Fuerte y claro habló Alejandro Armenta a los integrantes de las comisiones de transición la mañana del pasado sábado al reunirse en privado con ellas y ellos en un salón del bunker de La Noria.
Y es que el gobernador electo de Puebla calmó el nerviosismo y las prisas que muchos de ellos y ellas empezaron a mostrar a partir de su nombramiento a inicios de la pasada semana, y sembró varios mensajes -de verdadera importancia- sobre su proyecto de gobierno, la conformación de su gabinete, la relación con la actual administración estatal y hasta sobre su futuro político.
Oficialmente el encuentro del fin de semana fue para arrancar de manera formal los trabajos de dichas comisiones de transición y así en efecto ocurrió y así incluso se comunicó a los medios de comunicación, pero en los hechos se convirtió en una gran oportunidad para que Alejandro Armenta atajara rumores y les leyera, como diría el clásico, la cartilla.
Según cuentan algunos de los asistentes, el gobernador electo “no dejó títere sin cabeza”. No fue un regaño ni un exabrupto, simplemente les dejó muchas cosas en claro, sobre todo a los confundidos o a los adelantados.
¿Cuáles?
Veamos algunos de ellos:
Les dijo que no tiene ni tendrá proyecto presidencial para 2030.
Que las especulaciones al respecto deben acabar.
Que se equivocan quienes ya andan candidateándolo.
Que no le hacen un bien, ni se hacen un bien.
Que su único gran proyecto es ser gobernador, el mejor gobernador de Puebla; que a eso dedicará todo su esfuerzo, que no tiene otra cosa en la cabeza, y que acabando su mandato, se irá a su casa.
“Me voy a dedicar a mi familia”, subrayó, literalmente.
(Y es que no ha faltado el “queda bien” -o la “queda bien”– que ya lo ve desde ahora como el sucesor de Claudia Sheinbaum, un error de bulto, de principiantes, y que desde el 2 de junio va de mesa en mesa presumiendo de saber leer el futuro).
Alejandro Armenta habló, también, sobre la conformación de su gabinete.
Señaló que formar parte de las comisiones de transición no implica forzosamente que vayan a ser secretarios o secretarias en su gobierno -como varios de ellos y varias de ellas suponen-.
Indicó que no es momento de adelantar vísperas, que el proceso de transición realmente inicia hasta septiembre próximo, y que las designaciones en el gabinete -del que tanto se habla, del que tanto se especula- habrán de esperar su momento.
Hoy toca, destacó, organizarnos, capacitarnos y planear el ejercicio de gobernar; se harán ciertas modificaciones a la Ley Orgánica de la Administración Pública Estatal, pues algunas secretarías de Estado se fusionarán, reforzarán o ampliarán.
Por esa razón, y otras más, no puede haber nombramientos en este momento.
Reiteró que su intención -como ya lo ha expresado públicamente- es mantener un bajo perfil mediático.
Y en ese sentido, les pidió respeto “total y absoluto” al gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, a su gobierno y a sus colaboradores.
“Cero intromisiones”, planteó.
El gobernador electo les dijo que al gabinete llegarán quienes han trabajado, quienes se la jugaron con él, quienes han mostrado lealtad y quienes han mostrado un profundo amor a Puebla.
Pero, insistió, nadie tiene garantizado nada.
Y nadie es nadie.
Les pidió seguir trabajando con la misma intensidad que desde el principio, sin pretextos ni dilaciones.
“Porque sólo se cansa aquel a quien no le gusta o no le apasiona lo que hace”, resaltó.
Finalmente, antes de dar por concluida la reunión, Alejandro Armenta realizó un severo llamado de atención.
Y fue en relación a lo que algunos integrantes de las comisiones de transición -plenamente identificados- vienen haciendo.
“No somos agencia de colocaciones”, les dijo, textualmente.
(Es decir: dejen de estar ofreciendo chamba o posiciones en el futuro gobierno.
(Es decir: dejen de estar pidiendo o recibiendo currículums vitae.
(Es decir: no es su tarea).
(Es decir: están jugando con fuego).
¿Así o más claro?