Apenas fue rescatado del ostracismo, las huestes de Fernando Manzanilla Prieto volvieron a morder la mano que les ofrece apoyo y a equivocar las señales, para presumir lo que el personaje nunca ha tenido: capacidad y operación política.
En su tradicional conferencia semanal, el candidato de Morena a la gubernatura, Alejandro Armenta, presentó al ex priísta, ex panista, ex peseísta y ex morenonachista como “asesor de campaña”.
Se trató de una deferencia que no es necesariamente un reconocimiento a la persona, sino un mensaje de unidad e inclusión, que el senador envía a todos.
Así lo han visto en el Comité Ejecutivo Estatal (CEN) del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Y así lo deben ver también las bases morenistas.
Esa es la verdadera razón de ir sumando a personajes que antes fueron, incluso, detractores ácidos y ofendieron sin recato a los adversarios.
Sin embargo, el ex secretario de Gobernación y ex cuñado del difunto Rafael Moreno Valle equivocó las señales y quiso exagerar su nombramiento como asesor.
Algunas cuentas de redes sociales afines al ex diputado federal salieron a decir que su inclusión era un “gran fichaje” y que gracias a él, “ahora sí” estaba garantizado el triunfo de Alejandro Armenta a la gubernatura.
Es más, se atrevieron a escribir que también con Francisco Ramos Montaño y Manzanilla, pareja política de muchos años, el candidato ganaba mucho.
Se equivocan.
Rotundamente.
Y pecan oootra vez de soberbia y su hermana gemela, la ceguera.
Nadie es indispensable en el equipo de Armenta, menos aún quienes antes fueron enemigos que transgredieron la mesura del adversario.
Si el senador morenista, quien presentará en breve la solicitud de licencia a su escaño, para dedicarse de lleno a su campaña, ha sido tolerante e incluyente, es por la búsqueda de la unidad.
No hay nadie que, realmente, sea indispensable.
El equipo que ha permanecido fiel y con trabajo real es el que ha acompañado a Armenta en sus logros.
Precisamente, en su discurso de este domingo, en la Cuarta Sesión Ordinaria del Consejo Estatal de Morena, Alejandro Armenta reconoció que nunca ha ido solo en su camino.
Que “en comunidad” ha conseguido avanzar en su vida y en su carrera política.
Hacer comunidad es clave.
“Nada en mi vida he logrado solo. Nada. Nací en comunidad. Nací en asamblea ejidal, aprendí en las asambleas de padres de familia, en las escuelas públicas… Por eso amo a Puebla y entiendo las necesidades de los poblanos y las poblanas”, dijo el candidato el domingo en la sesión del Consejo Estatal.
Quien no entienda -sus porristas o él- que es un esfuerzo colectivo el que se hará, se equivoca.
Eso se busca y se desea en la campaña.
Quien se asfixie en el propio veneno de su protagonismo…
Ese o esa, realmente no cabe ni tendrá espacios para seguir lucrando con la política.