Fuentes por lo general estupendamente informadas cuentan que el martes de esta semana hubo un cónclave privado –qué privado: privadísimo- en el Comité Ejecutivo Nacional del PAN para abordar el proceso electoral de 2013 en Puebla.
Los asistentes fueron tres: el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, el alcalde Eduardo Rivera Pérez y –como árbitro- el líder del blanquiazul, Gustavo Madero Muñoz.
Nadie más. No llegó Juan Carlos Mondragón, pues ya se va del Comité Directivo Estatal, ni tampoco Rafael Micalco, que aún no termina de llegar a la dirigencia del partido en Puebla.
Según aseguran, la reunión sirvió para dar seguimiento a los acuerdos alcanzados hasta hoy entre el morenovallismo y El Yunque en la mesa de negociaciones que se abrió tras los encontronazos de hace unos meses.
Las fuentes afirman que hubo acuerdos y desacuerdos.
Los primeros tienen que ver –como ya adelantó el informado columnista Ricardo Morales Sánchez en su “Serpientes y Escaleras” de Intolerancia Diario- con el reparto de los 7 nuevos distritos en la ciudad de Puebla.
Eduardo Rivera y el grupo que representa designarán a sus propios candidatos a diputados en los distritos 10, 11 y 12, y Moreno Valle en los restantes: el 13, 14, 15 y 16.
(Por cierto: no se dijo en la reunión del CEN pero ya se sabe que el gobernador quiere lanzar por estas demarcaciones a su contralora Patricia Leal; a su secretario de Finanzas, el neopoblano Roberto Moya; a su secretario de Salud, Jorge Aguilar Chedraui, y tal vez a su subsecretario de Gobierno, Mario Rincón).
Salvo algunos detalles, el reparto de distritos así quedará entre el morenovallismo y la ultraderecha. El arreglo –del que es aval Gustavo Madero- incluye una beca de 4 años y 8 meses, perdón, una diputación local plurinominal para Juan Carlos Mondragón, quien así negoció su pretendida “dignidad”.
Fue en la parte de la candidatura del PAN a la presidencia municipal donde surgieron los desacuerdos, pero especialmente en el método que se usará para elegir al abanderado:
Moreno Valle, que sigue empujando con todo a su secretario de Infraestructura, Tony Gali Fayad, quiere que sea mediante una encuesta; y El Yunque, que ya se decantó por el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Francisco (“Franco”) Rodríguez Álvarez, pretende ir a una contienda interna, escenario en el que sus posibilidades de ganar aumentan.
(Y más si, como se comenta, la ultraderecha pacta con Fernando Manzanilla, el secretario General de Gobierno, quien trae de su lado a por lo menos 2 mil miembros activos del partido, con voz y voto, una fuerza nada despreciable para cualquiera).
Las fuentes señalan que lo único que quedó claro durante el cónclave en el CEN del PAN es que será muy pero muy difícil que haya un candidato de unidad.
Y que mientras persistan el veto de El Yunque hacia Gali Fayad y el rechazo de Casa Puebla hacia Franco Rodríguez, las diferencias persistirán entre morenovallistas y la ultraderecha, con el riesgo de que el PAN llegue dividido y más que eso: fracturado, al proceso electoral de 2013.
Un escenario más que favorable para el PRI, y tenga como candidato a Enrique Agüera, Pepe Chedraui o Enrique Doger.