EL CAMINO DE RODRIGO ABDALA, EL ¿“VICEGOBERNADOR” DE PUEBLA?

RUEDA DE PRENSA. MORENA

Mientras el gobierno de AMLO no cambie radicalmente el Convenio de Coordinación Fiscal y las Reglas de Operación de los programas federales para 2019, es difícil suponer que sus 32 coordinadores estatales puedan ejercer realmente como “vicegobernadores”. En cambio, quedarían reducidos a figuras políticas, con muchísima influencia y margen de maniobra, pero sin sustento constitucional y con tareas de sesgo proselitista a futuro. De hecho, Rodrigo Abdala, el emisario de López Obrador, verá pasar por su oficina casi 70 por ciento del presupuesto de la entidad, pero no podrá definir cómo se ejercerá pues, como están actualmente las cosas, es la administración estatal la que define su destino.

Una vez que se entregue en el Congreso de la Unión, a más tardar el próximo 15 de noviembre, el Paquete Económico 2019, se verá si hay realmente intención del lopezobradorismo por modificar la forma en que hoy se entrega el presupuesto federal y el federalizado a estados y municipios.

Los gobernadores constitucionales estarán en contra de que ocurran cambios drásticos, pues hoy la mayor parte de los recursos públicos que llegan de la Federación por los ramos ordinarios 23, 28 y 33 y algunos recursos adicionales son administrados por los estados.

Sin ese cambio de fondo en el Pacto Federal, que puede además acarrear controversias constitucionales, los coordinadores lopezobradoristas serán, como todo apunta, figuras políticas de presión y operación, pero no autoridades administrativas sólidas.

Para comenzar, es inconstitucional suponer que se puede colocar a un funcionario federal designado, por más que lleve la bendición del Presidente, en el mismo nivel administrativo y jerárquico que a las autoridades democráticamente electas, como los gobernadores y gobernadoras.

Sin embargo, así se pretende, y la intención clara es generar un control territorial y político.

De ahí que en algunas entidades, como el Estado de México y Jalisco, por poner solamente dos ejemplos, Andrés Manuel López Obrador haya nombrado Coordinadores Estatales de Programas de Desarrollo a quienes fueron los candidatos perdedores en las más recientes elecciones.

Delfina Gómez, quien estará en el Edomex, perdió frente al priísta Alfredo del Mazo Maza.

En tanto, el jalisciense Carlos Lomelí Bolaños, quien fue el candidato perdedor a la gubernatura, será la cuña en Jalisco de su ex contrincante de Movimiento Ciudadano y hoy declarado mandatario electo independiente, Enrique Alfaro Ramírez.

Por cierto que Alfaro ya advirtió que no permitirá un “vicegobernador” y que él se entenderá directamente con el Presidente de la República.

Es el primero de varios que lo podrían hacer con la razón jurídica como aliada.

En esos dos estados la intención no es otra que el enfrentamiento político.

En Puebla el tema tiene matices distintos, pues Rodrigo Abdala es en realidad la vía para que el ex gobernador Manuel Bartlett Díaz, su tío político y principal soporte ante López Obrador, pueda regresar virtualmente al poder en la entidad.

En lo político la disputa es inevitable si se mantiene la figura del coordinador estatal, pero en lo administrativo, sin cambios de fondo a las reglas y normas establecidas en la repartición del erario federal, las cosas son muy distintas.

Veamos el ejemplo con números: Puebla obtuvo en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el Ejercicio Fiscal 2018, más el monto de recursos propios, alrededor de 88 mil millones de pesos.

Haciendo el balance obvio, si esa cantidad se reedita, por la oficina de la dupla Abdala-Bartlett pasarían más de 60 mil millones de pesos, pero no podría definir específicamente todo el destino final de ese monto.

El tema es muy interesante, en lo técnico y en lo político.

Falta ver hasta donde el nuevo Gobierno de la República se atreve a cambiar, con base en sus facultades o excediéndolas, el Pacto Federal.

Ese que finalmente ha funcionado incluso en los periodos de transición entre administraciones de distintos partidos que, desde 2000, cuando llegó Vicente Fox Quesada, suman ya 18 años.

Hay en este tema todavía muchos cabos sueltos y preguntas sin resolver.

gar_pro@hotmail.com

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