A diferencia de Eduardo Rivera Pérez -quien al menos trae dos cartas para jugar-, Mario Riestra Piña solo piensa en él, luego en él y al final en él para dirigir al Partido Acción Nacional (PAN) en el estado.
Para quien fue candidato a la presidencia municipal de Puebla, aplastado en las urnas por Pepe Chedraui, únicamente él importa, únicamente él pesa, únicamente él es capaz de encabezar un proyecto que o haga contrapeso al grupo dominante, el del ex alcalde capitalino, o le arrebate a éste el control de la franquicia azul en el estado.
Mario Riestra genera desconfianza -por ejemplo en Edmundo Tlatlehui, Genoveva Huerta, Rafael Micalco y sobre todo Mónica Rodríguez– porque es un político que suele anteponer sus intereses a los colectivos.
Lo ha hecho siempre; una, dos, diez, cien veces.
Se dice cabeza de grupo, y se vende como el mejor líder posible, pero nadie más que él puede -y debe- brillar, habiendo muchos cuadros a su alrededor que fácilmente podrían emerger como opción.
Siendo astuto, Mario Riestra es el peor enemigo de Mario Riestra.
De hecho, se ha ido quedando sin el grupo compacto que su gran amigo y ¿aliado?, el dirigente del PAN en el municipio de Puebla, Jesús Zaldívar Benavides, puso a su servicio.
Y es que sí, fiel a su costumbre, los ha ido desdeñando.
Cada vez que ha habido oportunidad de darles juego con candidaturas o posiciones, los termina bloqueando para favorecer a su familia -en concreto, sus hermanos-, sus nuevos “amigos” y sus conocidos del impresentable PRI.
Eso ha causado que en el actual proceso de renovación de la dirigencia estatal, una buena parte de consejeros que eran afines a él, ya lo abandonaron y ahora irán con otra opción.
Cualquiera, la que sea, pero no con Mario Riestra.
Un dato duro, incontrovertible: de los 25 o 30 consejeros que tenía Riestra antes de la triste campaña que realizó -una campaña plagada de soberbia, pésimas decisiones y escasos o nulos reflejos-, ya se le fueron entre 10 y 12.
Y los números cuentan, y cuentan mucho, sobre todo porque a diferencia del proceso para renovar la dirigencia nacional, que será mediante una elección abierta a la militancia, aquí en Puebla el sucesor o la sucesora de Augusta Valentina Díaz de Rivera surgirá del Consejo Estatal.
Y, obviamente, quien tenga más consejeros y consejeras, ganará.
En el equipo de Mario Riestra, pero también en el de Eduardo Rivera, causó gran molestia y sorpresa que, a muy pocos días de la elección del pasado 2 de junio, su hermana Susana -coordinadora de la campaña, junto con su hermano Rodrigo– cambiara la totalidad del ejército electoral, sin consultar a los responsables del mismo.
Eso fue un cisma que, a la postre, marcó el futuro de su candidatura, pues muchos de esos “soldados” traicionaron, fueron comprados o cooptados por el enemigo o de plano se desentendieron y se cruzaron de brazos pero con sus bolsillos llenos de billetes.
Por ello, por ejemplo, Mario Riestra no tuvo cobertura en el 100% de las casillas, aunque luego, tras la derrota, trató de “curarse en salud” y mandó el mensaje de que había sido culpa del equipo del candidato a la gubernatura, Eduardo Rivera, y en concreto del enamoradizo secretario general del CDE del PAN, Marcos Castro.
Insistentemente se habla de que solo una alianza de Riestra -y el grupo que le queda- con Edmundo Tlatlehui podría reducir la amplia, amplísima, brecha existente con el grupo de Eduardo Rivera.
Sin embargo, es poco probable que eso suceda, pues, como afirman al menos dos fuentes, Mario Riestra trae su propio juego, un juego en el que, por supuesto, sólo importa él.
Nadie más.
Riestra está esperando que a nivel nacional su amigo Jorge Romero gane la presidencia del PAN para aprovecharse de eso y Romero lo “impulse” en automático para la dirigencia estatal.
Jorge Romero fue el único panista con cartel nacional que Mario Riestra logró traer durante su campaña. Fue el 12 de mayo. Pasó sin pena ni gloria, pero le sirvió a Riestra para presumir su gran relación con quien desde entonces ya se perfilaba como el “gallo” de la nomenklatura panista -que comanda Marko Cortés- para la dirigencia nacional.
Mario Riestra cree que los acuerdos que Eduardo Rivera trae -y que no son pocos- con Marko Cortés (versus Jorge Romero) son endebles; que su amistad con el próximo líder nacional del PAN es más fuerte, y que por esa vía no sólo le dará la vuelta a Rivera (versus Adán Domínguez), sino también a Edmundo Tlatlehui, Genoveva Huerta, Rafael Micalco y Mónica Rodríguez, a quienes no baja de “ilusos”.
¿Le saldrá?
SOBRE EL HATE A GRACE PALOMARES
Hoy que muchos están ocupados en criticar a la 4T, especialmente a los neomorenistas, hay detalles que pareciera pretenden olvidar, como el hecho de que muchos de ellos y muchas de ellas tienen una vida previa y no necesariamente es de austeridad, simplemente la vida ha sido generosa con ellos, o ellas, como el caso de la diputada local electa Grace Palomares.
Guste o no a muchos, Grace Palomares, quien ya fue diputada federal y ha tenido diversos cargos políticos, es también empresaria.
Su estatus la ha llevado a estrechar lazos de amistad y negocios más allá de las fronteras mexicanas.
Un ejemplo son sus viajes anuales a España, a invitación de un grupo de amigos que radica en el país europeo.
No viaja con dinero del erario.
No cobra un sueldo en el gobierno.
No.
Ella hace muchos años es una mujer independiente financieramente.
En esta ocasión lo hizo acompañada del influencerLuis Thomas, muy reconocido, por cierto por su defensa de los grupos lésbico-gay, a los que él mismo pertenece y de los que se ha convertido en su voz, incluso en el Congreso de la Unión, a donde ha llevado ya algunas propuestas de trabajo.
¿Fotos?
SÍ, ya circulan.
Todos las vimos en redes sociales.
También el interés de golpear políticamente -o al menos exhibir- a los operadores del gobernador electo, Alejandro Armenta Mier.
¿Fuego amigo?
¿Algún “topo” en el equipo?
Imposible saberlo con precisión.
Lo cierto es que, en esta Puebla levítica, son tiempos de hipocresías y dobles morales.
También, de rasgarse las vestiduras.
Muchos olvidan que muchos personajes de la 4T, fundadores o recién llegados, tienen un pasado.
Un pasado político, social y financiero.
Nada de qué espantarse.
Y menos a nombre de quien sabe quién.
SOBRE LA ESTRATEGIA DE COMUNICACIÓN DE ARMENTA
La estrategia de comunicación electoral utilizada en Puebla por Alejandro Armenta y su equipo será presentada en Washington, D.C. por Javier Sánchez Galicia en su calidad de coordinador de estrategia y comunicación.
La conferencia se disertará en la jornada académica denominada “Campaign Management School Day”, a celebrarse en el marco de los Napolitans Victory Awards, del 22 al 24 de agosto, en la capital norteamericana.
Además, Sánchez Galicia aprovechará para hacer en Washington D.C. el lanzamiento de su más reciente libro: “El Arte de Comunicar el Gobierno”.
La presentación en Puebla del citado texto, editado por el IGDE de la BUAP y el Instituto de Comunicación Política A.C., se realizará el lunes 26 de agosto.
Y los comentarios estarán a cargo ni más ni menos que del gobernador electo.