LOS MENSAJES DETRÁS DEL NOMBRAMIENTO DE FERNANDO ROSALES
Arturo Luna Silva
La forma sigue siendo fondo.
Y con el nombramiento de Fernando Rosales Solís como el futuro secretario de Seguridad Pública del municipio de Puebla, los mensajes son claros:
El primero: la información sobre la designación fue enviada a los medios de comunicación por José Tomé Cabrera, el coordinador de Comunicación Social del gobernador electo, Alejandro Armenta Mier.
Él fue quien la mañana del pasado lunes se encargó de distribuir el comunicado y las fotografías: una en la que aparecen Fernando Rosales, Alejandro Armenta y el alcalde electo, José Chedraui Budib; otra, en la que se observa a cuatro personajes: Fernando Rosales, José Chedraui, Omar García Harfuch -quien será el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo– y otra persona (no identificada) pero del equipo de García Harfuch.
La tarea no fue encomendada a Ricardo Gutiérrez Loyola, futuro coordinador de Comunicación del gobierno de José Chedraui.
Fue totalmente intencional y el mensaje, contundente: no sólo el gobernador electo avala a José Chedraui al nombrar a Fernando Rosales, sino que él -es decir, su equipo- se encarga de informarlo. Esto es, de hacerlo oficial.
El peso político que se dio a la designación del próximo encargado de la seguridad pública en Puebla capital, es evidente.
Llega con todo el respaldo de Alejandro Armenta.
Y eso es fundamental, totalmente relevante.
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El segundo mensaje: más allá de lo que el propio Alejandro Armenta ha comentado informalmente del virtual nombramiento de Rodrigo Abdala Dartigues como próximo secretario de Bienestar del ayuntamiento de Puebla, la de Fernando Rosales es la primera gran designación del gabinete de José Chedraui.
No es casual: la seguridad pública es la preocupación número uno de los capitalinos y su demanda más sentida, sin importar género, edad, nivel social o económico, y tanto Alejandro Armenta como José Chedraui han dejado claro que, en efecto, abatir los delitos que tanto daño hacen a cientos de poblanos, es y será su tarea principal.
El aumento de ilícitos que golpean fuertemente a las familias, como robo a casa habitación, robo a transeúnte, robo a pasajeros de transporte público, robo a comercio, robo de autopartes y un largo etcétera, es real.
Las cifras, los registros no mienten:
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El tercer mensaje: Fernando Rosales llega totalmente arropado por el próximo gobierno federal.
Y de forma especial por Omar García Harfuch, quien lo conoce desde hace muchos años y no dudó en respaldarlo cuando José Chedraui, a sugerencia de Alejandro Armenta, puso su nombre sobre su mesa.
Rosales y Harfuch son policías de carrera y han coincido laboralmente en más de una ocasión, principalmente en la extinta Procuraduría General de la República, hoy Fiscalía General de la República.
Fernando Rosales no sólo pasó uno de los filtros más importantes.
Que García Harfuch haya dado luz verde a su designación, significa una cosa -que se cae de obvia-: los tres niveles de gobierno (el federal, el estatal y el municipal) trabajarán por fin de manera coordinada en materia de seguridad pública.
No se sabe si con mando único -porque eso luce operativamente muy complicado-, pero sí con comunicación y armonización, lo que ya es una enorme ganancia.
Especialmente en delitos del orden federal, que han sido claramente desatendidos, como los atracos-secuestros en la autopista México-Puebla, el robo de combustible (huachicol y huachigas) y la disputa territorial que ya libran al menos tres cárteles del narcotráfico y que han dejado un auténtico reguero de cadáveres en la zonas limítrofes Puebla-Tlaxcala y Puebla-Veracruz.
Fernando Rosales tendrá siempre el apoyo, el consejo, la colaboración de García Harfuch.
Sí, la forma sigue siendo fondo.
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Y el cuarto y último mensaje: se acabaron las improvisaciones y las ocurrencias.
Ocurrencias como lo de María Consuelo Cruz Galindo, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
El dato duro que la mayoría tenemos de Fernando Rosales es que fue efímero secretario de Seguridad Pública del también efímero gobierno (10 días) de Martha Erika Alonso.
Pero basta echar un ojo a su amplio currículum para entender por qué fue elegido y para saber que es un muy buen perfil para la enorme tarea de garantizar la seguridad a los millones de habitantes de Puebla capital.
Doctor en Derecho, tiene un largo recorrido y solidez tanto teórica como práctica, y salió “APTO” siempre que se sometió a una evaluación y/o control de confianza en la PGR y el CISEN.
El de Fernando Rosales es, pues, un acertado nombramiento del presidente municipal electo.
Bien asesorado, bien operado, y con el respaldo de Alejandro Armenta y Omar García Harfuch, la conformación del gabinete de José Chedraui arrancó muy bien.
Ojalá Fernando Rosales esté a la altura del enorme reto y de la gran expectativa.