EL PAN PUEBLA Y LA FEROZ TEMPESTAD QUE SE VIENE
Arturo Luna Silva
Si alguien tiene esperanzas en que el PAN defina su nueva dirigencia estatal reeditando el método nacional, de voto directo de la militancia, se debe quedar esperando sentado.
Una fuente bien informada asegura que ya está definido que será mediante el voto de los consejeros y consejeras, lo que algunos califican como la vía de la imposición y el dedazo, como se determine quién conducirá las riendas del partido en Puebla y en otros estados.
La tempestad que se viene es de pronóstico impredecible.
La semana pasada, el Partido Acción Nacional (PAN) determinó que su nueva dirigencia nacional se definirá por la vía de votación directa de sus 300 mil militantes en el país.
Muchas voces salieron a festejar que se trate de un “instituto democrático”.
Que escucha a la militancia.
Que no teme a la competencia interna.
Y bla, bla, bla, bla bla…
Muchos y muchas también levantaron ya la mano y otros ya son mencionados para encabezar el próximo Comité Ejecutivo Nacional (CEN):
Que si Xóchitl Gálvez, la ex candidata presidencial; que si el senador Damián Zepeda; que si la también senadora Kenia López Rabadán, que si bla, bla…
Pero, porque es el panismo y siempre hay peros y letras chiquitas, ese método de votación abierta a la militancia no se repetirá en Puebla ni en las entidades.
Aquí, la determinación la tomará el Consejo Estatal.
Así, quien tenga ese control, definirá a quien encabece el Comité Directivo Estatal (CDE).
Eso conviene al grupo que encabeza el ex candidato a la gubernatura Eduardo Rivera Pérez.
Por supuesto, eso molesta y revienta las posibilidades del grupo del alcalde de San Andrés Cholula, Edmundo Tlatehui Percino.
Y eso, por supuesto, anuncia una feroz tempestad.
Posiblemente hasta un rompimiento.
Del lado del grupo de Rivera Pérez, el candidato natural es el alcalde de la capital, Adán Domínguez, quien dejará su cargo público el 14 de octubre, justo para competir en el proceso que culminará en noviembre.
Él ya dijo que sí le entra.
Hasta llamó, en una entrevista el domingo, a los adversarios internos a tener “altura de miras” si no es el método que quieren.
Más cantada no puede estar.
Más claro el mensaje para Tlatehui no puede ser.
En tanto, el presidente municipal de San Andrés Cholula, el único bastión de la zona conurbada que conservó el PAN, lleva semanas que dijo que sí quiere la dirigencia.
El sábado tuvo una reunión y foro con 120 panistas de todo el estado y ahí exigió votación abierta a la militancia.
El enfrentamiento está perfilado.
La tormenta se ve venir.
El rompimiento es inexorable.
CASO MARÍN-CACHO Y LA REFORMA JUDICIAL
La inminente excarcelación del ex gobernador Mario Marín Torres, luego de que un amparo le permitirá la libertad en el proceso por el delito de tortura contra la periodista Lydia Cacho, viene a darle la razón, al menos en el tema de justicia real y efectiva, a laCuarta Transformación (4T) y su Reforma Judicial.
En términos estrictamente procesales, de acuerdo con la normatividad actual, Marín puede gozar de este beneficio.
No hay nada ilegal.
Ninguna irregularidad.
No importa que la tortura sea un delito grave.
También pareciera que la jueza que dictó la resolución que beneficia al poblano no tomó en cuenta que el Estado Mexicano debió ofrecer disculpas a Cacho.
Ni que el caso data de hace casi 20 años.
Lo cierto es que, aunque se cumple los tiempos y las formas procesales, una mayoría de la opinión pública considerará que no hay justicia en este caso.
La jueza consideró que el ex mandatario no representa un peligro para la sociedad ni riesgo de fuga, además de que sufre un delicado problema de salud, por lo que mantenerlo tras las rejas, viola sus derechos humanos.
Así que determinó un cambio de medida cautelar y que Mario Marín quede en arraigo domiciliario en su casa de Xilotzingo en Puebla y que ahí, así, siga su proceso.
Es cuestión de horas para que Marín salga de la cárcel.
Ya lo hizo hace unos días otro implicado en el caso: el ex jefe policiaco Adolfo Karam.
Por supuesto que esto no cayó nada bien en Lydia Cacho.
Completamente normal.
Raro sería que hubiera salido a festejarlo.
Pero en medio de la trama hay algo más de fondo:
Y es que este es un asunto que beneficia y empuja la narrativa de la urgente y necesaria Reforma Judicial.
Esa que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien considera que todos los jueces, magistrados y ministros son corruptos.
¡Vaya paradoja!
Se dice que Morena y sus tentáculos operaron para excarcelar a Mario Marín.
Pero en realidad la 4T gana, aunque parezca todo lo contrario.