La disputa por el poder gubernamental en los últimos meses ha generado una controversia que efectivamente, está cuestionando los cimientos del orden constitucional en los que se fundó la República Mexicana, hace exactamente 200 años.
La división de poderes, principio rector sobre el que se construyó ese nuevo país, después de la guerra de independencia y el efímero Imperio iturbidista, hoy está severamente afectado no por la aparición de nuevas teorías o visiones de Estado.
No, hoy el tema de la “supremacía constitucional” es más bien un conflicto de partidos por ver quién controla el poder y las instituciones, porque los que ganaron la elección y con ello la mayoría calificada en las Cámaras del Congreso de la Unión, aseguran que por ese motivo el Poder Legislativo puede estar por encima del Poder Judicial, ya que éste no puede contravenir disposiciones de esa mayoría legislativa, cuando dictamine reformas constitucionales.
Veamos, intentando ser objetivos.
No es la primera vez que un partido tiene el Poder Ejecutivo y la mayoría calificada en el Congreso. Durante décadas así ocurrió cuando gobernaba el PRI. Y efectivamente, los Presidentes podían hacer lo que querían, amparados en que la mayoría de representantes eran de su propio partido. Y los integrantes del Poder Judicial también obedecían soterradamente a lo que disponía el Presidente y su mayoría legislativa. Así funcionó la “división de poderes” siempre.
Pero ahora, una nueva mayoría de otro grupo de partidos (MORENA y aliados) ha implementado una Reforma al Poder Judicial y sus miembros ahora serán electos por voto popular, ante el disgusto de los integrantes de ese poder. Pero hasta ahí no había problema.
Es cosa de acostumbrarse y que ojalá lleguen buenos perfiles a los cargos judiciales.
No, el problema es lo que ha venido después. La mayoría legislativa de MORENA y aliados ha aprobado que el Poder Judicial no pueda contravenir disposiciones constitucionales (la propia Reforma o en realidad cualquier tema que la mayoría aprobara y pasara a formar parte de la Constitución), puesto que esa mayoría ya lo “decretó”. En otras palabras, el Poder Legislativo por su mayoría, está por encima de lo que pueda interpretar el Poder Judicial. Punto.
Y reitero: Efectivamente hubo abusos y excesos durante los 80 o 90 años de priismo y panismo, cuando la Suprema Corte era el aval de cualquier cosa que hicieran las autoridades emanadas de esos partidos. El problema es que ahora la mayoría legislativa es la que puede caer en excesos, que por supuesto nadie quiere que lo haga.
Es realmente la primera vez (fuera de golpes de Estado y guerras civiles del siglo XIX a los que nadie quiere regresar) que se está cimbrando el orden constitucional o más bien, la división de poderes en los Estados Unidos Mexicanos.
El meollo del asunto es ¿Quién está por encima de quién: El Poder Legislativo con una mayoría partidista (ganada legalmente en las urnas) o el Poder Judicial que tiene como deber el aplicar e interpretar el ordenamiento constitucional… que surgió del Legislativo?
Y lo peor… ¿Qué va a pasar cuando en un futuro (no sé qué tiempo, pero tarde o temprano llegará, si no se cambia el modelo electoral republicano, desde luego) MORENA y/o aliados pierdan la mayoría legislativa (ya les pasó en 2021) y otro grupo de partidos ahora la posean?
¿Qué es lo primero que van a hacer esos mismos partidos, alegando su mayoría, como ahora lo hace MORENA? Obvio y lógicamente… cambiarán toda la legislación aprobada
por MORENA y aliados y ahora implementar ellos sus “contrarreformas”. ¿No se han dado cuenta los que hoy alegan y festejan mayoría, que ésta NO es eterna y que les aplicarán la misma dosis de venganza a sus propuestas, tarde o temprano?
Es la Democracia, sí. Que todos queríamos que desembocara en alternancia partidista a través del voto libre de los mexicanos y en la que las mayorías mandan. Pero lo que no queríamos era un pleito partidista que provoque que el país se divida más de lo que ya está (efectivamente, la mitad de los mexicanos no votaron por Sheinbaum-MORENA, aunque tampoco lo hicieron por Xóchitl- PRIANRD) y ahora haya excesos de una u otra parte.
Urge, en serio, voces sensatas que busquen el camino de los acuerdos, negociaciones y protección de los valores republicanos basados en el Derecho y buenas leyes que beneficien a la SOCIEDAD. De pleitos e intereses partidistas ya estamos hasta la madre.
¿A dónde vamos a parar?
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