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Mitos y realidades del triunfo de Trump para México

Mitos y realidades del triunfo de Trump para México

Mitos y realidades del triunfo de Trump para México

Las elecciones de Estados Unidos de América y la victoria de Donald Trump dejan una serie de lecciones muy importantes para México y los mexicanos. Pensar o escribir que lo que sucedió hace una semana en nuestro principal vecino no es importante para nuestro país o para nuestra economía y política, es, simplemente, ser ignorante (cosa normal en algunos escribientes poblanos).

Nosotros anduvimos por allá (Washington, D.C.) y podemos enumerar algunos mitos y realidades del proceso electoral que llevó al triunfo al republicano Donald Trump:

  1. El triunfo de Trump significa “lo peor” para México, pues su discurso es anti inmigrante y proteccionista en las relaciones comerciales con nosotros. No es cierto del todo. Trump es distinto como candidato que como gobernante y su violento discurso antimigrante lo radicaliza en campaña para ganar votos, pero no lo lleva a cabo al 100% como Presidente. Sabe que la mano de obra barata y sin prestaciones de los migrantes es fundamental para la economía norteamericana (él mismo utiliza a migrantes ilegales en sus empresas). Es poco probable que haga “deportaciones masivas” de los que ya de por sí trabajan allá. Lo que sí detendrá seguramente son las oleadas de migrantes centroamericanos y ahí es donde México tendrá que definir también posturas inteligentes. Promover, por ejemplo, buenas políticas económicas con Centroamérica, para que los países de esa zona (y algunos sudamericanos) mejoren sus ingresos y sus habitantes se queden en ellos (López Obrador lo dijo mucho).
  2. Claudia Sheinbaum “estará sometida a Trump” y éste nos impondrá sus designios en la revisiones que se hagan del TMEC (Tratado de Libre Comercio México-Estados Unidos-Canadá). No necesariamente. Estados Unidos compra muchos productos e insumos mexicanos, pero también nos vende demasiados. México es su principal socio comercial de ida y vuelta. Si impone aranceles arbitrarios y desmedidos, afectará a su cadena de producción también y… dejaría a México en manos de China, que con mucho gusto nos vendería (más de lo que ya hace) todo lo que hiciera falta en procesos industriales. No hay borracho que coma lumbre y Trump desde luego no la come.
  3. El triunfo de Trump es contra las ideologías “de izquierda”, “woke”, “pro-abortistas” y “socialistas” y es un mensaje a los gobiernos de “izquierda” de Latinoamérica y el mundo. Mala interpretación. De entrada Trump no “arrasó” electoralmente. Ganó con el 51% de los votos populares, o sea… apenas (aunque en el sistema de democracia indirecta de USA haya ganado indiscutiblemente más de 300 votos electorales). Es decir, la sociedad norteamericana, si bien hizo ganar a Trump en su sistema, la verdad es que está polarizada. La industria y discurso de Hollywood sigue dominando a gran parte del país y es una sociedad liberal en todos los sentidos (económico y cultural). No triunfó “la derecha” y por ello es absurdo e infantil que los panistas “festejen” como si hubieran ganado ellos. Nada más tonto. Algunos hasta “gracias a Dios” dieron, por el triunfo de un personaje que se ha divorciado varias veces y ha tenido una vida de escándalos, pagó a una prostituta para que no declarara en su contra y es culpable de más de 30 delitos en el sistema legal (admirado por los propios panistas) de Estados Unidos. Ese es su “héroe”. Congruencia, por favor.
  4. Era mejor Kamala Harris para México. No necesariamente. Los demócratas sí que son campeones en deportar migrantes ilegales (el gran moreno Barack Obama rompió récord en ese tema) y también son proteccionistas de su economía (Kamala votó en
    contra del TMEC siendo Senadora). Quizás (solo quizás) pudiera haber tenido buena comunicación con Claudia Sheinbaum por ser mujeres, pero creo que hubiera seguido con su línea demócrata en Economía y no hubiera habido gran cambio que la de Joe Biden.
  5. El triunfo de Trump significa que empezarán a perder candidatos de izquierda en Latinoamérica. Nada más falso. Cada país es distinto. Las elecciones en cada país cada vez son búsquedas de alternancia o bien triunfos de líderes carismáticos (buenos candidatos). La gente evalúa un poco más las campañas (el 60% o poco más que vota en Latinoamérica… y el mundo) y se deja llevar por partidos gobernantes que apoyan a las familias en su economía, detesta a gobernantes corruptos y los rechaza con su voto. Ya no hay triunfos eternos y partidos que gobiernen por décadas en ningún lado. La alternancia es una realidad en todo el planeta y en México ganará (o perderá) quien haga buenos gobiernos y lance buenos candidatos.
  6. Es cuanto. Hasta la próxima. jriverp@yahoo.com jrodolforiverap@gmail.comX:

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