No es ni la primera ni tampoco será la última vez que el nombre de la familia Celis se vea envuelto en polémica en el conflicto legal por la herencia de la señorita Socorro Romero Sánchez, la principal persona física productora de huevo en México y propietaria de la empresa El Calvario, dueña de la sociedad anónima Socorro Romero Sánchez e Incubadora Mexicana y de un imperio inmobiliario que incluye participación en Hoteles Solaris.
Y es que en un giro sorprendente, y por un evidente y burdo atraso en los pagos, se ha develado el telón que ocultaba su estrecha relación con la plataforma de noticias de Tehuacán, Domingo 7, dejando al descubierto una trama de financiamiento y manipulación mediática, para golpear a quienes presumen ser legítimos herederos y que vieron afectados sus derechos por esta maquiavélica familia.
Desde la muerte de doña Socorrito, una de las mujeres empresarias más prominentes de Latinoamérica, el litigio por su legado -valuado en unos 600 millones de dólares- ha estado marcado por una serie de irregularidades que han alimentado batallas legales interminables.
En medio de este laberinto legal, emerge la sombra de los Celis Romero, quienes habrían contratado a Domingo 7 con una suma exorbitante de dinero para difundir información sesgada a su favor y dar golpes duros y bajos contra los familiares de doña Socorrito Romero, quienes han emprendido una batalla legal por la herencia que presuntamente los Celis Romero se adjudicaron a la mala.
El contenido emitido por ese medio de comunicación, supuestamente en colaboración con los abogados de la familia Celis Romero, ha sido cuestionado por su falta de veracidad y por su intento de distorsionar la verdad histórica de Tehuacán.
Este enfrentamiento entre Domingo 7 y los Celis Romero no sólo revela la fragilidad de sus argumentos, sino que también pone en tela de juicio la integridad de quienes intentan manipular la opinión pública en beneficio propio.
Además, queda patente que los golpes dirigidos hacia el extenso grupo de familiares afectados en sus derechos sucesorios, están intrínsecamente ligados a esta trama de manipulación mediática orquestada por los Celis Romero.
Sus acciones no sólo buscan obtener ventaja en el terreno legal, sino también socavar la legitimidad de quienes se oponen a sus intereses, revelando así la oscura red de influencias que operan tras bambalinas en este caso en particular.
Porque Puebla es de memoria corta, hay que recordar que cuando doña Socorrito se encontraba en su lecho de muerte, su sobrina Estela Romero Bringas, sus hijos Miguel Ángel y Alfonso Celis Romero y su hombre de confianza, Noel Montes de Oca, tomaron ventaja.
Y es que llevaron a cabo una serie de cuestionables maniobras jurídicas para quedarse con el patrimonio de la empresaria, amasado con mucho trabajo y esfuerzo durante sus 93 años de vida.
El 2 de diciembre de 2009, dos días antes de su muerte, Socorro Romero supuestamente otorgó un testamento público abierto ante el Notario Público número 7 de Tehuacán, Ramiro Rodríguez Maclub.
Extrañamente señalaba como heredera universal a Romero Bringas, quedando como albaceas sus hijos Miguel Ángel y Alfonso, compareciendo como testigos Montes de Oca y Efrén Marcos Garmendia, pero todo fue una sucia jugada para desplazar a los verdaderos herederos, entre ellos los integrantes de la familia Romero Garci-Crespo (Olga, por cierto, es la actual dirigente estatal de Morena), es decir, las personas más allegadas a la señora Romero Sánchez.
En última instancia, el desenlace de este ya eterno y complicado conflicto legal será juzgado por la historia, pero queda claro que las sombras del poder y la manipulación mediática siempre estarán presentes en las batallas por el legado de una mujer ejemplar, que hizo mucho por su querido Tehuacán y por el estado de Puebla en general, aunque ésa, ésa es otra historia.