Apenas se conoció la renuncia de Carlos Romero Deschamps a la secretaría general del Sindicato Petrolero, las dos secciones de Puebla, la 46 de San Martín Texmelucan y la 39 de Huauchinango, se impregnaron de dos aromas: el de la esperanza de los trabajadores que por décadas han denunciado “fraudes” y abusos de los dirigentes, y también de tensión, por los jaloneos que vendrán, con riesgo hasta de enfrentamientos, por la permanencia del grupo que por un cuarto de siglo ha tenido el poder. Especialmente en la Sección 39, en la Sierra Norte, las especulaciones son muchas, pues el dirigente, Carlos Soto Islas, quien goza de poder descomunal e “impunidad” a toda prueba -nos dicen-, era uno de los favoritos del líder caído; sobre él, además, hay decenas de asuntos que son competencia lo mismo del litigio civil, que del penal.
Para nadie es un secreto que los territorios que dan sede a las secciones del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) son coto de los dirigentes.
Su influencia trascendía y hasta sometía a los poderes políticos y públicos.
Muchos de ellos eran dueños y señores feudales.
Puebla no fue la excepción.
Especialmente la Sección 39 con asiento en Huauchinango.
Ahí, el actual secretario geneal, Carlos Soto Islas, llegó hace 25 años a las labores gremiales.
Precisamente casi desde que Romero Deschamps quedó al frente del STPRM, luego del llamado quinazo, la operación armada y jurídica, con que el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, aprehendió, destituyó y encarceló al otrora intocable líder petrolero Joaquín Hernández Galicia, La Quina (d.e.p).
Soto Islas se convirtió casi de inmediato en uno de los más eficientes soldados del dos veces diputado y dos veces senador priísta.
Pronto se volvió en consentido.
Su dominio en la región de Huauchinango de su influencia han sido, desde entonces, hace ya 25 años, casi absolutos.
Como principal dirigente lleva más de dos décadas.
Los estatutos del STPRM le han permitido la reelección.
Literalmente, Carlos Soto es en Puebla el símil, si no es que copia fiel, de lo que a nivel nacional representó su tocayo Romero Deschamps.
El caso de la Sección 39 de Huauchinango es por mucho, la que llama la atención sobre la de San Martín en este caso.
Literalmente, nos dicen trabajadores petroleros desde allá, la noticia ha sido de impacto.
“Ya muchos habíamos perdido la esperanza respecto a la destitución de este personaje”.
La caída de Romero “nos genera nueva esperanza de justicia y que este tipo lideres represores se van a ir debilitando poco a poco”.
La renuncia de Carlos Antonio Romero Deschamps debe tener, en el contexto nacional, una lectura inequívoca:
Se trata de todo en un esquema de limpia que realiza la Cuarta Transformación (4T).
En éste, están como invitados especiales Rosario Robles Berlanga, ex titular de las secretarías de Desarrollo Social (Sedesol) y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), en el gobierno de Enrique Peña Nieto, y hoy presa.
El abogado predilecto del anterior sexenio, Juan Collado, con sus cuentas congeladas, sus chequeras decomisadas y su nuevo domicilio en prisión.
Y qué decir, del caso más reciente, el ahora ex ministro Eduardo Medina Mora, quien tuvo un negro pasado y del mismo color el futuro.
Llegó el turno, ahora del líder petrolero.
La cama se le fue tendiendo en días pasados, con las revelaciones de los desvíos de la paraestatal a las campañas priístas.
El sindicato siempre fue la vía.
Se sabía y se comienza a comprobar.
Ahora bien, el silogismo es obligado:
La 4T gobierna en el país y hace una limpia que ya tocó a los otrora intocables líderes petroleros.
En Puebla también gobierna la 4T.
Luego entonces, la conclusión es obvia.
Hay en la espera, literalmente desde hace décadas, litigios contra el dirigente del STPRM de Huauchinango.
Laborales, civiles y penales.
Nunca se le ha tocado.
Su poder territorial es inconmensurable.
Era favorito del caído.
Saque usted sus conclusiones.
“Por fin las denuncias en su contra van a proceder y pues tenemos fe que esto le va ayudar al gremio petrolero a ya no sentir miedo, a alzar las voz y no dejarnos mangonear por miedo a perder el trabajo.
“También abre la posibilidad de que, ahora si, por fin se elija a un nuevo grupo sindical, que ya no sea intocable…
“Los trabajadores especulan que puede haber renuncia del líder sindical de la 39. Quitarlo no se puede porque se elije de forma legal (estatutaria)”, pues recién se había reelegido el año pasado.
Los entrecomillados son de varios trabajadores petroleros.
La lógica indica una sola posibilidad en este tema.
Esa posibilidad, por ahora, huele a esperanza, pero también a mucha tensión.