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¿Y LA REFORMA A LA LEY DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA?

¿Y LA REFORMA A LA LEY DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA?

¿Y LA REFORMA A LA LEY DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA?

Avanza, a pasos agigantados, la conformación del gabinete del hoy gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta.

Este mismo jueves, de hecho, se prevé que anuncie más nombramientos.

Poco a poco ha ido conformando su equipo de colaboradores.

A nivel de secretarias o secretarios, subsecretarias y subsecretarios, directoras y directores generales, y hasta rectoras y rectores de universidades ya existentes o de nueva creación.

En términos futbolísticos: ya falta casi nada para que cierre la plantilla.

Sólo restan algunas cuantas piezas del rompecabezas para terminar de moldear lo que será su gobierno a partir del próximo 14 de diciembre.

Sin embargo, sigue pendiente la anunciada reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública.

¿Cuándo se terminará de afinar?

Y más importante: ¿cuándo se presentará al Congreso del estado para su eventual aprobación?

Son preguntas que muchos se hacen.

Y es que sí, el gabinete es sumamente importante, pero sin nueva Ley Orgánica de la Administración Pública, muchas de las designaciones no tienen -o no tendrán- sentido.

Como lo ha expresado el propio Alejandro Armenta, dicho nuevo ordenamiento implicará una nueva forma a la estructura del gobierno del estado y una profunda transformación que pasará por la creación de nuevas secretarías o la fusión y/o ampliación de otras, y el fortalecimiento de ciertas dependencias.

En el esquema general sobre el cual se trabaja, modificarían nomenclatura:

La Secretaría de Arte y Cultura

La Secretaría de Promoción y Desarrollo Turístico

La Agencia Estatal de Desarrollo Energético y Cambio Climático

Se fusionarían:

La Secretaría de Planeación, Finanzas y Administración

La Secretaría de Desarrollo Económico y Trabajo

Se crearían:

La Secretaría de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación

La Secretaría de Deporte y Juventud

La Agencia Estatal de Turismo

La Coordinación de Planeación Estratégica para el Desarrollo Municipal

La Promotora Puebla

Y nacería:

La Jefatura de Gabinete y Oficina del Gobernador.

Eso, todo eso, permitirá a Alejandro Armenta desarrollar el modelo de gobierno que busca, sacudir el polvo burocrático, modernizar varias áreas que han envejecido con el paso de los años y las demandas de la población, y sobre todo hacer más eficaz en general la administración pública estatal.

Lo que se dice rápido y fácil, pero no lo es.

Y tan no lo es que, hasta donde he logrado saber, la iniciativa de reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública todavía no está lista.

Ya registra un gran avance considerable, pero son tres los puntos que aún se revisan:

1. Los alcances operativos

2. El análisis jurídico profundo

3. El impacto presupuestario

Este último punto es uno de los más importantes.

Y es que, como es obvio, es necesario analizar con lupa cómo va a repercutir la reestructuración orgánica del nuevo gobierno en las finanzas públicas.

Y, de entrada, en el Presupuesto 2025.

Así que es definitivo: no será la actual Legislatura, la LXI, la que apruebe dicha reforma.

No ajustan los tiempos.

Es un trabajo monumental.

Relojería fina pura.

Como se dice: arrastrar, arrastrar y volver a arrastrar el lápiz.

Y entonces el aval a la iniciativa armentista corresponderá a las nuevas diputadas y a los nuevos diputados, es decir, a la Legislatura, la LXII, que entrará en funciones a mediados del próximo mes de septiembre.

Muy posiblemente será en octubre cuando llegue la iniciativa al Congreso del estado.

No el próximo viernes, como muchos creen o suponen.

A veces se olvida que el gobernador electo es licenciado en Administración Pública y Ciencias Políticas por la BUAP.

Y que tiene una maestría en Administración Pública de Calidad en la Gestión por el Instituto Nacional de Administración Pública.

Es decir: no sólo no es un improvisado en el tema, sino que es el principal interesado -por razones que se caen de obvias-en que la nueva Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado de Puebla quede perfecta.

Al menos en el papel.

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