Y LIZ VILCHIS ENTRA A ESCENA…
Arturo Luna Silva
Un viernes bastante movido vivieron los aspirantes y las aspirantes a la candidatura de Morena a la alcaldía de Puebla, sobre todo luego de que trascendió -y se confirmó por fuentes extraoficiales- que Liz Vilchis, la célebre protagonista de la sección “Quién es quién en las mentiras” de la mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, va a ser incluida en la encuesta que muy probablemente se está levantando en estos precisos momentos.
Liz Vilchis es poblana, licenciada en Antropología Social por la BUAP, militante de Morena, con experiencia laboral en el estado, y -hoy se sabe con toda contundencia- fue factor importante para que el senador Alejandro Armenta ganara el proceso interno para la candidatura a la gubernatura.
La inesperada incursión de Liz Vilchis –¿quién la vio venir?– en la puja por la candidatura a la presidencia municipal de Puebla, a propuesta de la dirigencia nacional del partido, resulta sumamente interesante y reveladora, pues es una mujer muy popular entre la clientela electoral de Morena dada la alta exposición mediática que tiene gracias a su aparición semanal al lado de López Obrador.
Lo que dice o deja de decir sobre el comportamiento de los medios de comunicación, desde la óptica de Palacio Nacional, tiene una repercusión y genera conversación nacional, tanto para bien como para mal. La identificación de Vilchis con el presidente es directa y va más allá de los símbolos o las apariencias, pues se le ve como muy cercana a él y, sobre todo, como elemento clave de la estrategia, el discurso y la narrativa del líder máximo de la 4T, lo que tiene un enorme peso entre la militancia y los simpatizantes de Morena.
Que a nadie le extrañe que, por eso mismo, salga mejor posicionada -especialmente en conocimiento- que perfiles como el de Claudia Rivera Vivanco, lo que tendría un efecto catastrófico para la ex presidenta municipal de Puebla, pues se le terminaría su principal argumento, es decir, que es “la mujer de Morena mejor posicionada en la ciudad de Puebla”.
Claudia Rivera es la gran perdedora por la irrupción de Liz Vilchis en el proceso interno poblano, pues va a quedar desactivada y su pataleo contra el empresario Pepe Chedraui sufrirá un golpe mortal: ¿o a poco se cree más popular y más conocida que quien aparece cada miércoles al lado de AMLO en una conferencia que ven millones y millones de mexicanos? Sería de risa.
Quienes idearon esta estrategia -por cierto, de última hora, aunque esa, esa es otra historia-, verdaderamente son unos genios: Liz Vilchis es, sin duda, el mejor antídoto para frenar los sueños guajiros de la jefa del Clan Rivera, misma que quiere candidaturas para todos -y todos es todos- sus distinguidos integrantes, incluidas las mascotas, los vecinos, las comadres y los compadres.
¿Y QUÉ PASÓ EN LA REUNIÓN DE LA “UNIDAD”?
Fue el viernes, también, cuando se dio una reunión de todos los aspirantes y todas las aspirantes a la candidatura a la presidencia municipal de Puebla, encabezada por Alejandro Armenta y los dirigentes estatales de Morena, PVEM y PT.
¿Qué sucedió?
Aquí toda la película:
1. Aspirantes asistentes: Claudia Rivera, Elisa Molina, Alejandro Carvajal, Edhalí Moreno, Gabriel Biestro, Iván Herrera, José Luis Ambrosio, Leonardo Rodríguez, Pilar Portillo, Toño López, Rodrigo Abdala, Nora Merino, Pepe Chedraui, Rafael Ramírez y otros dos o tres colados que nadie conoce ni en sus respectivas casas.
2. El senador José Ramón Enríquez Herrera fue designado “enlace” de la dirigencia nacional de Morena, es decir, el “árbitro” del proceso interno: todo pasará por él y será EL ÚNICO canal de comunicación con el presidente Mario Delgado y la secretaria general Citlalli Hernández.
3. Se reiteró que el candidato o la candidata será quien resulte mejor posicionado o posicionada en la encuesta que empezó a levantarse el pasado fin de semana o a inicios de esta y cuyos resultados estarán listos tan rápido como el próximo viernes o sábado (o sea, ya falta poco para el humo blanco).
4. Se les recordó que el municipio de Puebla está catalogado por el partido, gracias a Claudia Rivera, como de “baja competitividad”, pues Morena no sólo perdió en 2021, sino que lo hizo por una diferencia de 21 puntos frente al PAN.
