Aunque las reuniones y las negociaciones continúan, no hay nada en el escenario que indique que el PRI firmará el Pacto por Puebla –ahora conocido como Pacto de Loreto y Guadalupe- propuesto por el gobierno de Rafael Moreno Valle.
Fuentes bien informadas cuentan que el jueves de la pasada semana volvieron a encontrarse el secretario General de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, y el dirigente estatal priísta, Pablo Fernández del Campo.
Una nueva reunión habrá entre este martes y el jueves; sin embargo, el tema sigue atorado, especialmente porque en la oficina del funcionario estatal no ha habido eco a las principales condiciones que el PRI ha puesto sobre la mesa para avalarlo.
Entre ellas, estas tres:
Que el gobierno de Moreno Valle haga un compromiso real con la transparencia y demuestre en los hechos que está a favor del derecho de los poblanos a acceder a la información oficial, quitando los candados impuestos a la ley y al reglamento correspondiente.
Que dé a conocer el gasto que ha realizado hasta hoy en los medios de comunicación, principalmente electrónicos, pues en opinión del Revolucionario Institucional, se invierte más en la promoción personal del mandatario que en el apoyo al campo, los indígenas y la educación superior.
Y que se terminen las presiones políticas, “con tintes electoreros”, hacia los presidentes municipales de todo el estado mediante el programa “Peso por Peso”, que los ata de manos para decidir qué obras realizan en sus comunidades y con cuáles constructoras.
Hay, por supuesto, otros puntos que el PRI pretende incorporar al documento final del Pacto por Puebla; empero, ni siquiera han llegado a ser planteados, por lo que el pronóstico no es bueno.
Hasta hoy existe un borrador, mismo que ya tiene el CEN del tricolor, que lo ha calificado de “mera enunciación de lugares comunes” y de “propósitos que por ley de por sí debe cumplir el titular del Ejecutivo”.
El PRI no romperá el diálogo ni se ausentará de las reuniones con Manzanilla, pero no lo firmará hasta que se cumplan sus condiciones. Hay reciprocidad y cortesía dado que el CEN del PAN aceptó sumarse al Pacto por México empujado por el presidente Enrique Peña Nieto, pero en Puebla no dará su brazo a torcer a cambio de nada.
Cuentan que es el delegado del CEN tricolor, Fernando Moreno Peña, quien ha puesto marcaje personal a la negociación con el gobierno morenovallista.
El PRI sabe que un pacto sin su firma prácticamente no tiene sentido: ¿de qué sirve que lo avalen los partidos que están a las órdenes de Casa Puebla? De nada; por ello, aseguran, tratará de imponer sus condiciones.
Habrá que ver si Fernando Manzanilla está dispuesto a ceder y a satisfacer las principales demandas del Revolucionario Institucional a cambio de sumarlo al acuerdo, o si siguen pensando que el Pacto de Loreto y Guadalupe va, con o sin ellos.
***
En el CEN del PRI juran que muy probablemente esta misma semana –el viernes, tal vez- podría estar en Puebla el presidente, César Camacho Quiroz.
No es oficial, pero ya se trabaja en una agenda para que el líder priísta sostenga reuniones de trabajo con líderes y miembros de la estructura del partido para formalmente dar el banderazo de salida al proceso electoral 2013.
Será en las próximas horas cuando se confirme la presencia de Camacho Quiroz en la entidad gobernada por Moreno Valle.
***
Una muestra de que sigue el pleito de vecindad en La Vista Country Club es el memorándum que empezó a circular entre algunos condóminos y que se atribuye al presidente del “exclusivo” fraccionamiento, Marcos Salame J., quien ahora, al parecer, pretende construir un área comercial con 25 locales para el público en general, lo que en términos prácticos equivale a “changarrizar” el lugar pese a la oposición de los vecinos.
Según Salame, que dirige el documento a Olivia Salomón de Moreno Valle Sánchez –directora del complejo residencial-, habrá sanciones para quienes se manifiesten en contra del centro comercial y del obvio cambio de uso de suelo, enfrentando a la mismísima vigilancia interna de La Vista, que los boletinará para impedirles el paso ¡a sus propias casas!
¿Así o más patético?