You
¿Se acuerdan del amor antes de la modalidad stalker? Cuando era adolescente me gustaba el chico de la papelería, entonces todos los días me inventaba una expedición. Un día un sacapuntas, otro día la goma, otro el papel lustre. Y ya. Luego me gustó el jefe de la oficina. Como no podía decirlo a nadie, se me ocurrió regalarle un portarretratos en su cumpleaños. “Para que pongas la foto de tu novia”. Era mi manera de averiguar si estaba disponible o no. Como siempre, se hizo wey.
Cuando un galán me comenzó a escribir por el añorado Messenger de Hotmail, fui a Facebook a buscarlo. Vi sus fotos. Qué le gustaba. De qué familia venía. Cuáles eran sus usos y costumbres. “Tiene potencial”. “No es un reportero ordinario”. Me dije a mi misma. Vamos a darle la oportunidad. Aún no sabemos cómo es que ya éramos amigos sin habernos presentado.
El amor tiene muchas caras. “You” nos muestra un semblante calculador y perverso en el cuerpo de Joe Goldberg. La serie de Netflix basada en la novela de Caroline Kepnes, ha causado polémica porque para los más conservadores “incita” al feminicidio. Sin embargo, para los más, es un thriller psicológico en el que nos acercamos al delirio obsesivo que cualquiera puede depositar en otro. Un otro que hoy se puede elegir en un catálogo de Tinder, en una lista de sugerencias de amigos en Facebook o Instagram.
Julio Cortázar dice en Rayuela que “lo que mucha gente llama amar consiste en elegir una mujer y casarse con ella… Como si se pudiera elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio”. Esto es lo que podemos cuestionar en “You”. Donde un primer encuentro mágico y casual, con el que muchas podríamos suspirar, se va tornado frío, descafeínado y sin color.
¿Ese es el futuro o el presente del amor en tiempos de teléfonos inteligentes? Joe no sólo stalkea a la ingenua Guinevere, la sigue, la espía, se hace de su celular y hasta de su nube en iCloud para seguir al tanto de cada una de sus conversaciones. Así, él puede darle todo lo que ella espera y necesita. Estar en el momento indicado para ser el héroe del cuento. Un amor sin fallas. Y aun así falla. Pero él no tolera el equívoco. No soporta que algo salga del cuadro que ha imaginado. Y es ahí cuando pierde la cordura.
“You” nos muestra que es muy delgada la línea entre el amor y la obsesión. En nombre del amor, vemos al protagonista “hacer todo” por la chica de sus sueños. Él está convencido y se lo dice a ella: “es por su bien”.
Hoy las redes sociales nos dan toda la información con uno o dos clics. Se dice que son un caldo de cultivo para las neurosis. Donde muchos se preguntan qué significa ese like o el corazón que el novio le dio a otra fulanita. Donde se tejen historias construidas a partir de fotos, emoticones o estados de 5 palabras. Para algunos no representan nada, para otros lo representan todo.
En el escaparate virtual, lo más tenebroso que “You” nos recuerda es no saber quién está mirando del otro lado. Qué tan seguros estamos y qué estamos diciendo al mundo en cada publicación. Y lo más triste, es caer en cuenta que aquellos encuentros románticos, casuales, con mariposas en el estómago por no saber nada del otro, esa magia de ir descubriendo al chico de tus desvelos poco a poquito, despacito, podría estar en peligro de extinción.