En los últimos días, los demonios se soltaron en Puebla. Los casos del bebé Tadeo, el feminicidio de Liliana Lozada, el asesinato de la niña de Zoquitlán, el suicidio de una menor en Bosques de San Sebastián, el confuso caso de Leslie Alcántara y el asesinato del edil auxiliar Huauchinango, han configurado un escenario muestra la descomposición social que vivimos, pero también las acciones tardías y/o corruptas de algunas autoridades, que ha llevado al gobierno del estado a tomar medidas contundentes.
No todos los casos, por supuesto, son atribuibles a servidores públicos.
Pero todos en conjunto nos llevan a preguntarnos como sociedad ¿qué nos está pasando?
En qué momento nos convertimos en una sociedad salvaje y violenta, sin el menor aprecio por la vida.
Por lo pronto, por los temas que son de responsabilidad directa de las autoridades, por intervención o por omisión, el gobernador Miguel Barbosa tomó la decisión de realizar cambios en la Secretaría de Seguridad Pública.
Como titular de la SSP designó a Daniel Iván Cruz Luna.
En tanto, como subsecretario de los Centros Penitenciarios, a Jorge Pérez Melchor.
Sobre el caso específico del bebé Tadeo, robado de un panteón de la Ciudad de México e introducido a penal de San Miguel, cuyo cuerpo fue hallado en un contenedor de basura de la misma cárcel, también la Fiscalía General del Estado (FGE) informó de la aprehensión de 19 personas, entre ellas directivos del penal, a quienes se les investiga por abuso de autoridad, infracciones a las leyes y reglamentos sobre inhumaciones y exhumaciones, y encubrimiento.
Sin duda, este es un caso de horror, cuyas investigaciones apuntan a una hipótesis escalofriante, relacionada tal vez con ritos satánicos.
Lo adelantó tenuemente el gobernador hace unos días.
Lo enunció.
Pero el debido proceso y el sigilo de las pesquisas llevó a las autoridades poblanas a tener mucha prudencia.
Ello, a pesar de la andanada, injusta y con matices políticos, de críticas que se dispararon desde la asociación Reinserta y otros actores.
Pero a la par del anuncio de los avances de la investigación este caso, se halló sin vida a la joven Liliana Lozada.
El cuerpo de la modelo y maquillista fue encontrado el fin de semana, tras varios días de angustiosa búsqueda, en el municipio de Huaquechula.
Se sabe que el posible culpable está prófugo.
¿Hubo tardanza en el caso?
La semana pasada, fue hallado el cuerpo de una niña indígena, de apenas 10 años de edad, que antes de ser asesinada fue abusada sexualmente, en Zoquitlán.
La indignación es mayúscula.
María Isabel N. había salido de su casa, como cualquier otro día, hacia el domicilio de una vecina y como ha sucedido con muchas más mujeres, ya no regresó.
Este lunes el asombro nos invadió con la noticia del suicidio de una pequeña de solo 13 años.
Anunció a su mamá que iba a dormir y se quitó la vida.
¿Qué puede hacer que una niña opte por el suicidio?
El fin de semana, por si algo faltara, se conoció del caso de Leslie Alcántara.
La joven de 26 años que se dedicaba, aparentemente, a la venta de calcetas y varios artículos más a través de redes sociales.
Fue arrestada por supuestamente dedicarse también al narcomenudeo.
Sus familiares lo niegan.
Aseguran que es inocente y que hay abuso de autoridad en este caso.
Hay mucho que aclarar.
La madrugada del lunes fue asesinado Mariano Gregorio Gutiérrez, presidente auxiliar electo de Xopanapa, en el municipio de Huauchinango.
Hacía apenas unas horas que había ganado en la jornada plebiscitaria.
Y del o los asesinos, así como del posible móvil, nada de sabe.
Muchos casos todos juntos.
No cabe duda que “los demonios andan sueltos”.
A ver cuándo y cómo tocamos fondo todos, porque de lo que está pasando en Puebla desde hace varios años, de este escenario de violencia y ruindad, todos, directa o indirectamente, somos culpables.