ENEMIGOS ÍNTIMOS (APUNTES SOBRE LA TRAICIÓN A PAOLA ANGÓN)
Arturo Luna Silva
En política, suele ocurrir que no hay peor enemigo que la persona que crees o supones más cercana.
Si la traición es connatural a la lucha por el poder, en cualquier nivel, época y circunstancia, esa traición suele venir, casi siempre, de un allegado o allegada; un familiar incluso.
Y es que esa es la traición de traiciones, la madre de todas las traiciones, la más dañina, la que resulta más destructora, la más demoledora…
También es la que más duele al traicionado, o a la traicionada, porque es la que menos te esperas.
O te la esperas, y hasta la intuyes, pero no con tal nivel de crueldad y cinismo.
El escándalo que, en el año 2006, casi le cuesta la gubernatura de Puebla a Mario Marín entra, sin duda, en este esquema.
En su momento, todo mundo creyó que la grabación de las conversaciones que sostuvo con Kamel Nacif, fue obra de sus enemigos políticos apoyados en los más sofisticados aparatos de inteligencia.
Por semanas y meses se especuló sobre el origen de esos audios en los que, como se sabe, se escuchó cómo Nacif le agradecía efusivamente su intervención para ponerle un “coscorrón” a la periodista Lydia Cacho:
M: “¡Quiúbole, Kamel!”
K: “¡Mi góber precioso!”
M: “¡Mi héroe, chingao!”
K: “No, tú eres el héroe de esta película, papá”
M: “Pues ya ayer le acabé de darle un pinche coscorrón a esta vieja cabrona. Le dije que aquí en Puebla se respeta la ley y no hay impunidad y quien comete un delito se llama delincuente. Y que no se quiera hacer la víctima y no quiera estar aprovechando para hacerse publicidad. Ya le mandé un mensaje a ver cómo nos contesta. Pero es que nos ha estado jode y jode, así que se lleve su coscorrón y que aprendan otros y otras”.
K: “Ya sé, y es que estos cabrones siguen sacando mamadas y mamadas. Pero yo hice una declaración…” (sic).
Periodistas, analistas, columnistas y toda la comentocracia poblana llegaron a sugerir que Marín y Kamel fueron grabados, y los audios filtrados a La Jornada, el periódico que las detonó, por personajes como Enrique Doger y Rafael Moreno Valle, con el obvio fin de causar un daño monumental -como efectivamente sucedió- al gobernador.
También se habló del CISEN y hasta de la CIA.
Hubo incluso quien lo juró como una verdad absoluta.
En realidad fue más sencillo que eso.
Con el tiempo se supo que el equipo de abogados de Irma Benavides, esposa de Kamel Nacif, se había encargado de grabar las conversaciones telefónicas que este sostenía con diversos interlocutores, en medio del áspero proceso de divorcio que enfrentaban en tribunales de la Ciudad de México.
De hecho, el de Mario Marín no fue el único audio de Kamel Nacif que, en aquel tiempo, se dio a conocer. El empresario de origen libanés fue grabado en descuidadas y reveladoras llamadas telefónicas con personajes como Jean Succar Kuri y Emilio Gamboa, entre otros. Y siempre gracias a una intervención auspiciada por la mujer con quien compartió su vida por décadas y con la que tuvo hijos.
El Lydiagate, como se conoce a la fecha al caso que a la fecha tiene a Mario Marín y Adolfo Karam en la cárcel, es el mejor ejemplo de cómo un conflicto privado puede terminar construyendo un gran escándalo político, pero también de cómo la traición que más duele, y la más dañina, es la que proviene de alguien que es, o fue, cercano o cercana.
Véase si no, el caso de la presidenta municipal de San Pedro Cholula, Paola Angón, en medio de un escándalo político luego de que, hace unos días, se viralizó un audio en el que confiesa haber pagado 2.5 millones de pesos al dirigente estatal del PRI, Néstor Camarillo, por una candidatura (para intentar reelegirse) y se le escucha reprochar que este impresentable personaje de la picaresca poblana le haya incumplido, sin regresarle el dinero.
Y es que, según los primeros datos de una investigación paralela a la oficial, todo indica que la llamada -que exhibe la presunta comisión de varios delitos- fue hecha por Paola Angón a su hija María de la Barreda, quien la habría grabado, editado y subido a las redes, todo en medio de una acre disputa política y familiar por, precisamente, la candidatura del PRIANRD por el ayuntamiento de San Pedro Cholula, a la que ambos aspiraban.
A diferencia de los audios de Mario Marín, en el de Angón solo hay una voz, solo la voz de Paola, quien dice:
“Tú ya sabes que ya había pactado con el PRI, que ya había dado dinero. Y hasta el pinche Néstor (Camarillo) también me dijo que pues sí. Que está complicado, que no pueden hacer nada”.
Hoy, todavía envuelta en la tormenta, la alcaldesa de San Pedro Cholula se ha descartado definitivamente para cualquier otro cargo de elección popular y su hija María, esposa del diputado ¿del PAN? Eduardo Alcántara, aparecerá, si no es que ya apareció cuando se haya publicado esta columna, como candidata a una diputación local ¡por Morena!
Sí, no hay peor enemigo que un enemigo íntimo.
Sí, la traición que viene de alguien cercano o cercana, es la peor.
La traición de traiciones.
La madre de todas las traiciones.
La más dañina.
La que resulta más destructora…
De la que nunca, nunca, te repones.