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MARIO RIESTRA Y… ¿EL ORGULLO DE SU NEPOTISMO?

MARIO RIESTRA Y... ¿EL ORGULLO DE SU NEPOTISMO?

MARIO RIESTRA Y... ¿EL ORGULLO DE SU NEPOTISMO?

Una de las decisiones más importantes que deberá tomar a la brevedad el nuevo dirigente estatal del PAN, Mario Riestra Piña, es designar al nuevo coordinador o nueva coordinadora del grupo parlamentario del blanquiazul en el poder Legislativo.

Actualmente dicho grupo parlamentario está integrado por únicamente 5 diputados y la coordinación recae en Marcos Castro Martínez, impuesto por Eduardo Rivera Pérez y la única posición -o trinchera de representación- importante que le queda a El Yunque tras la derrota del pasado mes de diciembre, cuando este grupo perdió el control del partido.

Evidentemente, se ve muy difícil que Mario Riestra quiera que Marcos Castro, un rival político, permanezca como tal. El ex secretario general del partido es un empleado de Eduardo Rivera y sólo obedece órdenes de Eduardo Rivera.

Es facultad del presidente del Comité Directivo Estatal del PAN designar a quien coordine a la bancada de diputados y/o diputadas, y la posición -aunque la bancada sea raquítica- no es cualquier cosa.

Y es que ahí, en el Congreso del estado, es realmente donde se hace política-política, donde un partido define posiciones públicas generales y -sobre todo, tratándose de la oposición- donde se define la relación frente al poder: sumisión o rebeldía.

¿Va Riestra Piña a dejar que Marcos Castro opere en la Cámara de Diputados para intereses diferentes a los suyos o a los del grupo que lo ayudó a llegar a la dirigencia del partido?

Fuentes enteradas cuentan que antes de la elección interna en el PAN, Mario Riestra se reunió con Marcos Castro, en privado coloquio, y le hizo una propuesta indecorosa: operar a su favor, provocando la ausencia de algunos consejeros afines a El Yunque a la asamblea donde se elegiría al nuevo dirigente del partido; a cambio, Mario Riestra, en caso de ganar, garantizaría a Marcos Castro su permanencia como coordinador de las diputadas y los diputados del blanquiazul.

Pero Marcos Castro no aceptó, rechazó traicionar a su jefe Eduardo Rivera, y ahora que Mario Riestra se convirtió en el nuevo presidente estatal de Acción Nacional, las posiciones de cada quien están más que claras.

El problema -gran problema- para Mario Riestra es que para sustituir a Marcos Castro, literalmente no tiene opciones, o las que hay implican un elevado costo político.

Las diputadas Celina Bonaga Ruiz y Luana Armida Amador Vallejo también responden a los intereses de Eduardo Rivera -la primera de ellas fue incluso su secretaria particular- y el diputado Rafael Micalco Méndez juega -de siempre- su propio juego, fiel como cordero a la “línea” que les imponen desde el Comité Ejecutivo Nacional del PAN.

Sólo queda la diputada Susana del Carmen Riestra Piña, pero con el pequeño detalle de que, evidentemente, es hermana de Mario Riestra y no es elegible para la coordinación, a menos que el dirigente panista quiera presumir del orgullo de su nepotismo, con todo lo que ello implicaría en términos de credibilidad y confiabilidad para su naciente dirigencia.

¿Cómo va a resolver el entuerto?

Ciertamente, la fuerza de la oposición, y en particular del PAN, en el Congreso del estado, es muy poca. Morena y sus aliados no necesita sus votos para sacar adelante sus iniciativas o las del gobernador Alejandro Armenta Mier. Sin embargo, eso no le resta importancia a la Coordinación del Grupo Parlamentario, pues es a través del poder Legislativo -reitero- como un partido político que no gobierna se define o como oposición o como comparsa.

Hasta hoy, y en lo que va del armentismo, el PAN ha optado por este último papel: el de comparsa. Para no incomodar o molestar al mandatario, Eduardo Rivera ha ordenado a sus diputados votar los temas delicados o potencialmente polémicos en abstención. Y ya se sabe que no hay nada más cobarde, incoloro, insaboro y cero políticamente rentable, que votar en abstención.

Y si se supone que Mario Riestra y su grupo llegaron para que el PAN recupere su papel opositor, y a partir de ahí vuelva a ganar elecciones, ¿entonces cómo va a proceder?

¿Qué decisión va a tomar?

Hay que decir que la guerra por cambiar coordinadores de Acción Nacional en el Congreso del estado es añeja.

Cuando dirigía al partido, Rafael Micalco quiso quitar a Jorge Aguilar Chedraui, pero no pudo por no tener la mayoría; Genoveva Huerta removió a Marcelo García Almaguer, pero cuando intentó imponer a Oswaldo Jiménez, no juntó las firmas. Tiempo después, Augusta Díaz de Rivera intentó desplazar a Eduardo Alcántara, pero no lo logró y sólo provocó un motín que acabó con la designación -por descarte- de Micalco.

Un dato final: si previa consulta a los diputados y las diputadas de la bancada, Mario Riestra remueve a Marcos Castro de la coordinación, El Yunque pierde una silla -es decir, un voto- en el Consejo Estatal

Y ya se vio en diciembre pasado la importancia de los votos en ese, el máximo órgano de decisión en el partido.

***

Ya se ha cuestionado el nepotismo que subyace en las primeras decisiones de Mario Riestra como dirigente estatal del PAN.

La integración de la Comisión Permanente, el pasado fin de semana, estuvo plagada de pagos de favores y posiciones para familiares de los panistas y las panistas que lo apoyaron en el proceso interno.

Nada distinto a lo que hacía Eduardo Rivera cuando controlaba el partido.

Hoy hasta parece chiste el slogan de su campaña a la presidencia del PAN: Inclusión para ganar.

No pues .

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