MORENA PUEBLA Y EL RIESGO DE LA UNIDAD SIMULADA
Arturo Luna Silva
Luego de las designaciones de candidaturas a diputados federales y locales, así como ayuntamientos, en la alianza que encabeza Morena, hay un riesgo latente de división al interior del lopezobradorismo poblano, igual o más dañina que el despliegue de una unidad simulada que pueda reflejarse en las urnas.
El candidato a la gubernatura, Alejandro Armenta, muy bien ha hecho en intentar atajar esa posibilidad.
Este lunes se reunió con unos 300 militantes y simpatizantes que quedaron fuera de las candidaturas.
Los apapachó y les recalcó que habrá inclusión y que se busca la unidad real.
Sin embargo, hay personajes que, con ánimos de revancha, construyen una ruta al rompimiento, porque no obtuvieron las postulaciones que anhelaban.
Su postura empata con las inconformidades que sin duda existen por la aparición en las listas de nombres como los de Grace Palomares, María de la Barreda Angón y un largo etcétera.
La tarde de este martes se distribuyó un comunicado que proclama “Sufragio efectivo, no imposición” y pone en duda que se hayan tomado realmente en cuenta las encuestas.
Por supuesto, quien pierde, siempre aducirá eso.
Pero la realidad es que hay candidaturas que se ven injustificables.
De personajes que no habían participado ni ayudado nunca a ese movimiento y que incluso han criticado públicamente al jefe máximo del mismo, el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ex panistas y ex priístas que, aparentemente de la nada, obtuvieron un lugar, que, por tanto, se les negó a muchos otros fieles y genuinos morenistas.
El comunicado que está lleno de quejas tiene huellas claras y está en sintonía con la reclamación que hace unos días hizo el candidato al Senado, Ignacio Mier.
“No me voy a callar ante imposiciones, porque sería contraria a la razón de ser del movimiento que yo fundé junto con López Obrador”, dijo en Tehuacán.
El texto que circuló en aplicaciones de mensajería no tiene la firma de un responsable.
Pero es obvio quiénes son los emisores. Los mismos que siguen sin asimilar que Alejandro Armenta les haya ganado la candidatura a la gubernatura y que, por lo bajo, hablan, hablan y vuelven a hablar de escenarios de derrota.
Escenarios que, obviamente, les convienen.
La ruptura ha sido siempre un riesgo, en todos los partidos, en todas las elecciones, tras la definición de candidatos y candidatas.
El Comité Ejecutivo Estatal de Morena informó, también este martes, que será hasta el 10 de marzo, el próximo domingo, cuando dé a conocer las listas oficiales.
Ha habido muchas filtraciones.
Algunas certeras.
De hecho, en lo que se refiere a diputaciones locales y algunas alcaldías, ya sabemos los resultados.
Conocemos los nombres de las designadas y los designados.
Ese día, por cierto, Claudia Sheinbaum estará en Puebla.
Visitará Tehuacán, Tepeaca y San Andrés Cholula.
Es la primera vez que viene a Puebla como candidata formal a Palacio Nacional.
Muy probablemente y por estrategia, las listas oficiales se den a conocer cuando ella ya no esté en territorio estatal.
De otro modo, podría abrirse la posibilidad de reclamaciones, que la candidata presidencia no podría, de cualquier modo, atender, porque es un tema del partido.
Lo repitió hasta el cansancio la ex jefa de Gobierno, desde los días de la contienda interna nacional, cuando alguien le pedía una candidatura.
“Es asunto del partido, no mío”, palabras más, palabras menos, respondía.
Las inconformidades prevalecerán.
El reto es que no sean muchas.
Que no sean dañinas.
Que se dé lo que tantas veces se ha llamado “operación cicatriz”.
Una muy veloz, porque estamos a menos de 25 días del arranque de las campañas locales.
Las federales ya están en marcha.
Si como han dicho, Morena quiere arrasar, no puede darse el lujo de divisiones.
La meta en sufragios es tan alta que requiere de la unidad real.
No de simulaciones.
Esas pueden hacer mucho daño.