No piensa hacerse rico en el gobierno. No tiene constructora. No hará favores a sus amigos empresarios. No dará “coscorrones”. No recibirá “botellas de coñac”. No llega a hacer negocios. No tiene proyecto político personal más allá de 2030…
Son algunas de las afirmaciones que el gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta Mier, hizo durante una amplia entrevista -vía remota- con Puebla On Line, a un mes prácticamente de asumir el poder.
Señala que le importa, y mucho, hacer un buen gobierno, empezar y acabar bien, y que aspira a ser un gobernador justo.
“¿Lo voy a lograr? La historia lo dirá”, señala.
Y acota: “No hay tiempo que perder”.
Durante la conversación, aprovecha para definir el tono y el ritmo que quiere imprimir a su gobierno, y envía no pocos mensajes a la clase política poblana.
“No soy Ministerio Público, no soy fiscal, no soy el poder Judicial, no emito órdenes de aprehensión (…) No quiero meter a la cárcel a nadie. No le traigo ganas a nadie. Pero si alguien comete un delito… Ni persecución ni impunidad”, dice.
Y aclara:
“Llego sin fobias ni filias. Llego sin odios ni rencores. No tengo por qué perseguir a nadie, me tengo que dedicar a lo mío. Yo no traigo retrovisor, no tengo interés en buscarle algo a alguien. Si hago eso, voy a perder el tiempo. No tengo rencores ni afán de persecución”.
Alejandro Armenta habla de su salud personal, del modelo de seguridad pública para el estado, del transporte público, del río Atoyac, del papel de su hijo en el gobierno…
También del poder, de los contrapesos, de la oposición, de su partido (Morena), de su gabinete, de cómo quiere ser recordado, de cómo quiere que su nombre pase a la historia.
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