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LOS ADELANTADOS Y LOS QUEDABIEN

LOS ADELANTADOS Y LOS QUEDABIEN

LOS ADELANTADOS Y LOS QUEDABIEN

Qué poco conocen a Alejandro Armenta aquellos que buscan filtrar, con intención de promocionarse, listas de supuestos integrantes del próximo gabinete estatal.

Qué ilusos son aquellos “quedabien” que, cuando ni siquiera ha rendido protesta la presidenta Claudia Sheinbaum, ya candidatean al poblano para la presidencial de 2030; es una falta de respeto institucional.

Cuántos errores cometen y cuán claramente se exhiben.

Suponer que el gobernador electo conformará a su equipo gubernamental con base en cuates y cuotas, o peor aún, de presiones mediáticas, es suponer muy mal.

Es además un error insalvable.

Irreversible.

Los casi seis meses que quedan por delante para la toma de posesión, Armenta y su primer equipo los aprovecharán para el diseño de la próxima administración.

No perderá un solo día.

Como se vio en la gira que estos días realizó por Nueva York.

Hay que decirlo con claridad.

En días pasados, hubo supuestos adelantos del gabinete.

Todos resultaron falsos.

Dejaron ver muy claramente las manos de quienes buscaban, con ellos, meter presión para ser incluidos.

Habrá más, en las próximas semanas y meses.

También serán listas falsas.

Una cosa es segura, Alejandro Armenta tiene un equipo que, desde hace muchos años, se la ha jugado con él.

Los recién llegados han sido tratados con amabilidad.

Fueron sumados a tareas de campaña.

Pero con base en esas reflexiones, que cada quien haga sus conclusiones.

Desde todas las representaciones y encargos que ha tenido Alejandro Armenta en su carrera de 34 años en la vida pública, siempre ha privilegiado la eficiencia.

En su sintonía con la Cuarta Transformación (4T) y los valores personales y profesionales que han regido su vida, hay una ponderación muy especial a la honestidad y al trabajo duro.

Nada es gratis.

Nada es en automático.

Peor aún: si alguien cree que por salir en una columna o en redes en una lista, puede tener un cargo, se equivoca.

Por otro lado, están los “quedabien”.

Esa horda de imprudentes que nunca falta.

Aquellos que quieren agradar a como dé lugar.

Que no miden el terrero y que pueden meter en complicaciones incluso a quienes intentan halagar.

Aparecen con cada triunfo.

Hacen fiestas adelantadas.

Futurizan desde el aire.

Se tropiezan mucho con la lengua.

De “quedabien” terminan en “quedamal”.

Se vuelven indeseables.

Lo hacen con buenas intenciones, pero con pésimo cálculo.

Claudia Sheinbaum Pardo rendirá protesta el 1 de octubre.

Luego gobernará seis años.

Sucesión es ahora una palabra de mal gusto.

Efectivamente, el mal gusto caracteriza a los “quedabien”.

En los dos casos, se cometen errores graves.

Los imprudentes se ven a kilómetros de distancia.

Se delatan solitos.

Caen mal.

Y quedan peor.

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