que más a la vista de los medios han estado son los de Ignacio Mier Velazco y su primo Alejandro Armenta Mier.
Los dos con muchas ansias.
Los dos precoces (políticamente).
Con una serie de errores que, en lugar de acercarlos a su meta, los alejan de la boleta en 2024.
El primero, coordinador de los diputados federales del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) a quien le han salido tantos problemas, que ya lo han descartado como un aspirante serio.
La investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que lo menciona en una trama de lavado de dinero, lo ha puesto contra el suelo.
La aprehensión por extorsión de su socio y propagandista, Arturo Rueda, con quien comparte 75 por ciento de las acciones de Diario Cambio, ha sido un golpe contundente.
Uno del que no se puede zafar aludiendo el “libre albedrío” del empresario de medios.
Eso, sin contar sus fracasos recientes.
El electoral en Durango, donde fue el delegado del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena.
El legislativo con la Reforma Eléctrica.
Mier mejor debería arreglar primero sus temas legales y ya luego pensar en la gubernatura.
Si es que puede.
Está también su primo, Alejandro Mier, con graves tropiezos.
De principiantes.
Más de una vez ha hecho alianzas con los enemigos de la Cuarta Transformación (4T) en Puebla.
Le gusta sacarse fotos con personajes que, en lugar de abonarle, le restan.
Lo hemos visto con Claudia Rivera Vivanco, la peor carta de presentación del lopezobradorismo nacional.
Con ex priístas.
Con marinistas.
Hasta con personajes que ahora duermen en Tepexi y no precisamente con vista a las estrellas del cielo mixteco.
Como sepulturero zombie, le da de vez en cuando por revivir innecesariamente a cadáveres políticos.
Algo así le pasó este fin de semana.
¡¿Qué pensaba Armenta al asistir a la cabalgata con los Morales?!
La familia que ha saltado del PRI al PAN, con el morenovallismo, y que ahora, de la mano del senador de la República, pretende buscarse un lugar en la 4T poblana.
¿Quién diablos asesora a Alejandro Armenta?
¿Su peor enemigo?
Específicamente en la región de Tepeaca, los Morales han sido históricamente sus adversarios.
Lo fueron desde que él también estuvo en el PRI.
Alejandro Armenta salió políticamente de la región de Acatzingo.
Y los Morales son los caciques de la región.
Este mismo lunes, el presidente del Congreso local, Sergio Salomón Céspedes Peregrina hizo un llamado a los suspirantes del 2024 a mantener la calma.
A no comer ansias.
A respetar la ley.
En pocas palabras: a dejar la incontinencia.
Una incontinencia que, además, no se ve bien desde Casa Aguayo, el epicentro del poder en el estado.
Ahí están las advertencias para quien sepa verlas.
Pero más, para quien pueda comprenderlas.
Porque todo, todo tiene consecuencias.