Al menos de botepronto no hay una referencia de un gobernador que se haya reunido con los líderes de las porras del Puebla de la Franja y que, además, haya llegado a acuerdos. Los elementos para tener una afición sana también se construyen y se procuran. La meta es que ese llamado juego limpio, fair-play, se viva en el campo y también en las gradas del Estadio Cuauhtémoc.
Luego de las lecciones dolorosas que dejó el enfrentamiento brutal entre las barras de los equipos de Querétaro y el Atlas de Jalisco, en el estadio La Corregidora, la prevención ha surgido urgente en las agendas de las autoridades.
En el caso de Puebla, esta semana se anunciaron medidas para prevenir hechos de violencia.
Cualquier hecho de violencia.
No queremos siquiera pensar en golpizas inhumanas, como las que vimos, por los testimonios gráficos en redes sociales, del pasado 6 de marzo.
Los nuevos lineamientos son abundantes y se ofrecieron bien detallados.
Entre ellos:
Incremento de elementos de policías Estatal, Municipal y seguridad privada.
Revisión y actualización de los planes y dispositivos de seguridad del Club Puebla, en cada partido.
Revisión y actualización de los programas internos de protección civil del Estadio Cuauhtémoc.
Un reglamento para palcos y plateas.
Que no haya barras del equipo visitante.
Reubicación y aislamiento del grupo de animación local.
Restricciones en la venta de cerveza y bebidas alcohólicas.
Credencialización de grupos de animación locales.
Implementación de sistema de reconocimiento facial y Fan ID, tema polémico por cierto por tratarse de datos personales.
Y el establecimiento de una mesa de trabajo permanente interinstitucional.
En ese contexto, se realizó este martes una reunión entre el gobernador, los directivos del club y líderes de tres barras locales.
El encuentro en Casa Aguayo estuvo lleno de información y propuestas.
Pero hay ya una acción concreta que se acordó.
El estado de Puebla patrocinará el Congreso Nacional de Barras, que tiene, entre otros, el mismo objetivo que todos buscan: mayor seguridad en los estadios.
El tema avanzará, esperamos, en breve.
Surgió a propuesta de uno de los asistentes y el gobernador Miguel Barbosa de inmediato le dio el sí e instruyó a Jesús Ramírez, titular de Administración, a ponerse a trabajar “ya”.
En todas las épocas los estadios se han visto manchados por la violencia.
Todos o casi todos en el país.
En distintas dimensiones.
Con diferentes consecuencias.
El futbol en Puebla y en buena parte del país es el deporte masivo por excelencia.
Que el dos veces mundialista Estadio Cuauhtémoc pueda ser ejemplo nacional es una muy buena noticia.
Se gana en la cancha, pero también cuando hay juego limpio en las gradas.
Fair-play everywhere.