Sobre la postergación en Puebla del regreso a las actividades plenas en las industrias automotriz y de la construcción, aunque hay voces que no están completamente de acuerdo, los directivos han entendido que, en el espíritu de esta decisión del gobierno estatal, está el objetivo genuino de evitar una catástrofe humana por el Covid-19, pues “lo peor está por llegar”.
El gobernador Miguel Barbosa no teme al costo político.
A diferencia de las definiciones que se toman en Palacio Nacional, él está mostrando responsabilidad.
Los contagios en el estado vienen en un intenso ascenso.
Exponer a más de 159 mil personas que trabajan en estas dos áreas muy importantes de la economía estatal representa abrir una caja de pandora.
Un “riesgo exponencial de contagios y de muertes que desbordarían al sistema hospitalario”, advierte el decreto que este 22 de mayo se publicó en el Periódico Oficial del Estado.
No hay ahora las condiciones, así de claro y de irrebatible.
“La tasa de letalidad está en 19 por ciento, pero el que muere significaba el 100 por ciento en la vida de otros seres”, escribió en su exposición de motivos el mandatario.
Hay que reconocer en los directivos, particularmente de la industria automotriz, esa “convicción y humanismo” a los que alude el documento.
Han mantenido reuniones con la secretaria de Economía, Oliva Salomón.
Han decidido que emitirán sus respuestas y buscarán diálogo, de acuerdo con el semáforo de la pandemia.
El estado tendrá el propio.
En el caso de Audi y Volkswagen, en Puebla, los directivos finalmente son alemanes o tienen una formación de pensamiento europea.
Quien mejor ha manejado esta crisis sanitaria en Europa son precisamente Alemania y su primera ministra Angela Merkel.
En estados como Coahuila y Guanajuato, las condiciones de la epidemia son distintas.
Allá las muertes son apenas la quinta parte que en Puebla.
Incluso se estima que ya van hacia el descenso de la curva.
General Motors de México anunció que reiniciará operaciones paulatinamente.
Comienza el jueves en sus plantas en Ramos Arizpe y Silao, respectivamente.
Puebla tiene otro escenario.
Aquí, se impone la urgencia: “mientras más reacios seamos a tomar decisiones difíciles, el virus avanzará contagiando y matando a más poblanas y poblanos”.
“Aquellos que crean que la política es sólo el poder, no son poseedores del poder, son sus esclavos, yo no soy esclavo del poder”, advirtió Barbosa.
No es el tiempo de cálculos políticos.