Ícono del sitio Puebla Online

MORENA Y SU DOBLE DISCURSO CON LA COMUNIDAD LGBTQ+

MORENA Y SU DOBLE DISCURSO CON LA COMUNIDAD LGBTQ+

MORENA Y SU DOBLE DISCURSO CON LA COMUNIDAD LGBTQ+

MORENA Y SU DOBLE DISCURSO CON LA COMUNIDAD LGBTQ+
MORENA Y SU DOBLE DISCURSO CON LA COMUNIDAD LGBTQ+

Un caso ha puesto al descubierto el doble discurso que maneja el partido oficial respecto a las minorías sexuales y de género.

Porque una cosa es lo que Morena dice y otra, muy distinta, lo que hace.

Busca verse progre y tolerante e inclusivo, abanderando supuestamente la causa de la comunidad LGBTQ+ y abriendo espacios políticos a algunos de sus integrantes, pero en realidad es solo una fachada populista, oportunista y electorera.

El poblano Tuss Demian Fernández Hernández ha vivido en carne propia esta mentira y pagado las consecuencias de las decisiones cupulares por encima de su militancia.

Lo peor es que al levantar la voz y exigido lo que por ley le corresponde, ha sufrido una fuerte andanada de ataques discriminatorios, vejatorios y ofensivos -principalmente en redes sociales- que sin problema pueden encuadrarse en violencia política de género. 

Fernández Hernández, un conocido activista y defensor de los derechos LGBTQ+ en el estado, fue incluido por Morena -mediante la famosa tómbola- en la lista general de diputaciones federales plurinominales por la cuarta circunscripción, que incluye a Puebla.

Morena lo hizo como una presunta muestra de apertura hacia ese sector de la población, un sector, por cierto, con gran influencia política y poder económico.

Tras los resultados del pasado 2 de junio, sin problema alcanzaba lugar en el Congreso de la Unión.

Sin embargo, todo se vino a abajo de un día para el otro y por las pistolas de los dirigentes nacionales de Morena, con la complicidad del INE.

Tuss, como lo conocen sus amigos, tuvo que impugnar la lista general de plurinominales (aprobada por el INE el 23 de agosto) por varias razones. 

La primera es que Morena violó sus derechos político electorales al modificar arbitrariamente su identidad de género autopercibida en distintos momentos del proceso de insaculación.

Primero lo incluyó en la lista de mujeres y después de la insaculación en donde salió en la posición 1, él debía encabezar la lista de pluris, pero fue recategorizado como hombre y entonces lo mandó a la posición 22.

Con este último movimiento violó los estatutos del partido (Art. 44 inciso H).

La segunda razón es que Morena deliberadamente omitió su registro como acción afirmativa LGBTIQ+.

Este registro tuvo que suplirlo de forma personal ante el INE y extemporáneamente, cuando se enteró de forma no oficial que no lo había declarado el partido.

Esa “omisión” por supuesto, también influyó para que lo recorrieran hasta el lugar 22. 

Hay que decir que, de manera general, los partidos políticos y el INE violaron derechos político electorales colectivos de las poblaciones LGBTIQ+ al permitir la regresividad.

Es decir:

En la anterior Legislatura había cinco fórmulas representantes de acción afirmativa de diversidad sexual

Si se aplicara el principio de progresividad de derechos, debería haber seis o más en la presente Legislatura, pero en cambio ahora sólo hay cuatro (se perdió una). 

Y mientras en la anterior había dos representaciones trans, en esta no hay ninguna (se perdió el 100%).

Respecto a esto último, el INE no sólo fue omiso al permitir que los partidos no postularan suficientes acciones afirmativas (en la etapa previa), sino que en esta última etapa de la impugnación, primero no previó hacer ajustes de nivelación y luego se negó a hacerlos pese a los diversos juicios que se interpusieron, incluido el de Tuss.

Por supuesto, como he dicho, Tuss se inconformó y presentó una impugnación ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que ya emitió una sentencia.

Dicha sentencia señala que la impugnación está correctamente fundada y motivada, pero que se presentó en una etapa extemporánea para realizar ajustes, puesto que éstos se debieron considerar en la primera etapa

Sólo que eso es imposible, porque durante la primera etapa no se pueden conocer todas las omisiones o actos deliberados de Morena, el resto de los partidos y del INE

Éstos se van obteniendo a través de los juicios que se van interponiendo y sus sentencias

A eso se suma que a partir de un acto, los inconformes sólo tienen cuatro días para impugnar, lapso en el que es imposible también recabar toda esa información.

Para llegar a esa sentencia, Tuss tuvo que hacer un largo y tortuoso recorrido: alrededor de seis solicitudes y quejas a Morena, cinco juicios ciudadanos y un recurso de reconsideración. 

El desgaste, en todos sentidos, ha sido brutal.

De manera simultánea, en la última etapa, también presentó un recurso de reconsideración de su caso particular y la protección de los derechos colectivos, así como un juicio ciudadano específico para la protección de derechos colectivos LGBTI

Además, al menos tres organizaciones (dos locales y una nacional) presentaron Amicus Curiae para respaldar su recurso de reconsideración. 

Por demás está decir que el caso lo perdió.

Pero dos cosas ganó sin asomo de duda:

La primera: exhibir el doble discurso de Morena respecto a las minorías sexuales y de género; todo es una farsa para ganarse votos y simpatías de forma fácil.

La segunda: que la acumulación de casos por violación de acciones afirmativas LGBTIQ+ que se promovieron en varios estados del país, llevara al TEPJF a determinar que éstas son ineficaces y ordenara al INE realizar un nuevo estudio para conocer su efectividad

Todo esto en medio de un proceso corrupto de Morena para la asignación de las plurinominales que afectó a varios integrantes de la comunidad de todas las circunscripciones, aunque particularmente de la cuarta.

Como dice, y dice bien, Tuss:

“Simulan que construyen el camino pero nos levantan el muro…”

Por cierto: llevará su caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Pero esa, esa es otra historia que está por escribirse.

Salir de la versión móvil