La ¿transparente? elección del poder Judicial
Rodolfo Rivera Pacheco
La buena intención original de reformar el Poder Judicial Federal en nuestro país, promoviendo la elección de sus integrantes por voto popular y con ello acabar con los privilegios de una supuesta mafia que controlaba cargos y nombramientos, puede acabar en una gran farsa y darle entonces la razón a sus numerosos críticos de la oposición a la “4T”.
Era cierto, el poder Judicial Federal se había enviciado y una cúpula de Ministros, siempre coludidos con el Ejecutivo en turno (cada Presidente de la República ponía a sus Ministros cuando tocaba cambios en su sexenio) controlaba su órgano de decisiones (el Consejo de la Judicatura) y todos los nombramientos iban quedando de acuerdo a compromisos y lealtades.
Nadie niega que había y hubo muchos nombramientos justos y de gente que fue pasando exámenes y filtros académicos y llegó a cargos importantes (Magistraturas y Jueces de Distrito). Pero eran solo algunos… porque el nombramiento de Ministros siempre quedó a arbitrio del Poder Ejecutivo en turno. Y llegaron personajes con abiertas simpatías partidistas -Calderón nombró Ministros de su agrado, al igual que Peña Nieto-, pero el colmo fue cuando el propio Andrés Manuel López Obrador, propuso a personajes como Lenia Batres o Jazmín Esquivel, quienes han sido exhibidas una y otra vez por su falta de preparación o incongruencias académicas de grado.
Entonces, qué bueno que finalmente se propuso una reforma al poder Judicial y ésta se concretaría en la elección popular de Ministros, Magistrados y Jueces federales. De nadie dependerá su nombramiento, más que “del pueblo” que decidirá por sufragio quién ocupa tales cargos. Se escuchaba bonito y esperanzador.
Y así empezó todo el proceso que culminará el 1 de junio próximo cuando haya urnas a las que podemos acudir todos los mexicanos a votar. Pero dicho proceso ha estado bastante desorganizado, por decir lo menos. Y de transparencia… escasa.
Primero, cualquier persona podía postularse si cumplía con los simples requisitos (ser titulado en Derecho, tener promedio de 8 en la carrera, 5 recomendaciones de vecinos y al menos 5 años de ejercer la abogacía). Y se inscribieron, literalmente, miles. Para todos los cargos.
Una segunda etapa fue hacer una “limpia” de todos aquellos que no cumplían con esos requisitos. Y supuestamente salieron varios miles. El problema vino después. Nadie sabe a ciencia cierta por qué fueron eliminados muchos. Solo que ya no estuvieron en la siguiente lista. Y aquí vino el relajito…
De los que quedaron, supuestamente saldrían las listas de los que ya podrán quedar definitivamente como aspirantes y aparecer en las boletas para que la gente vote por ellos. Serían tres listas: la del Poder Judicial, la del Poder legislativo y la del Poder Ejecutivo. Pero la del Legislativo y la del Judicial se definieron por “tómbola”. O sea… miles de aspirantes que pasaron la primera etapa fueron sorteados y si tuvieron suerte, quedaron en la lista definitiva. Valió gorro si tenían un excelente currículum académico, experiencia o posgrados. Si no salieron en la tómbola, adiós. Y así quedaron fuera miles de Abogados con currículum impresionante y seguramente quedaron personas que apenas cuentan con experiencia.
Y lo peor: La lista del poder Ejecutivo NO ha salido (quizás salga hoy). Pero esa no se definió por tómbola, sino… quién sabe por qué motivos. Nadie sabe nada. Nadie sabe si valoraron experiencia o grados académicos, el hecho es que desecharán a cientos o miles también. Saldrá y punto. Y esos nombres se agregarán a la lista que ya salió del Legislativo y el Judicial.
Pero lo más interesante: En la lista de aspirantes del Ejecutivo (que repito, nadie sabe cómo se definirá) están las propias actuales Ministras Lenia Batres, Jazmín Equivel y Loreta Ortiz Ahlf. Que seguramente sí quedarán en la lista definitiva. ¿Cómo se definió esta mentada lista? Quién sabe. Pero podemos casi asegurar que estas tres Ministras… estarán en la lista para ser votadas y… seguramente “ganarán” por votos (porque “son muy conocidas”). Vaya, casi es un hecho que ya conocemos los nombres de próximas tres Ministras.
La pregunta es ¿Pues no que todo sería transparente? ¿Por qué dan argumentos a los críticos de la reforma judicial de que efectivamente todo estaba preparado para que queden personajes fieles a la 4T? ¿Pues no que eran diferentes?
¿Pues no que lo que se pretendía era acabar con la mafia?
Sí, es un hecho. Pero para ser sustituida por otra.
Plop!!
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