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EL PAN PUEBLA Y LA CULPA

EL PAN PUEBLA Y LA CULPA

EL PAN PUEBLA Y LA CULPA

No. La culpa no fue de Eduardo Rivera Pérez y su campaña llena de espejismos, pésimas decisiones, soberbia y exceso de confianza.

La culpa no fue del ex alcalde capitalino, el mismo que no se atrevió a señalar una sola vez los excesos del barbosismo, debido a sus inconfesable acuerdos electorales de 2021.

La culpa no fue de quien evitó presumir los logros del morenovallismo y, egocéntrico, tiró a la basura el legado positivo de ese gobierno panista de claroscuros.

La culpa tampoco fue de quien ingenuamente creyó que aliarse con el PRI y PRD era la idea del siglo.

La culpa no fue de quien apoyó el proyecto de construir un nuevo edificio sede en lugar de invertir en estructuras, capacitación, propaganda y representantes de casillas.

La culpa no fue de quien, como siempre, privilegió con diputaciones plurinominales y regidurías a familiares y cuates.

La culpa no fue de quien careció de información estratégica y acabó validando como candidatos a diversos puestos de elección popular a verdaderos criminales.

La culpa no fue quien contrató encuestas “patito” y se tragó una a una todas sus mentiras.

La culpa no fue de quien le apostó a la derrota de Mario Riestra por el temor de que éste, al ganar la alcaldía de Puebla, se convirtiera en el nuevo mandamás del partido en el estado -con todo lo que ello implica: presupuesto, candidaturas, acuerdos con el poder-.

La culpa no fue de quien mostró tibieza y titubeó a la hora de enfatizar los negativos de su contrincante.

La culpa no fue de quien creyó que con hacer “visitas de doctor” al interior del estado, tres meses antes de la elección, iba a poder más que los 30 años que Alejandro Armenta tiene caminando todo Puebla.

La culpa no fue de quien se rodeó de gente incapaz, acomplejada, limitada y rencorosa, verdaderos enanos mentales.

La culpa no fue de quien compró el cuento de que las redes sociales son la realidad -la verdad verdadera- y que los medios tradicionales pesan lo que un cacahuate.

La culpa no fue de quien decidió atacar al -y pelearse con el- gobernador Sergio Salomón.

La culpa no fue de quien, sintiéndose de sangre azul, ofendió a los militantes de Morena, los mismos que necesitaba sumar para ganar.

La culpa no fue quien juró y perjuró que había un “voto oculto” que le daría el triunfo.

La culpa no fue de quien, errático lector de coyunturas, pensó que en Puebla son más los que odian que los que aman al presidente Andrés Manuel López Obrador.

La culpa no fue de quien se inventó un “atentado” creyendo que así, desde el victimismo, sumaría votos.

La culpa no fue de quien tuvo voz-ceros en lugar de voceros.

La culpa no fue de quien no ofreció un proyecto serio para el estado ni supo cómo encender la ilusión de un cambio.

La culpano fue de quien ordenó que sus feligreses promovieran la falsa idea de un fraude o una elección de Estado

La culpa no fue de quien no logró -o no quiso- armonizar su campaña con las campañas a la Presidencia, a las alcaldías y a las diputaciones y senadurías.

La culpa no fue de quien no logró vender al electorado la expectativa de que con él, todo estaría mejor.

Sí, la culpa no la tuvieron los dueños del PAN en el estado.

Todos y todas son culpables de su aplastante derrota electoral, menos ellos y ellas.

Pero no se los diga porque es probable que a usted… ¡también le echen la culpa!

***

Bastante certero el análisis que hizo público la ex diputada federal Carolina Beauregard sobre la derrota del PAN el pasado 2 de junio.

Entre otras cosas, acusó que, para hacer el supuesto diagnóstico de la debacle -que se presentó el pasado domingo a los consejeros del partido-, la dirigencia estatal nunca convocó ni escuchó a los candidatos que participaron en el proceso electoral.

Señaló que el partido fue obstáculo para garantizar el 100% de representantes de casilla.

Y que Acción Nacional dejó de abanderar las causas ciudadanas, privilegiando el trabajo de oficina.

***

La que tampoco se quedó atrás fue la diputada local Mónica Rodríguez Della Vecchia, aspirante a la dirigencia estatal.

Ella, en réplica a Carolina Beauregard, apuntó: 

“De acuerdo contigo Caro, pero siguen en la negación echándole la culpa a Xóchitl Gálvez por la que por cierto, nunca pidieron el voto”.

***

Si te vienen a contar

Cositas malas de mí

Manda todos a volar

Y diles que

Yo no fui

Yo te aseguro que yo no fui

Son puros cuentos de por ahí

Tu me tienes que creer a mí

Yo te lo juro que yo no fui

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