LA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO Y LOS DATOS OCULTOS
Arturo Luna Silva
Lejos del protagonismo de algunas diputadas y diputados locales –Nora Merino, de forma tan penosa como destacada-, la despenalización del aborto en Puebla debe considerarse un logro social, por una demanda añeja, que tiene origen en la búsqueda de solucionar un tema de salud pública y de derechos plenos para las mujeres.
Pero además, en el caso de la reciente votación, la operación y el tejido para el aval a la reforma a cuatro artículos del Código Penal, tuvo como principal constructor al diputado electo José Luis García Parra, quien cabildeó directamente, uno a uno, una a una, con las bancadas de izquierda en el Congreso local, con todo el respaldo del gobernador electo, Alejandro Armenta Mier.
En medio de las protestas y el debate, hay que reconocer que este tema tenía 15 años en la congeladora legislativa.
Desde 2009, cuando gobernaba el estado Mario Marín y el PRI era mayoría en el Poder Legislativo del estado, se debió haber aprobado.
No había pretextos, pero no lo hicieron.
Desde ese entonces, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se había pronunciado al respecto.
En lugar de ocurrir la despenalización, la bancada del PRI, junto con la de Acción Nacional, aprobó una adición al Artículo 26 Constitucional, para atajar cualquier posibilidad de que avanzara la reforma a favor del aborto.
Comenzó ahí un largo camino para impedir esa modificación al Código Penal, que ya en 2007 había aprobado la Asamblea Legislativa del entonces Distrito Federal.
Muchas legislaturas pasaron, pero no se consiguió sacar de la congeladora el tema.
Los cálculos políticos sobre el costo en las urnas fue la principal causa que la detuvo.
Este lunes, Puebla se convirtió en el estado 14 en avalar la despenalización del aborto.
Lo ha hecho 15 años después, de la primera oportunidad que tuvo.
Especialmente para Puebla, por sus condiciones sociales y la predominancia religiosa católica, es notable lo que ha ocurrido.
Sin embargo, no pueden los legisladores y legisladoras colgarse la medalla.
Incluso hubo incidentes políticamente incorrectos.
Está el caso de la diputada del partido del trabajo Nora Merino Escamilla, quien acusó al actual gobierno de no haberles dado seguridad para entrar al recinto legislativo del Centro Histórico.
Se trató de una traición al gobierno de Sergio Salomón.
De un día para el otro, se le olvidó quién la ayudó a ganar, porque sola no gana ni en su casa.
Una más en la larga lista de traiciones de Merino Escamilla.
Una más contra quien le ha dado la confianza y la apoyó para su candidatura y por quien hoy es diputada federal electa.
Fue a decir al equipo del gobernador electo, Alejandro Armenta, que no hubo respaldo de la actual administración.
Pero sus quejas sobre la seguridad son, además de inapropiadas, también incongruentes, pues todos sabían que la entrada al recinto sería por la puerta alterna.
Todavía peor: trató de manipular al diputado del PSI Pablo Pérez Maceda, suplente del fallecido Carlos Navarro Corro, para “vender” su voto a José Luis García Parra.
Pero Pablo la mandó por donde vino.
Eso y otras cosas ocurrieron.
Dentro de las bancadas de izquierda hubo quienes amagaron con ir en contra de los principios de la Cuarta Transformación (4T), que ellos y ellas representan y por la que ellos y ellas hoy tienen un futuro prometedor en sus carreras políticas.
Días antes, desde la dirigencia nacional de Morena, hubo un llamado a la congruencia de los poblanos y las poblanas, en el Congreso.
Pidieron sintonía con los principios y la agenda legislativa de la 4T.
El llamado no fue gratuito.
Se hizo por quienes intentaron convertirse en protagonistas innecesariamente o que de plano quisieron condicionar su voto a prebendas y compromisos futuros con su partido.
Ahí es donde entró el tejido fino que encabezó José Luis García Parra, secretario técnico del equipo de transición armentista.
Cabildeó y aseguró los votos, uno a uno, para que en el pleno se consiguiera la despenalización.
No hay que olvidar que no había mucho margen de maniobra para evitar la despenalización.
La SCJN se había pronunciado nuevamente, y ahora con más claridad, al respecto desde septiembre de 2021.
El Congreso Local había desoído esa determinación jurídica.
La Arquidiócesis de Puebla ha condenado la decisión del Congreso.
“Que Dios los perdone”, dijo en un comunicado.
“Puebla está de luto“, añadió.
Es una posición que la Iglesia Católica poblana debe defender.
Que nadie se asuste.
No sé atenta contra el Estado laico.
Al contrario, su postura es parte del debate.
A pesar de ello, el Legislativo local cumplió.
Los operadores cumplieron.
Las diputadas y los diputados cumplieron, pero no son “héroes”.
Al menos en este tema, podemos afirmar que Puebla ha salido del oscurantismo.
Se llama evolución jurídica.
DE VIDEOS, MENTIRAS Y DOBLES MORALES
Como era de esperarse, se viralizó el video en el que queda clara, clarísima, la doble moral de algunos panistas como Marcos Castro, secretario general del PAN estatal.
Dicho video data de 2022, cuando al interior del partido empezaron a ser motivo de conversación ciertos comportamientos de este burócrata azul que se presenta como “padre de 6 hijos y creyente”.
Lo que haga cada quien con su vida privada, es privado, pero no, nunca, si descaradamente se usa el edificio del PAN -que se financia a través de las prerrogativas oficiales, que a su vez salen de los impuestos que todos pagan al Estado mexicano- para tales fines.
El video es claro y adquiere relevancia pública y periodística ante la obvia incongruencia.
Es decir: ante la gran distancia que hay entre lo que se dice y lo que se hace.
Marcos Castro fue uno de los panistas que el pasado fin de semana, bañado en agua bendita, acudieron a la sede del Congreso del estado para manifestarse en contra de la aprobación de la despenalización del aborto; incluso, clausuró simbólicamente el Palacio Legislativo.
Marcos Castro aspira…
Corrección: aspiraba a la dirigencia estatal del PAN.
Todo parece indicar que el diputado local plurinominal electo ha dejado el camino libre a Adán Domínguez, a quien no le llega ni a los talones.
Por cierto: hay más videos.
Y no sólo de Marcos Castro.
Lo que pasa al interior del edificio del Comité Directivo Estatal es digno de una novela de Henry Miller.
Y no sólo de madrugada.
¿Para eso querían una nueva sede?
Como diría el clásico: “¡Qué asquerosidad es esto, eh!“.