5. Varios aspirantes hicieron uso de la palabra. Claudia Rivera, por ejemplo, habló y habló y habló y reiteró su exigencia de que la candidatura debe ser suya porque es “la más experimentada”, “la mujer mejor posicionada” y “la más querida y adorada” por poblanas y poblanos. Dijo que la candidatura a la gubernatura ya recayó en un hombre (Alejandro Armenta), que la primera fórmula al Senado la encabeza un hombre (Nacho Mier) y que, por tanto, la candidatura a la alcaldía capitalina debe ser para una mujer, es decir, ella.
(Lo que no dijo -ni dirá- es que ni la lógica ni la historia le favorecen: en las últimas dos elecciones por el ayuntamiento de Puebla capital, Morena designó a una mujer como candidata, es decir, ella. Una la ganó (y gracias a la Ola AMLO, pues era una verdadera e ilustre desconocida) y la otra la perdió, estrepitosamente -aunque le eche la culpa a Miguel Barbosa Huerta–. ¿Quiere una tercera? No, pues entonces que le escrituren ante notario todas las futuras candidaturas y que gobierne -es un decir, dados los pésimos resultados que dio cuando tuvo el poder- de aquí al infinito y más allá…).
6. En sorprendente contraste, el diputado federal Alejandro Carvajal se manifestó más maduro y más sereno durante la reunión. Quienes lo vieron y escucharon, afirman que “ya le bajó dos rayas” a su intensidad. Al parecer, ya vio sus verdaderos números y entendió que poco tiene que hacer. Una fuente, presente en la reunión, afirma que le espera una diputación local por el distrito 11, que ganará con gran facilidad. Será un gran legislador.
7. El secretario del Trabajo Gabriel Biestro habló poco, pero habló fuerte y claro: recordó (por si ya se olvidó) que fue dirigente estatal de Morena y que a él le tocó aplicar una política de “puertas abiertas” y recibir y hacer candidatos a varios perfiles provenientes de otros partidos, como -ojo- el mismísimo Miguel Barbosa Huerta, quien venía del PRI y luego del PRD y a quien nadie quería -literalmente- en Morena; incluso se había peleado -y públicamente- con el hoy presidente de la República y perdió cuanta asamblea interna que se le puso enfrente. El mensaje de Biestro fue claro para los hipócritas y farsantes kamikazes de Morena que, surgidos de las peores cloacas del PRI, hoy ¡se oponen! ridículamente a los priistas que quieren sumarse a Morena (si pensó en Nacho Mier, es usted una persona brillante y muy informada).
8. Al hacer uso de la palabra, el precandidato de Morena a la gubernatura, Alejandro Armenta, hizo un enésimo llamado a la unidad. Sumamente cuidadoso (tiene un colmillo largo y retorcido), llamó a todos y todas a no fracturar al partido, pues de ello depende el triunfo de todos y todas el próximo 2 de junio. En ningún momento dijo o dio a entender que ya hay un “elegido” o una “elegida”. Reiteró que, como en su caso, la encuesta -y solo la encuesta- es la que tendrá la última palabra y -eso sí- les aseguró que todos los aspirantes y todas las aspirantes tendrán como premio de consolación algún espacio, no quedarán huérfanos, incluso payasos, merolicos y maromeros que tuvieron las agallas y el suficiente cinismo para ir a inscribirse en un proceso en el que nada tenían que hacer.
9. En ese sentido, y punto muy importante, se dijo que primero se va a designar al candidato o a la candidata a la alcaldía de Puebla, luego a los candidatos y las candidatas a diputaciones federales, y al final a los candidatos y las candidatas a diputaciones locales.
Y es que, en efecto, Morena necesita tener margen de maniobra para entregar “espacios” a todos y a todas quienes van a quedar fuera de la puja por la alcaldía de Puebla. Incluidos, ¡vaya desgracia!, los citados payasos, merolicos y maromeros.
El partido necesita “huesos” -con o sin carnita- para repartir y evitar así la temida ruptura que ponga en riesgo el triunfo de Morena en esta capital, la cual, como bien subrayó en su oportunidad el regidor Leobardo Rodríguez, es hoy el espacio más difícil para el partido en todo el estado, pues las encuestas señalan que el PAN y Mario Riestra van arriba y donde el PAN ha ganado tanto en 2019 como en 2021, pues es en la zona metropolitana donde el voto anti AMLO está más fuerte por varias y conocidas razones.