Aspirantes: recursos y carencias
Jorge Calles Santillana
Inicia hoy la carrera por la presidencia. Polarización, presencia del crimen organizado, fuerte intervención gubernamental a favor de una candidata e instituciones electorales debilitadas confieren a este proceso electoral características de riesgo que no habían estado presentes, en cantidad e intensidad, en los procesos de los últimos 33 años, desde la creación del Instituto Federal Electoral.
Desde ahora, Claudia, Xóchitl y Jorge recorrerán el país solicitando el apoyo ciudadano, para lo cual deberán hacer ofrecimientos convincentes. Sea cierto, o no, que Claudia inicia punteando con amplia ventaja, en estos tres meses habrá competencia. ¿Qué recursos tiene cada uno de los aspirantes para avanzar sus posibilidades de alcanzar la presidencia? ¿Qué carencias podrían frenar sus aspiraciones?
Los recursos con los que cuenta Claudia son los que explican calidad de favorita. Apoyo por parte de las instituciones del gobierno federal y de los gobiernos estatales controlados por Morena (veintiuno); una estructura partidaria muy sólida en casi todo el territorio nacional; apoyo en los medios tradicionales de comunicación, a pesar de que el presidente les reproche continuamente estar del lado de sus “adversarios”; una fuerte clientela electoral sostenida a través de los programas sociales del gobierno. Por si todo esto no fuera suficiente, el presidente y su popularidad como el recurso supremo. Sus giras innegablemente reforzarán la candidatura de Claudia. Su experiencia en cargos administrativos y en la jefatura de gobierno de la CDMX son activos propios que la ciudadanía podría ponderar a la hora de decidir.
Sin embargo, de su fortaleza se desprende su debilidad. Identificada plenamente con el presidente, Claudia tendrá poco margen para presentar iniciativas. La narrativa de la buena marcha del país será cuestionada por su paso en varios puntos del país y durante los debates. El compromiso de no ser sino un “segundo piso” de la llamada transformación le impedirá exponer nuevas opciones—en caso de que las tenga contempladas—porque podría generar dudas entre sus seguidores fieles.
Reclamos sobre la inseguridad surgirán por varios lados; reiterar, como respuesta, una política basada en los abrazos podría tener costos importantes. Si, efectivamente, su ventaja es amplia es entendible que juegue conservadoramente. No obstante, si la diferencia no es la que sus propios describen, el apego al discurso y al proyecto del presidente puede tener efectos negativos, pues dejaría a sus contrincantes la posibilidad de ofrecer salidas diferentes, propuestas atractivas. Así, Claudia está entrando a un escenario que le es tan favorable como complicado.
La espontaneidad, la sorpresa y una sólida inteligencia emocional, que ha sido bien aprovechada por ella y sus asesores, son los mejores y más poderosos recursos de Xóchitl. Si bien es cierto que quien registrara el Frente como aspirante habría de obtener, automáticamente, los votos de los opositores del presidente, Xóchitl ha conseguido la simpatía de una buena parte del electorado no por default, sino por sus características y su manera de desenvolverse públicamente, en las buenas y en las malas.
Sin nada que perder y todo por ganar, Xóchitl Gálvez ha creado un personaje que ofrece a la ciudadanía transparencia y frescura. Su capacidad para conectar con la gente, valiosa en sí misma, adquiere mayor dimensión debido a que el personaje Claudia se muestra permanentemente rígido, desconfiado, a la defensiva. Claudia teme las preguntas difíciles. Xóchitl tiene la astucia de darles la vuelta. En una contienda electoral, la comparación de personalidades es inevitable. En ese cotejo Xóchitl saca ventaja. El amplio dominio, sobre Claudia, de las calificaciones positivas en las conversaciones digitales juega a su favor. La diferencia de los positivos en este renglón supera la ventaja que, se dice, tiene Sheinbaum en las encuestas de preferencias.
La falta de una estructura extensa, sólida y poderosa es la carencia más fuerte de la candidata por el Frente. Xóchitl parece actuar sola, con escaso respaldo de los partidos que forman el Frente. Si agregamos que en los últimos meses PRI y PAN han visto a buen número de militantes cambiar de bando, en diferentes puntos del país, y que el PRD es poca la fuerza que puede aportar para apuntalar a Xóchitl, su posible triunfo dependerá de la posibilidad de que ella y su personaje provoquen un entusiasmo extraordinario en la ciudadanía. Sin estructura de soporte se ve difícil. Además, así como sabe bien aprovechar las coyunturas desfavorables para el presidente o para la candidata oficial, Xóchitl no es capaz de mantener el interés en momentos de calma.
Sabe responder; se queda corta al proponer. Sobre todo, porque cuando trata de convencer que es necesario recuperar mucho de lo que se ha destruido no puede evitar caer en las trampas del lenguaje que tan bien ha elaborado López Obrador: el pasado político es indeseable. Las connotaciones negativas que a diario ha repetido el presidente atraparon ya al imaginario colectivo. Recuperar, retomar son acciones que se piensan, inmediatamente, como formas de regresar a lo que ya ha sido “superado”. Si aspira a atraer a quienes votaron por López Obrador, pero han quedado insatisfechos con su gestión, deberá elaborar un discurso con propuestas que conduzcan a sus audiencias a pensar en el futuro, no en el pasado.
Acerca de Jorge Álvarez Máynez hay poco que decir. Su mayor fortaleza consiste en su juventud y su cercanía al mundo digital. El apoyo que inicialmente recibió de Samuel García y de Mariana, su esposa, no terminó por proyectarlo entre los grupos de jóvenes, como pretendía. Su apego a y su manejo de las redes sociales, usadas en un principio para darse a conocer, terminó por cobrarle factura debido a sus excesos. El video en el que se exhibió, junto a Samuel y otros, en un estadio de futbol le granjeó la fama de ebrio. Por si fuera poco, los buenos observadores destacaron la ausencia de mujeres en ese palco. Ni la misma Mariana, que acompaña a Samuel a todos lados, estuvo presente. Las críticas fueron severas: borracho, junior y macho. Si fue un error, lo está pagando. Si su intención era ganar adeptos mostrando cómo realmente es, el tiro le salió por la culata.
Estemos pendientes de sus actos de inauguración, hoy, y de sus discursos. Marcarán la pauta de lo que veremos estos tres meses.