La alternancia democrática llegó para quedarse
Rodolfo Rivera Pacheco
Nunca como ahora, el concepto de “alternabilidad” (usado por el ex Presidente español Felipe González en el siglo pasado, para designar a la “posibilidad de la alternancia” en todo país realmente democrático) cobra vigencia en el México y Puebla de la segunda década del siglo XXI.
En el país ya gobernó el PRI durante décadas, fue vencido por el PAN y éste no supo conservar la simpatía de las mayorías, volvió a ganar el PRI y éste fue vencido por MORENA, quien refrendó el poder para dos sexenios.
Aún no sabemos qué pasará en 2030. Pero es un hecho que nuestra democracia camina y hay alternancia porque la ciudadanía vota en contra de malos gobiernos o bien se entusiasma con partidos nuevos o buenos candidatos. En México nos llama la atención lo que sucede… pero en todos los países democráticos está sucediendo lo mismo una y otra vez desde hace décadas.
Desde luego los niveles de participación apenas rebasan el 50% o 60% en todos los pueblos. Millones de ciudadanos no votan en todos los países donde hay posibilidad de hacerlo. Y esto invita a los partidos políticos -únicas instituciones que pueden buscar el voto legalmente- a replantearse una y otra vez también el cómo lograr que la gente vote por ellos.
Y yo creo siempre que -al menos desde fines del siglo pasado- aunque la sociedad está cada vez más pendiente de cómo la gobiernan, los políticos y gobernantes todos los días la desilusionan. Es cierto, hace 50 años (y para atrás), poco sabíamos realmente del cómo ejercían el poder los gobiernos. Los medios difundían lo que les convenía a los líderes políticos y no había forma de enterarte de las entrañas de la función pública.
Ahora es totalmente distinto. Los medios han tenido que evolucionar y si quieren sobrevivir, tienen que difundir cosas reales, le gusten o no a los personajes de poder. Pero si eso no basta, hoy las redes sociales permiten que mucha más gente sí se entere de abusos, actos de corrupción o simplemente ineficacia gubernamental.
Por eso la gente hoy razona mucho más su voto y castiga a los que gobiernan mal. MORENA ganó en 2018 porque la agente castigó los malos gobiernos del PRI y del PAN. Y en 2024 volvió a ganar porque esos partidos de oposición gastaron 6 años en atacar al gobierno de AMLO sin proponer nada trascendente. Pero eso no significa que el triunfo de Claudia Sheinbaum sea un cheque al portador. La gente estará evaluando todos los días si el segundo gobierno de MORENA sí hace las cosas diferente y sobre todo, si sí les resuelve sus problemas cotidianos (seguridad, estabilidad económica familiar y mejor poder adquisitivo, servicios públicos eficientes, básicamente).
Pero reitero mucho: Si los gobiernos de MORENA no resuelven esos temas (en Puebla además temas como el del servicio de agua potable, transporte público eficiente y accesible y seguridad pública en casas, negocios y vía pública), la gente SÍ se dará cuenta y en próximas elecciones puede buscar… el cambio una vez más. Los Gobiernos de MORENA NO durarán decenas de años. Eso ya no pasa en ningún país democrático (en Estados Unidos de América hay alternancia permanente e irremediable).
Por supuesto, hoy las simpatías partidistas ciudadanas siguen favoreciendo a MORENA y sus aliados. Seguimos levantando encuestas en muchos sitios y la gente sigue afirmando que si hoy hubiera elecciones, votaría por MORENA. Innegable e indiscutiblemente. Pero los líderes de ese partido no pueden pensar que eso será eterno. Al primer escándalo (fuerte y real) de corrupción o a la primera ineficiencia fuerte y visible de sus gobiernos, los medios (muchos anti MORENA de por sí) y las redes sociales se encargarán de magnificarlos y crear estados de opinión pública crecientes de rechazo. Pasa y sigue pasando en muchos países, entiéndanlo.
Por eso les vuelvo a dar asesoría sin costo: Mídanse ante la opinión pública. Sepan lo que opina la gente de sus gobiernos. Los colaboradores y funcionarios les dirán los que conviene y lo que es dulce a los oídos. Pero la realidad es lo que percibe la población, no los “indicadores” producto del trabajo… de los mismos funcionarios. Saber lo que dice la gente es la única manera de resolver a tiempo problemas. Cuando terminan gobiernos y pierden elecciones se arrepienten de no haberlo hecho.
En fin. La democracia y la alternabilidad llegaron para quedarse. Eso ya no se puede cambiar. Ni nacional, ni localmente.
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