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LOS RENGLONES TORCIDOS DE MARKO CORTÉS

LOS RENGLONES TORCIDOS DE MARKO CORTÉS

LOS RENGLONES TORCIDOS DE MARKO CORTÉS

No es la primera vez que Marko Cortés lo hace y seguramente tampoco será la última.

El dirigente del PAN sí tiene por práctica común dejar por escrito los acuerdos que suele firmar o pactar en lo oscurito.

No, no es un hecho aislado el acuerdo mafioso que hace algunos días él mismo, en el colmo de la estupidez supina, dio a conocer y que alimentó maravillosamente la narrativa del presidente Andrés Manuel López Obrador contra “los pillos y corruptos de la oposición”.

Ese famoso documento que el líder panista difundió en sus redes sociales se convirtió en todo un escándalo, pues revelaba lo que negoció en secreto con el PRI para apoyar la candidatura de gobernador de Manolo Jiménez en Coahuila.

Ni más ni menos que puestos de elección popularcargos gubernamentalesmagistraturas y ¡hasta notarías!

La política, sin duda, es negociación y acuerdo, acuerdo y negociación, y es pragmática de principio a fin, pero se necesita ser muy bruto para dejarlo por escrito y más bruto para presumirlo uno mismo.

Es el deplorable caso de Marko Cortés, quien, seguramente ya muchos lo olvidaron, también aquí en Puebla dejó en papel algunos de sus renglones torcidos.

Sólo es cosa de recordar aquel oscuro acuerdo, también por escrito, que signó con la entonces dirigente estatal del PANGenoveva Huerta, y el ex alcalde y hoy candidato de la oposición a la gubernaturaEduardo Rivera Pérez.

Mismo modelo, misma práctica, misma burrada.

Fue el 16 de febrero de 2021 cuando, teniendo a Marko Cortés como promotor y testigo, Genoveva Huerta y Eduardo Rivera firmaron un documento para que éste cediera el 25% de los puestos de confianza del gobierno municipal a militantes del Partido Acción Nacional, mujeres y hombres, en todos los niveles de la administración y en áreas no prioritarias.

Algo así como un “derecho de piso”.

El tristemente célebre acuerdo tuvo lugar en la sede del Comité Ejecutivo Nacional del PAN y fue condición para que Genoveva Huerta y su grupo avalaran la candidatura de Eduardo Rivera a la alcaldía capitalina.

Fue gracias a esa negociación secreta, en la que también fue actor principalísimo el ex senador Héctor Larios Córdoba, que el panismo poblano llegó más o menos unido a la elección de ese año.

Una vez que Eduardo Rivera ganó los comicios y se sentó en la silla principal de Palacio Municipal, llegaron los problemas, pues Genoveva Huerta lo acusó de incumplir los puntos principales del pacto, sobre todo lo relacionado a los puestos de trabajo.

Pero más allá de ese conocido desacuerdo -que tiene su propio relato-, lo relevante es que ese documento es real; incluso, su existencia ha sido reconocida por ambos grupos, el de Eduardo Rivera y el de Genoveva Huerta, y hasta por el único y verdadero impulsor del mismo: Marko Cortés.

¿Qué pasaría si en estos momentos o, peor, en plenas campañas por la gubernatura de Puebla, dicho documento se da a conocer, como se conoció el escandaloso documento de Coahuila?

¿Cuáles serían las consecuencias políticas para el panismo poblano, que aspira a sacar a Morena del poder en el estado?

¿Cuántos otros acuerdos por escrito tiene Marko Cortés en el clóset, iguales o similares al de Coahuila y al de Puebla?

“Es un acuerdo mafioso para repartirse un botín. Cuando se reparte mal el botín, hay motín…”, dijo, y se mofó, el presidente López Obrador cuando se conoció el documento de Coahuila.

No era para menos: el dirigente del PAN le puso el balón para meter un gol a la oposición.

Bueno, hasta la candidata presidencial Xóchitl Gálvez tuvo que salir a deslindarse de tremendo traspié:

“Es inaceptable el contenido de este convenio, desde el punto de vista ético para mí, jamás aceptaría una cosa que contenga lo que ahí dice… ¡Me encabroné!…”, aseguró la aspirante de PAN, PRI y PRD en entrevista con Joaquín López Dóriga.

El poblano Javier Lozano Alarcón contó que también hizo un fuerte reclamo:

“Ayer me eché un tiro muy fuerte con Marko Cortés. Le dije: a ver dos cosas, cabrón, y eso es lo que nos pasa como oposición: ¿por qué haces un reclamo público a Manolo Jiménez en Coahuila de que no te está cumpliendo? Y hasta pones el documento firmado, posiciones del Poder Judicial y notarías, ¡cabrón!, quedas como un puto mercenario de la política…”.

Sí, Marko Cortés es todo un caso.

Y es que tiene por práctica común dejar por escrito sus inconfesables acuerdos.

Sus renglones torcidos.

Sus tripas y vísceras.

Sus secretos.

Sus enjuagues.

Sus tejes y manejes.

Sí, Marko Cortés es, en todos los sentidos, el peor enemigo de Xóchitl GálvezEduardo Rivera y Mario Riestra.

¿O alguien todavía lo duda?

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