JOSÉ CHEDRAUI: CAMBIO DE NARRATIVA
Arturo Luna Silva
Agotado el tema del “hoyo financiero” -entre otras cosas porque nunca se documentó, nunca se detalló, nunca se llegó a fondo, todo se basó en rumores, verdades a medias y mentiras completas-, el presidente municipal de Puebla, José Chedraui Budib, ha decidido cambiar la narrativa para enfrentar las críticas y la extendida percepción de que el arranque de su gobierno no ha sido el esperado, sobre todo en materia de seguridad pública, y que hará falta más, mucho más para cumplir con las expectativas creadas.
Este miércoles, entrevistado por los reporteros y las reporteras que cubren la fuente municipal, el edil por primera vez pidió tiempo para resolver el problema de inseguridad que un día y el otro también afecta a los capitalinos, y que se ha desbordado notablemente desde la llegada de Fernando Rosales Solís a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
Desde su campaña, José Chedraui venía manejando un discurso optimista, en el sentido de que su administración sabía cómo hacerlo y por tanto los resultados en este y otros rubros se reflejarían de inmediato, o casi de inmediato.
Había evitado echar la culpa al pasado, un pretexto -como se sabe- recurrente entre las autoridades emanadas del partido Morena desde los tiempos del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pero eso cambió.
Ya cambió.
Y es que el alcalde no sólo pidió tiempo -lo cual es lógico, pues efectivamente apenas lleva 60 días al frente del ayuntamiento -, sino que por primera vez afirmó que cuando el PRI y el PAN gobernaron, “no pudieron atender la inseguridad”.
“Llevamos casi 60 días, ellos tuvieron tres años y no resolvieron absolutamente, con nosotros sí lo vamos a resolver y que nos den un poco de tiempo y así será, es lo único que les queda, vamos a hablar de temas positivos”, fue su declaración textual.
El cambio de narrativa ya se había podido notar desde un día antes de esta declaración, el martes, cuando el Comunnity Manager del edil -uno de sus peores enemigos- lo hizo decir en X que “ante el caos que recibimos en la Ciudad avanzamos a marchas forzadas atendiendo las peticiones de poblanas y poblanos que durante años quedaron en el olvido (…)”.
Un “caos” que, por cierto, no mencionó nunca durante su toma de protesta, el 15 de octubre; sí, ahora que se han percatado que gobernar la ciudad más importante del estado de Puebla, no es sencillo, y que no es lo mismo “ser borracho que cantinero”.
El nuevo discurso de José Chedraui recuerda mucho al utilizado en su momento, como herramienta de propaganda, por el panista Eduardo Rivera Pérez, quien diseñó precisamente la narrativa de que no podía con el paquete porque su antecesora, Claudia Rivera Vivanco -de Morena-, le heredó una ciudad sumida en el caos, “sin rumbo” -lo cual era parcialmente cierto-.
A Eduardo Rivera, dicha narrativa le funcionó un tiempo, pero no todo el tiempo, y ya vimos cómo terminó su gobierno, sumido en el desprestigio, el absurdo y la simulación.
Al recurrir a algo similar, se entiende entonces que a partir de ahora, cualquier reclamo ciudadano o cualquier crítica mediática sobre el desempeño o los resultados del ayuntamiento de Puebla, serán justificados a partir de una comparativa con el pasado, el pasado reciente.
“Es que nos dejaron un caos”.
“Es que nos heredaron un cochinero”.
“Es que ellos tuvieron 3 años y no hicieron nada”.
Y así por el estilo.
Hay que decirlo con todas sus letras: José Chedraui tiene excelentes intenciones; de verdad ama a Puebla y quiere hacer lo mejor por su ciudad. Es un empresario exitoso, trabajador y con visión y relaciones nacionales e internacionales que en su circunstancia pocos poseen.
De hecho, hay algunas áreas de su gobierno en donde en estas pocas semanas sí se ha logrado notar un cambio positivo respecto a pasados gobiernos, y menciono dos en concreto: la Dirección del Instituto Municipal de Arte y Cultura, a cargo de Anel Nochebuena, y la Secretaría de Servicios Públicos, cuyo titular es Clemente Gómez.
Pero en el resto, especialmente en seguridad pública -la demanda número 1 de todos-, algo está pasando, que la máquina no termina de arrancar y el slogan oficial que escogieron a partir de la idea de algún genio (“La Capital Imparable”) tampoco ayuda.
El alcalde ha lucido más ocupado y preocupado por temas verdaderamente intrascendentes o populistas; más a tiempo para la foto y el corte de listones, que en la coordinación ejecutiva de su equipo para dar los resultados esperados.
En términos de comunicación, solo él le ha puesto “el pecho a las balas” y solo él ha asumido todo el costo de las presiones y las críticas, normales en tanto se crearon altas expectativas desde la campaña.
Luce solo y sin un verdadero jefe de gabinete o de la oficina del alcalde, que opere el día a día y a José Chedraui le permita enfocarse en el bosque, no solo en el árbol, ese árbol que solo deja ver lo urgente sobre lo verdaderamente importante.
Hoy se ha cambiado la narrativa y ya se decidió caminar por un camino ya conocido: el de culpar al pasado.
Hoy se ha pedido “tiempo” y se entiende porque todo nuevo gobierno sufre un proceso en el que transita por una curva de aprendizaje; sin embargo, muchos recuerdan que tuvieron casi todo junio, todo julio, todo agosto, todo septiembre y 14 días de octubre, tras la victoria electoral, para prepararse y muchos ya empiezan a dudar que efectivamente lo hayan hecho.
¿Funcionará la nueva narrativa?
¿Por cuánto tiempo?