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OMISOS, REMISOS Y MALAGRADECIDOS

OMISOS, REMISOS Y MALAGRADECIDOS

OMISOS, REMISOS Y MALAGRADECIDOS

Ni siquiera porque Alejandro Armenta Mier, su líder, el primer morenista del estado de Puebla, ya hizo lo propio -y también los integrantes de su círculo cercano, como el jefe de Gabinete, José Luis García Parra, y el coordinador de Comunicación Social y Agenda Digital, José Tomé Cabrera-, son legión los presidentes municipales y diputados locales y federales que se siguen resistiendo a afiliarse oficialmente al partido que los llevó al poder.

Hay una campaña nacional de afiliación masiva, impulsada desde la cúpula del poder, y la meta para Puebla no luce nada fácil: 500 mil nuevos credencializados para diciembre próximo.

Sin embargo, ediles y legisladores que fueron candidatos por Morena o en coalición con el PT, PVEM, Nueva Alianza y Fuerza por México hacen como que “la virgen les habla”.

No han entendido -o no han querido entender- la relevancia estratégica que encierra el hecho de que Morena empadrone este 2025 a nivel nacional a 10 millones de nuevos militantes, es decir, que dejen de ser meros simpatizantes y se sumen formalmente a las filas del partido en el poder.

Paradójicamente, hasta hoy, ha habido mejor respuesta en Puebla en la estrategia “casa por casa”, principalmente con beneficiarios de programas sociales, que en quienes hoy gozan de las mieles del presupuesto gracias a la marca Morena y al alto nivel de aprobación con que terminó su sexenio el ex presidente Andrés Manuel López Obrador.

Un ejemplo: de los diputados locales, sólo Pavel Gaspar RamírezJulio HuertaFloricel González Méndez y Andrés Villegas Mendoza están afiliados a Morena.

Tan grave es la situación, que el pasado viernes, a iniciativa de la presidenta del Congreso, Laura Artemisa García Chávez, la dirigente estatal y el delegado del partido, Olga Romero Garci-Crespo y César Adi, respectivamente, encabezaron una reunión con los legisladores que aún no se han afiliado, para exhortarlos a hacerlo “lo más pronto posible”.

Se espera que en los próximos días, pasen de las palabras a los hechos, e inicien y finalicen su proceso de afiliación.

Si no por asepsia política, sí, al menos, por agradecimiento al partido que los o las ayudó a llegar a la Cámara de Diputados, en el entendido de que muchos de ellos y muchas de ellas -ilustres desconocidos- ganaron su elección a pesar de si mismos o mismas, montados (as) en la ola lopezobradorista, casi sin hacer campaña y apenas invirtiendo unos cuantos pesos en ella.

Donde más problemas ha habido es con los presidentes municipales, muchos de ellos totalmente omisos hasta hoy a los insistentes llamados que se les han hecho desde su dirigencia para que ellos y los integrantes de sus ayuntamientos se afilien a Morena.

En poder del columnista hay una lista, “lista negra”, de 30 alcaldes y alcaldesas que siguen negándose. Destacan Alejandro Barroso (Tehuacán), José Severiano de la Rosa Romero (Amozoc), Juan Manuel Téllez Salazar (Tlatlauquitepec), Vicente Sánchez Méndez (Calpan), Isaac Rodríguez Ochoa (Esperanza), Fidel Flores Concha (Oriental), Guadalupe Lucero Bárcenas (Acatlán), Fernando Amigón Romero (Chila de la Sal), Javier Vázquez Rodríguez (Huatlatlauca) y Marubet Meza Rodríguez (Tulcingo).

En el caso de aquellos y aquellas que fueron candidatos o candidatas en coalición, pero siglados por el PT, hay doble resistencia. Beatriz Sánchez Galindo (Zacatlán), Carlos Barragán Amador (Xicotepec) y Roberto Solís Valles (Huejotzingo), son sólo tres de ellos.

En el armentismo no ha caído nada bien la actitud de quienes siguen rechazando sumarse al padrón de militantes activos de Morena. Puebla tiene el compromiso de aportar 500 mil nuevos morenistas y, si bien faltan muchos meses para el fin del plazo, llegar a la meta, se ve cuesta arriba, sobre todo si los liderazgos del partido no ponen de su parte.

Ha habido negligenciadesprecio y regateo.

Ni siquiera les ha importado que el propio gobernador no sólo les puso el ejemplo, sino que les mandó un claro, clarísimo, mensaje cuando el pasado 19 de enero dio a conocer, a través de sus redes sociales, que el secretario de Organización del CEN de Morena, Andrés López Beltrán, le entregó su credencial de afiliación al partido.

“Nos sumamos a los esfuerzos a nivel nacional para alcanzar los 10 millones de simpatizantes en el país. Seguimos trabajando por el pueblo y para el pueblo, consolidando el segundo piso de la Cuarta Transformación”, posteó el mandatario.

Días después, personajes de su círculo cercano de colaboradores lo siguieron y también informaron que quedaron afiliados.

No se entiende, entonces, la resistencia de muchos presidentes municipales y legisladores: ¿acaso se avergüenzan de Morena?, ¿les apena la Cuarta Transformación? ¿Añoran sus pasados priistas y/o perredistas? ¿O simplemente son mal agradecidos?

En los próximos días se seguirán apretando las tuercas, pues para Puebla el reto es mayúsculo. Y Alejandro Armenta no va a andar quedando mal con la primera morenista de México, la presidenta Claudia Sheinbaum, ni con Luisa María Alcalde Luján, la dirigente nacional del partido.

Por razones obvias, a Morena le urge masificar su base electoral, de cara a los próximos comicios. De ahí que, tras los trabajos de afiliación y credencialización, el siguiente objetivo será la creación de más de 70 mil comités seccionales en todo el país, a fin de fortalecer su organización territorial. De todo ello depende que sigan en el poder muchos años más, algo que al parecer no todos y todas quienes viven por y del partido, acaban de entender.

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