Democracia sin medicinas ¿ni corrupción?
Lesly Mellado May
¿Qué pensaría si le dijera que una de las causas del desabasto de medicamentos (específicamente contra el cáncer) en el sector público tuvo su origen en Puebla?
Pues tendríamos que remontarnos al 14 febrero de 2019, cuando la Secretaría de Salud estatal avisó a la Cofepris que ocho pacientes del Hospital del Niño Poblano habían presentado reacciones adversas por la administración de un medicamento denominado metotrexato, producido por Laboratorios Pisa. Para mayo de 2019 la Cofepris revisó la planta de Pisa y ordenó detener la producción e inmovilizar la distribución del metotrexato.
A decir de la organización Impunidad Cero esta afrenta a los laboratorios generó el desabasto que todavía hoy viven quienes padecen cáncer infantil.
Lo cierto es que el desabasto no sólo es para esta enfermedad. Los derechohabientes del IMSS, ISSSTE, Pemex, ISSSTEP y quienes acuden a la red de hospitales públicos cotidianamente escuchan que no hay medicamentos. Y esta carencia no es sólo producto del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, data de hace dos décadas.
Ya en el año 2003 la Comisión Nacional de Derechos Humanos intervenía en casos de falta de medicamentos a través de recomendaciones al gobierno federal. Ese año se contabilizaron al menos 60 quejas. El desabasto, entonces, se explicaba por la corrupción. A los ojos de todos los mexicanos crecieron las fortunas de quienes ocupaban cargos en las Secretarías de Salud.
Parte de las expectativas de la llegada de AMLO a la presidencia es que ¿por fin? los mexicanos tendrían acceso a la salud. Pero como ha sucedido en muchas áreas, la administración federal no atina a resolver el abasto de medicamentos.
El gobierno federal enfrenta a las poderosas farmacéuticas con trabajos escolares del “deber ser”, así que será difícil que gane la partida.
Mientras los enfermos se quejan y mueren porque no hay medicamentos, algunos gobernadores maniobran para conseguir lo que pueden, y el presidente avisa casi cada mañana que ya merito funciona el Insabi; los industriales afirman que los insumos no llegan a su destino porque la Federación no completó el proceso administrativo de distribución.
Esta semana la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) emitió un comunicado explicando por qué no llegan los medicamentos que el Insabi ya compró y pago para este 2021:
“Las empresas que conforman AMIIF -y que reportan ya haber realizado las firmas de contratos correspondientes con UNOPS-, han detectado un cuello de botella que debe resolverse a la brevedad, pues impide que las empresas puedan entregar los medicamentos ya adjudicados en el proceso de compra a los operadores logísticos (distribuidores), designados por el INSABI, quienes son los encargados de entregar estos insumos en los hospitales y unidades médicas en todo el país”.
“Hasta el momento no se cuenta con una explicación formal, sin embargo y de acuerdo con la información que han recabado los asociados de AMIIF, el problema se debe a que la autoridad responsable no ha generado los contratos ni emitido los lineamientos formales para dichos operadores logísticos en materia de recepción, resguardo y destino final de los medicamentos”.
“Debido a esta incertidumbre, varias de las empresas que representa AMIIF no han podido avanzar en las entregas de insumos a los operadores logísticos asignados”.
Un estudio de Impunidad Cero detecta los yerros de AMLO para resolver el desabasto de medicamentos:
El veto a las grandes farmacéuticas.
La decisión de que la única vía en el país para la compra sea la Oficialía Mayor de la SHCP que carece de especialistas en salud.
La exclusión de las instituciones públicas de salud y los gobiernos estatales para centralizar funciones prioritarias y el presupuesto en el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).
La inclusión de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) en la compra de medicamentos para el periodo 2021-2024 que implica un gasto de 6 mil 800 millones de dólares, de los que la ONU cobrará 1.25%.
El intento de que la paraestatal Birmex se convierta en la gran distribuidora de medicamentos en el país, sin que tenga capacidad humana y material para lograrlo.
Cabe señalar que tras los tropiezos de la SHCP para la compra de medicamentos en 2020, en agosto de ese mismo año se anunció la incorporación de la ONU para garantizar el abasto en este 2021, pero no resultó pues vamos en marzo y en el caso de Puebla no ha llegado un solo medicamento.
De hecho, en los sitios web del Insabi y de la UNOPS se da cuenta que siguen en curso algunas licitaciones que iniciaron a finales de 2020, es decir, van con retraso.
La atropellada estrategia de López Obrador para erradicar la corrupción en el sector salud no ha dado por resultado la entrega oportuna de medicamentos. Si se pudiera presumir de un Estado democrático y sin corrupción, el costo no puede ser la muerte de mexicanos por falta de medicinas.