Democracia y rediseño del sistema… sin excesos
Rodolfo Rivera Pacheco
Finalmente el INE -ese al que salieron a defender miles en las manifestaciones de la “marea rosa”- a través del voto de sus Consejeros, determinaron reconocer -no otorgar- las curules que le corresponde a cada partido en el Congreso de la Unión, de acuerdo al sistema de votación por mayoría y el de representación proporcional.
Es el mismo sistema que ha otorgado curules a todos los partidos que ganan un Distrito (Diputados) o un Estado (Senadores), más los escaños que le tocan a cada uno de ellos por la proporción de votos que hayan recibido la jornada electoral, esto desde al menos la reforma política electoral que se realizó en 1977. Por ese sistema han tenido curules partidos que NO ganan distritos ni Estados, pero les tocan curules para que “las minorías tengan representación” (ese fue el espíritu de la ley originalmente).
Que esa metodología electoral haya provocado excesos y los dirigentes partidistas se guarden siempre las primeras posiciones de las listas plurinominales para siempre tener cargos, es otra cuestión. Que los plurinominales son demasiados, es otra cuestión. Que a la enorme mayoría de ellos el pueblo ni los conoce, es otra cuestión.
Es el sistema electoral en el que han estado de acuerdo todos los partidos desde hace décadas. Y todos quedan muy contentos con las curules que les han tocado en procesos pasados. Si no nos gusta o no les gusta a los partidos, pues que lo modifiquen. Que haya finalmente una reforma electoral integral que se ha postergado por décadas también (en lo personal creo que deben desaparecer los pluris o al menos reducirlos, debe haber segundas vueltas electorales, debería desaparecer el financiamiento público a los partidos y verificar escrupulosamente su financiamiento y un largo etcétera).
Pero no se puede estar de acuerdo en el sistema cuando me tocan curules plurinominales, pero abominarlo ahora que un grupo de partidos (por separado, entiéndase) ha obtenido la mayoría calificada que significa que puedan hacer cambios a la Constitución (que NO es en automático, pues falta la mayoría calificada en el Senado, que NO tiene MORENA y sus aliados, además de la votación en Congresos Estatales).
MORENA y sus candidatos y aliados ganaron la mayoría de Distritos en el país (además de la Presidencia y demás). No hubo un “golpe de Estado”. No hubo ningún “algoritmo” que alteró resultados (loqueras de algunos). No hubo robo de urnas a mano armada. La gente salió a votar y la mayoría inobjetable lo hizo por esos partidos (lo medimos y comprobamos TODOS los encuestadores serios). Y lo mismo las clases populares (“tontas” por los apoyos sociales) que clases medias, profesionistas, empresarios y Universitarios con posgrados. No aceptarlo es ser necio. Igualito que le decían a López Obrador en 2006 cuando no aceptaba que Calderón le ganó por medio punto porcentual (unos 250 mil votos). Ahora Claudia Sheinbaum le ganó a Xóchitl Gálvez por casi 20 millones de votos (Claudia obtuvo 35.9 millones de votos y Xóchitl 16.5).
Y reitero, la “mayoría calificada” es una aspiración de los partidos que se aliaron para la votación. Pero no es una ley. Ha habido muchas ocasiones en que Diputados de una bancada votan en contra de propuestas de su partido y viceversa. La labor de cabildeo entre los grupos parlamentarios es otro trabajo que llevan a cabo los líderes partidistas. Y nadie se espanta de ello. Así es en cualquier país democrático o parlamentario del planeta.
Que no me guste quiénes quedaron como mayoría es otra cosa. Se llama Democracia. Repito, si no nos gusta quién ganó… saquemos con votos a quienes hoy son mayoría. No con argumentos falaces o convenencieros.
Y desde luego nadie quiere una Dictadura o que se cometan excesos idiotas y mayoriteos absurdos en contra de la voluntad popular (no de una extraviada oposición). Las reformas del mentado “Plan C” tienen cosas malas y otras buenas. Que se discutan e informen correctamente al pueblo. Ojalá prevalezca la negociación y la búsqueda de acuerdos. No creo que a la nueva Presidenta le agrade tomar posesión el 1 de octubre, con la ausencia de uno de los Poderes de la Unión (si siguen en paro Jueces y Magistrados). Creo que aprecia y admira al Presidente que sale… pero ella gobernará los próximos 6 años y no creo que quiera una crisis constitucional de inicio de sexenio. Ya se verá.
Por cierto, a los que aborrecen su amplia victoria… les recuerdo que en 2027 habrá votación para “Revocación de Mandato”, gracias a una reforma propuesta por AMLO y su odiada mayoría de MORENA y aliados en la presente Legislatura. Si no les gusta cómo gobierna (Sheinbaum y sus representantes populares y hasta sus Gobernadores), sáquenla a patadas… con votos. No con lloriqueos o tarugadas de “algoritmos”.